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El mundo posible de Cristina Kirchner

Una novela o una película son mundos posibles, también un documental o una noticia de televisión: todas son construcciones culturales, más o menos representativas de la realidad.

Damián Fernández Pedemonte
Damián Fernández Pedemonte domingo, 11 de diciembre de 2022 · 07:00 hs
El mundo posible de Cristina Kirchner
Cristina Fernández fue condenada a 6 años de prisión.

Un mundo posible es una estructura narrativa coherente, hecha de actores con sus acciones. Efectivamente, aunque un mundo posible se pretenda realista siempre hay más o menos componentes en el mundo posible que en la realidad y, además, siempre puede haber más de un mundo posible verosímil para cada evento que se quiera contar. Umberto Eco sostenía que los mundos posibles se pueden comparar: son equivalentes cuando los principales atributos de los protagonistas son semejantes, y son incompatibles entre sí, cuando las propiedades esenciales asignadas a los actores centrales son contradictorias.

La sentencia condenatoria contra la vicepresidenta Cristina Kirchner sobre la causa Vialidad, dada a conocer por el Tribunal Oral Federal N° 2 el martes 6 de diciembre demarca dos relatos completamente contradictorios sobre el juicio. El mundo posible de Cristina Kirchner fue expresado con vehemencia en el video de casi una hora de duración filmado en su despacho del Senado y divulgado por YouTube inmediatamente después de la breve lectura del fallo (los fundamentos se darán a conocer in extenso en 40 días).

En el mundo posible de Cristina la condena estaba definida de antemano porque es parte de una persecución política contra el
peronismo. Un complot entre la justicia (el partido judicial que sucedió al partido militar en su condicionamiento a los gobiernos elegidos por el pueblo), el macrismo y los medios de comunicación. El fallo encontró culpable a Cristina Kirchner, junto con otros nueve funcionarios, de una operación corrupta que, según estimó, le extrajo al estado argentino 84.835 millones de pesos.
“Tenemos la certeza de que, mediante la tramitación de cincuenta y un procesos de licitación pública para la construcción de obras viales sobre rutas nacionales y provinciales en la provincia de Santa Cruz, entre los años 2003 y 2015, tuvo lugar una extraordinaria maniobra fraudulenta que perjudicó los intereses pecuniarios de la administración pública nacional en los términos y condiciones establecidos por la ley penal”.

Cristina Kirchner no refuta las pruebas en las que se apoya la Justicia para calificar la operatoria de fraudulenta, sino que exime su responsabilidad –que le cabía al Congreso, de aprobar el presupuesto, y al jefe de gabinete para adjudicar las licitaciones, según ella-. El esfuerzo del fiscal fue mostrar un patrón de trasferencia corrupta de fondos por parte de la entonces Presidente al empresario Lázaro Báez (cuyo correlato sería la devolución de favores en los negocios que son investigados en la causa Hotesur y Los sauces). Por supuesto no aparece la firma de Cristina Kirchner por ninguna parte.

Salvando las distancias, mostrar esta estructura delictiva se parece al esfuerzo del fiscal Strassera por demostrar la responsabilidad de las Juntas Militares en el plan de represión ilegal de la subversión durante la dictadura sin contar con pruebas documentales, tal como lo recordamos recientemente en la película Argentina, 1985. En el mundo posible de Cristina Kirchner lo importante es dejar en evidencia la animadversión de los magistrados contra ella, descalificarlos por su connivencia con el macrismo. Se trata de una casta privilegiada que se opuso a las reformas de su gobierno, por ejemplo, al modelo de crecimiento basado en la obra pública.

Este enemigo del pueblo aparece consistentemente en el relato cristinista, en sus sucesivos intentos de reforma judicial durante su segundo mandato y el de Alberto Fernández, en la denuncia por Lawfare -es decir persecución política desde la justicia- sufrido por los gobiernos populista de la primera ola (Correa, Evo, Lula) y por ella. En estos días habrá un acto en el CCK para denunciar esta guerra jurídica contra Cristina en que estarán presentes los expresidentes Evo Morales, Rafael Correo, Pepe Mujica, José Luis
Zapatero y Luis Samper.

Por eso, la mayor parte del video de Cristina Kirchner estuvo destinado a analizar los chats de whatsApp que dieron pie a la denuncia por el viaje que cuatro magistrados y funcionarios políticos ligados a Horacio Rodríguez Larreta realizaron a Lago Escondido pagados por un grupo empresario, posiblemente Clarín (en un comunicado de prensa de AGEA, periodistas de
ese medio aclararon: “quienes trabajamos en Clarín, no somos la empresa”). Esta denuncia había sido realizada por cadena nacional por el Presidente la noche previa a conocerse el fallo de la causa Vialidad.

Centro Cultural Kirchner

Cuenta el sociólogo británico John Thompson que los ciudadanos norteamericanos se escandalizaron más por la forma en que hablaban el presidente Nixon y sus operadores en los audios que trascendieron durante el caso watergate que por el mismo hecho del espionaje contra el partido demócrata. Una cosa es saber que hay encuentros entre políticos, periodistas y jueces, intuir las maniobras, aprietes, trueques que incluye la “rosca” política, otra bien distinta es tener acceso a los términos descarnados en que políticos o jueces se refieren a cómo amenazar o castigar a quien divulgó los chats, o cómo operar en los medios para que
prospere una versión del viaje sin lugar para sospechas de dádivas empresarias o de conspiraciones para incidir en causas judiciales, siempre que los mensajes no estén manipulados.

En los chats aparece el Juez Ercolini, señalado por Cristina Kirchner como quien propició las causas por corrupción en su contra, apenas llegó al poder Mauricio Macri, o Marcelo D’Alessandro, ministro de seguridad de la ciudad de Buenos Aires, quien tuvo a su
cargo el operativo de vallado del departamento de la vicepresidente justo antes del atentado en su contra. En el mundo posible de cambiemos el gobierno cristinista basó su modelo en la corrupción e intentó avasallar la independencia de poderes, mientras que en el gobierno de Macri la justicia pudo actuar de manera independiente y por eso prosperaron las causas contra Cristina. En
esta historia la villana es Cristina y los héroes, el Fiscal y los Jueces de la causa vialidad. La clase política se aferró a uno u otro mundo posible.

De acuerdo con su dinámica en Twitter, la recepción del fallo se polarizó entre la celebración de un fallo histórico por condenar por
corrupción a una expresidenta aún en funciones ejecutivas (#CristinaCondenada) y la defensa incondicional de Cristina y el auspicio de que esto significará un espaldarazo para su proyecto presidencial, a pesar de que ella aseguró que no será candidata de nada (#Cristina2023).

El mundo posible de Cristina no muestra que no hubo corrupción en su gobierno, la independencia de la Justicia del mundo posible de cambiemos queda muy cuestionada con el affaire del viaje. Ambos le hablan a los suyos, en el medio, la gente, más interesada por el mundial y más preocupada por la situación económica que no da visos de mejorar.

* Damián Fernández Pedemonte, Director de la Escuela de Posgrados en Comunicación.

 

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