Opinión

El estado presente que está ausente

Argentina es un país contradictorio, de fuertes contrastes y cruel. El gobierno repite una y otra vez, como un mantra oficialista, que el Estado está presente, no es cierto. Martin Pittón, periodista y fana de las motos reflexiona en MDZ acerca del asesinato de Andrés Blaquier.

Martín Pittón viernes, 4 de noviembre de 2022 · 14:35 hs
El estado presente que está ausente

El Estado está ausente o, en todo caso, está presente para algunos. La discusión vuelve luego del brutal asesinato del empresario Andrés Blaquier, que el fin de semana pasado tuvo la mala idea de ir a ver un partido de polo en su moto BMW 1200 acompañado de su mujer. Nunca pensó que a su vuelta se encontraría con Brisa Villarreal de los Ángeles y Luciano Jesús González, alias "Lucianito" y quien fungiría de verdugo del empresario. La historia tuvo amplia difusión y suscitó un gran debate en las redes sociales. Hubo un banderazo espontáneo en el kilómetro 50 del ramal Pilar de la Panamericana reclamando seguridad y pidiendo justicia.

El próximo sábado los motociclistas se manifestarán a las 11 horas en las escalinatas de la facultad de derecho de la UBA para exigir prevención, seguridad, justicia y condenas ejemplares. Probablemente, la convocatoria sea un éxito, pero es dudoso que algo cambie, porque el Estado argentino es prácticamente impenetrable cuando se trata de reclamos ajenos a la corporación política y de poder.

Antes, era necesario un muerto para que las cosas cambiaran, como sucedió con la abolición del servicio militar obligatorio luego del asesinato del soldado Carrasco. Ahora con los muertos no alcanza. Las tragedias son rápidamente engullidas por los voraces panelistas de los medios hegemónicos de ambos lados de la grieta y los personeros que habitan las entrañas de las redes sociales. Y sus víctimas son rápidamente olvidadas. Nada cambia.

El asesinato de Blaquier no fue un hecho aislado y pudo haberse evitado fácilmente. Aquellos que andamos en moto lo sabemos. En grupos de chat abundan los testimonios de motociclistas que les robaron su moto a punta de pistola o los persiguieron y gracias a su habilidad en el manejo y seguro a una cuota de suerte lograron escapar. Sí, el asesinato de Blaquier es la crónica de una muerte anunciada. No dudo que habrá otras. Si es cierto que el tenemos un Estado presente como le gusta alardear al gobierno, hoy Blaquier debería estar vivo. Su muerte pudo evitarse patrullando la Panamericana en las zonas más calientes, como es el lugar donde mataron al empresario.

El crimen de Andrés Blaquier, no fue un hecho aislado, cuenta Martin Pitton.

El caricaturesco e ineficiente ministro de seguridad Sergio Berni, debió darse cuenta que con unos cuantos patrulleros la tragedia pudo evitarse. Sin embargo, el Rambo bonaerense prefirió echar culpas y confundió el frondoso prontuario de “Lucianito” con el de otro precoz criminal. Ni siquiera se puede tomar el trabajo de ver en facebook como en la provincia de Buenos Aires se compran y venden motos y autos mellizos, bajo el eufemismo de Talle M.

Como parte de la Argentina enferma y del Estado militante, el dirigente oficialista Luis D’Elia dijo: "Los Blaquier son una familia despreciable que todavía deben lo que han hecho con "La Noche del Apagón". La teoría penal de Eugenio Zaffaroni en clave popular. Se trata de convertir al victimario en víctima y viceversa. Así, Lucianito no es un asesino sino el representante de una masa oprimida que hace “justicia” por mano propia para liberarse del yugo de la oligarquía.

Segun D'Elía: los Blaquier son una familia despreciable

Eso es lo que piensa D’Elia pero también gran parte del gobierno por eso nada va a cambiar. Porque Andrés era Blaquier. En poco tiempo nos olvidaremos de Eduardo Blaquier y su asesinato. Lucianito, tarde o temprano, saldrá de la cárcel listo para ejecutar a quien tenga la mala suerte de cruzarse en su camino y casi nada habrá cambiado. Lo que sí cambió es que la pareja de motochorros no solo mató a un empresario para robarle su moto, destruyó a toda una familia para quienes la tragedia tardará años en cicatrizar.

Pedro Blaquier le escribió a su padre para despedirlo: Lo que paso no tiene ningún sentido ni explicación. Nos sacaron a papa y es algo con lo que nos va a tocar vivir toda la vida hasta el último día. Les pido que NO nos perdamos en el rencor, en lo injusto, y en el entender el porqué de todo esto.

Este es un proceso de aceptar algo que ya no podemos cambiar, que no es ni va a ser justo pase lo que pase, y en el que nunca
vamos a entender por qué…Papa, gracias por vivir siempre por y para nosotros y nos veremos en cada atardecer, en cada abrazo, en el campo, en anécdotas, en nuestras alegrías y en nuestros bajones porque vas a estar y vas a ser siempre una parte de nosotros.

Palabras que Berni, D’Elía, Lucianito, su novia jamás podrán entender pero que son prueba de su fracaso..

Martin Pitton es periodista y motociclista

* Martin Pitton es periodista y motociclista

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