Cómo funciona una empresa argentina en la que no existen los jefes
Trabajar y no tener jefes es un sueño para muchos. Se piensa que eso sólo puede hacerse de forma independiente. Sin embargo, hay empresas que adoptan nuevos conceptos en donde no existe una estructura vertical. La tendencia avanza en el mundo y ya existe en la Argentina.
En un mundo laboral en el que cada vez más se privilegia la libertad, trabajar sin tener que depender de un jefe es, sin duda, uno de los objetivos más deseados. Para muchos puede parecer algo imposible, pero para algunas personas es una realidad.
En el mercado de trabajo hay cada vez más propuestas que apuntan a terminar con las estructuras tradicionales. Como, hasta hace poco, era impensado, por ejemplo, la generalización del home office, hay una tendencia que crece en donde las empresas se conforman con un tipo de relación diferente dejando atrás la clásica organización vertical.
Se trata de empresas en las que no existen los jefes. Hay distintos conceptos de esta modalidad. Uno se conoce como Holocracia (del griego, "holos" significa todos). Este sistema está desarrollado en países del norte de Europa y algunos de Asia. También hay experiencia en los Estados Unidos. En la Argentina hay una veintena de compañías que lo adoptaron en los últimos años.
Una es Ingenia. Se trata de un ecosistema de empresas de IT enfocado en 4 perspectivas de generación de conocimiento: arquitectura tecnológica, educación, divulgación y desarrollo de software. Fue fundada en 2015.
En esta compañía no hay jefes, se comparten las ganancias, hay vacaciones ilimitadas y hay una total apertura de la información corporativa.
“En la empresa somos tres dueños, pero las decisiones se toman entre todos los que forman Ingenia. Hay división de roles y cada uno tiene potestad en las decisiones”, explicó a MDZ el Chief Technology Officaer (CTO) de la compañía, Santiago Blanco.
Aunque cueste imaginar, el funcionamiento se realiza en base a un concepto democrático. Cada semana se realizan “ceremonias” – reuniones en las que se deciden diferentes temas para el funcionamiento de la empresa y objetivos – y se aprueban por consenso donde cada participante tiene un voto.
Con encuentros trimestrales se va haciendo un seguimiento de esas decisiones para confirmar o corregir las posturas.
La variedad de compañías que adoptaron esta modalidad es grande Van desde startup hasta fabricantes de alimentos. Integran lo que se conoce como el movimiento global Sistema B – surgido en Estados Unidos en 2003 – que apunta a un concepto en el que el retorno social es su principal objetivo en base a una economía que tiene como prioridades las soluciones colectivas.
Esto hace que los propietarios – quienes hacen la inversión inicial – tengan una actitud solidaria ya que no tendrán absoluto dominio de su dinero debido a que las decisiones son compartidas. “No somos una cooperativa. Hay dueños, pero todo se decide por consenso” agregó Blanco. Desde la toma de personal, hasta los salarios y los planes de desarrollo, todas estas decisiones surgen de la participación de todos.
Las empresas Holocráticas son organizaciones planas que fomentan la agilidad, la eficiencia, la transparencia y la innovación. Todos tienen voz y se confía en el valor individual de cada integrante de la organización.
“Lo que se busca con este sistema es fomentar la motivación, descentralizar la forma en que se toman las decisiones logrando que sea participativa, Sentir que todos podemos ser motor del cambio, activos, lograr conversaciones maduras y dejar el ego de lado y con foco en objetivos realizables”, señalan desde Ingenia.