Impresionante hallazgo en Italia... el renacer de los etruscos

Excavaciones arqueológicas en las que fueron unas termas en la localidad de San Casciano dei Bagni a las que se les daban uso
curativo y a la vez espiritual, han sacado a la luz 24 esculturas en bronce de gran porte, cientos de piezas menores y miles de
monedas de la época. Iniciada en 2019, la excavación promovida por el Ministerio de Cultura y la Universidad para Extranjeros de Siena en el que trabajan más de 60 expertos de todo el mundo aporta "un descubrimiento que reescribirá la historia”, según declararon las autoridades.

“El del sitio toscano es el mayor depósito de estatuas de bronce de la época etrusca y romana jamás descubierta en Italia antigua y una de las más significativas de todo el Mediterráneo… inigualable sobre todo porque, hasta ahora, se conocían principalmente
estatuas de terracota de esta época", explica el Ministerio de Cultura de Italia en un comunicado. Los bronces de San Casciano representan las deidades veneradas en el lugar sagrado, junto con los órganos y partes anatómicas para las cuales se solicitó la intervención curativa de la divinidad a través de las aguas termales. En las últimas semanas han resurgido del barro caliente efigies de Hygieia y Apolo, así como un bronce que recuerda al famoso Arringatore (Arengador), descubierto en Perugia.

El excepcional estado de conservación de las estatuas en el interior de las aguas termales también ha permitido conservar las
maravillosas inscripciones en etrusco y latín que fueron grabadas antes de su creación.

La civilización etrusca floreció en el centro de Italia entre los siglos VIII y III a. C. Una cultura que fue famosa en la antigüedad por sus ricos recursos minerales y por ser una de las principales potencias comerciales del Mediterráneo.

Estrictamente la Etruria, que ocupaba el centro de la península itálica, desde el valle del Po hasta el Tíber, no constituía un estado sino una confederación de ciudades independientes, la dodecápolis etrusca, que los griegos y latinos llamaban también Tirrenia.
A partir de la expansión romana en el s III AC quedó asimilada al imperio invirtiendo la anterior prevalencia de los etruscos sobre
Roma, de la que son testimonio el origen etrusco de tres de los legendarios siete reyes romanos, incluido el último, Tarquino el Soberbio, derrocado en el siglo IV AC. Se inicia ahí un proceso en el que la cultura y la historia etrusca fue borrada o asimilada dentro la historia de su conquistadora, Roma.

Sin embargo, las tumbas etruscas que sobrevivieron, sus contenidos y sus pinturas murales, así como la adopción romana de
ciertas vestimentas, prácticas religiosas y arquitectura típicamente etruscas; son un testimonio convincente de la gran prosperidad y de las contribuciones significativas aportadas por parte de la primera  gran civilización de Italia a la cultura mediterránea.

Desde sus orígenes fundían el bronce. Partiendo de obras simples como el “Guerrero” del MOMA hasta llegar a niveles de perfección notables, como en el caso de “La Quimera de Arezzo”.

“La Quimera de Arezzo” Sin embargo, no son muchos los bronces que se han conservado. Por ello el hallazgo ahora revelado será una fuente fundamental
para los estudiosos. Además los etruscos mantenían estrechos lazos con las culturas más avanzadas de la época, incluidos los griegos. De ahí que su aporte la Roma que la sucede incluye objetos y conocimientos universales.

Será también motor de difusión entre el gran público de la importancia del mundo etrusco y, desde ya, un atractivo turístico más a la encantadora Toscana italiana.

* Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com