Aseguran que se acerca la cosecha más dura de la historia en Mendoza

De cara a los meses de mayor trabajo para los pequeños y medianos productores vitivinícolas que año a año atraviesan un abanico de complejidades para sostener sus tierras y cultivos en estado óptimo para cuando se inicie el período de la cosecha, las previsiones en relación con la disponibilidades de agua en relación al período 2022/2023 no resultan alentadoras, en un contexto marcado por la sequia creciente y la necesidad de inversiones urgentes.

En este sentido, los datos del Observatorio de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (ACOVI), pusieron en alerta a la producción y dan cuenta de que la situación, que ya se planteaba de manera compleja y preocupante desde el inicio de este año, es crítica al extremo, en el marco de la crisis hídrica más grave de la historia de la provincia. Según el Departamento General de Irrigación (DGI) las cuencas de los ríos Atuel, Diamante y Malargüe atraviesan una sequía hidrológica severa. En tanto que la cuenca del Río Mendoza está pasando por una sequía hidrológica moderada y del Río Tunuyán presenta una sequía hidrológica extrema.

"A estos panoramas, se le agrega la baja disponibilidad hídrica para el riego agrícola por la priorización del consumo residencial, la falta de oferta, inversiones e ineficiencia en la distribución; y como si esto fuera poco, el consumo de energía para pozo de riego se incrementa", plantea el informe en el cual se alerta que esta temporada será para los productores vitivinícolas, "la más dura de la historia".

Según se detalla en las previsiones que adelantan desde la entidad, que representa a cinco mil productores integrados y más de dos mil terceros que elaboran en las bodegas de las cooperativas. En este caso, son al menos 25 mil de hectáreas de producción vitivinícola del país. Justamente, en este escenario se desempeñan en forma permanente más de 20 mil familias y esta cifra asciende a 35 mil para la época de la cosecha. 

"El productor vitícola enfrentará una campaña de regadío que viene con la advertencia de Irrigación como una de las más duras de la historia. Esto incrementa el uso de energía para pozo con el objeto de cubrir los requerimientos de riego. La próxima temporada enfrenta a los productores en una situación crítica", indicaron desde la entidad y destacaron que por ello es crucial que se lleve a cabo una acción urgente que permita "suspender la aplicación de la quita del subsidio nacional a un sector en emergencia hídrica por la sequía".

Temporada de cosecha, en la cuerda floja

En este sentido, Nicolás Vicchi, gerente de Acovi, destacó la necesidad de contar con la disponibilidad del recurso hídrico suficiente para garantizar la producción en la próxima temporada de cosecha. A esto se suma, detalló, la necesidad de realizar un combate contra el riesgo de heladas. "La situación de sequía declarada por el propio gobierno va a poner al productor de cara a una de los peores ciclos de riego agrícola”, advirtió.

Uno de los inconvenientes más significativos para esta temporada en materia de recaudación para el sector de los pequeños y medianos productores, tiene que ver con el impacto que aseguran haber sufrido a partir de la decisión del Gobierno Nacional de quitar los subsidios energéticos.

"El impacto de la reducción del subsidio energético nacional, que en un primer momento era residencial pero que intempestivamente se aplicó al sector productivo, se suma a los ajustes actualización semestral del VAD provincial", dice el informe y detalla que de acuerdo a los datos del  Observatorio de ACOVI el ciclo de riego agrícola 2022/2023 tendrá un impacto del 134% de aumento. Y en el caso de que la quita de subsidios se acelere según lo previsto, los costos podrían duplicase, se advierte desde la entidad.

La economía nacional enfrenta un panorama macroeconómico complejo con tasas de interés en crecimiento, inflación descontrolada y crisis en la balanza de pagos, cita el informe al dar cuenta del panorama que se suma a los factores asociados a las perspectivas de sequía que plantea el proceso de cambio climático global. 

En este sentido, Vicchi analizó que no es posible puede tomar como razonable una política de ajuste en el costo energético que impacte en un sector productivo que viene golpeado por una crisis hídrica. "En uno de los peores años climatológicos e hidrológicos el aplicar aumentos desproporcionados no hacen más que frenar la recuperación de la producción y empleo del sector agroindustrial vitivinícola”, indicó Vicchi y enfatizó que “es una industria que trae dólares que son tan escasos en el país, con exportación de un valor agregado más que importante. La generación y multiplicación de empleo supera el de muchas a actividades medidas en la matriz insumo producto sumado al arraigo y desarrollo local”.