Historias

Jorge Newbery, el primer ídolo popular argentino que murió en Mendoza

Jorge Newbery fue aviador. Pero también futbolista, jugador de rugby, campeón de esgrima e ídolo popular. Un polifacético personaje de la historia que se convirtió en el primer ídolo nacional. Una historia de alto vuelo.

Gustavo Capone
Gustavo Capone domingo, 2 de octubre de 2022 · 07:12 hs
Jorge Newbery, el primer ídolo popular argentino que murió en Mendoza

“¡Che, ‘cajetilla’!, te queda chico el pantalón, ¿no serás ‘mariquita’ vos también?”. Tras esa bravuconada nacerá una de las máximas leyendas urbanas que la historia social argentina recordará. Aquel grito de un fanfarrón entre un grupo de cinco “chabones” (para algunos fueron siete, para muchos más de diez) engrandecerá el mito sobre Jorge Alejandro Newbery (1875 – 1914). Lo cierto fue que, por ese alarido burlón, el ingeniero Newbery se volvió ante la provocación, encaró a los patoteros y los molió a “sopapos” advirtiéndoles que hasta no pidieran disculpas a las damas que lo acompañaban no iba a dejar de “calzarlos”.

Ocho tangos inmortalizaron a Newbery, entre ellos aquel que describió la mítica escena: “Amainaron guapos junto a tus ochavas / Cuando un cajetilla los calzó de cross / Y te dieron lustre las patotas bravas / Allá por el año 902”. Ese “cajetilla” del emblemático tango “Corrientes y Esmeralda” (1922) de Caledonio Esteban Flores era Newbery. Aunque otra versión sostendrá que el mito nació cuando el “Turco” Záncano, un verdadero “guapo del ‘900”, a la entrada del famoso cabaret “Arnemonville” sobre Avenida Alvear casi Tagle (corazón de Recoleta) le hizo una zancadilla y lo derribó diciéndole: “Miren al niño Jorgito, se hace el aviador y acaba de batir el record de caída”. El final es imaginable. Newbery se levantó lentamente y después de acomodarse el saco y la corbata pidiéndole a la “pebeta” que lo acompañaba que sostuviera su reloj de bolsillo, de una trompada hizo volar el cuchillo a Záncano quien terminó en el hospital “Dr. Cosme Argerich”.

 “El primer sportman argentino” gracias a Sarmiento

 El genio de Sarmiento no dejará nunca de sorprendernos. Como buen promotor del país en uno de sus viajes persuadirá a Ralph Lamartine Newbery Purcell, como lo hizo con científicos, músicos, filósofos, maestros, arquitectos, agrónomos de que sí existía un país con futuro ese era Argentina. No se equivocó, pronto Argentina será uno de los países más ricos del mundo. Fue así como aquel joven dentista Ralph Newbery abandonó su Nueva York natal y llegó a tierras criollas. Al tiempo conocerá a Dolores Celina Malagarie Ramos, contraerá enlace con ella en 1873, vivirá en Florida al 2.125, luego en Belgrano y tendrá 12 hijos, entre ellos Jorge Alejandro.

Jorge Newbery será recordado porque su nombre referencia a “Aeroparque”, el aeropuerto porteño. Además, la denominación de Jorge Newbery ilustrará cientos de plazas, calles, escuelas, avenidas, estaciones ferroviarias, premios, barrios y clubes.

Pero Newbery es también famoso porque fue un pionero futbolista en su colegio “Saint Andrew's Scotch School”, la escuela donde nació el fútbol argentino de la mano del escoces Watson Hutton para luego consagrarse en la primera de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. Paralelamente será elegido el mejor jugador de rugby en 1904. Fue campeón de boxeo en Buenos Aires y en Londres, campeón de lucha greco – romana de Argentina, además de distinguido jugador de béisbol y fundador de los primeros clubes de este deporte.  Fue campeón sudamericano en esgrima (florete y espada) y campeón de remo. Incorporado como capitán de fragata a la Armada en 1897 descubrió que muchos marineros y suboficiales no sabían nadar. Se convirtió entonces en instructor de natación; organizó el primer campeonato nacional y lo ganó. Promoverá el Boxing Club Buenos Aires de donde surgirá Firpo, “el toro de las pampas”, también fundará el Automóvil Club Argentino (1904) y el Aero Club Argentino (1907) del cual era presidente en el momento de su muerte.

Una de las grandes aventuras de Newbery.

Y hay más. El club que había nacido en 1903 como “Los Chiquitos de Pompeya” se mudará a Parque de los Patricios y cambiará su nombre por “Huracán” (1908). En las actas constitutivas se expresaba: "los distintivos del club serán la camiseta blanca con la insignia del globo Huracán", por ese globo aerostático que llegó a la Argentina desde Francia y que será piloteado por primera vez por Jorge Newbery, quien en 1911 se convertirá en el primer presidente honorario del equipo “quemero”.

Seguro que por lo expresado nadie podrá dudar porque Newbery fue considerado “el sportman argentino”, o sea el primer ídolo del deporte moderno argentino abriendo esa mítica galería que engrosarán entre otros: Jorge Brown, Firpo, Gatica, Fangio, Gálvez, Pascualito Pérez, Delfor Cabrera, De Vicenzo, Di Stéfano, Pochola Silva, Bonavena, Vilas, Monzón, Reutemann, Nicolino, Gabriela Sabatini, Porta, Maradona, Pichot, Ginobili, Cambiaso, Lucha Aymar y Messi. Con una salvedad que hará inigualable a Jorge Newbery: fue el mejor deportista argentino en nueve (box, rugby, remo, natación, lucha, béisbol, esgrima, automovilismo y vuelo en globo) de los diez deportes que practicó. Como el mismo Newbery sostuvo: “Imposible competir con mi amigo Jorge Gilson Brown, sus 4 hermanos, su primo John y el invencible Alumni Fútbol Club”.  

“Un funcionario que funcionaba”

Había estudiado ingeniería en la Universidad Cornell. En el Instituto Drexell Drovesel tendrá como profesor al inventor Thomas Alva Edison con quien generará una muy buena relación y en la Escuela Politécnica de Filadelfia completará su graduación en electricidad.

De regreso al país será nombrado Jefe de la Compañía de Luz y luego Director General de Instalaciones Eléctricas y Alumbrado. Fue su mérito la iluminación de Buenos Aires durante los festejos del centenario de 1910. Miles de focos cubrieron la Plaza de Mayo siendo una atracción despampanante para la época. Participará como expositor en el primer Congreso Mundial de Electricidad en EE.UU. y se convertirá en fundador de la Asociación Electrotécnica Argentina.

Pionero en la investigación sobre explotación del petróleo escribiendo con el geólogo Justino Thierry el primer libro en castellano del tema (1910). Concentrado en la aeronáutica conocerá a Roland Garros, pionero de la aviación francesas y será íntimo amigo del famoso perito Pascasio Moreno con quien fundará la primera escuadrilla aérea militar e impulsará la Escuela de Aviación Militar de Palomar (1912) primera de Sudamérica. Discípulo de Otto Krausse en la Escuela Industrial e impulsor de las propuestas de su también amigo socialista Alfredo Palacios.

Vuela alto Jorge Newbery

Los sueños por volar vienen desde lejos en Argentina. Ya en la revolución de mayo de 1810 el relojero holandés Miguel de Colombisse se dirigió a la Primera Junta de Gobierno desde Mendoza solicitando ayuda para la construcción de un aeróstato, rígido, impulsado por remos y dirigido por un timón. La solicitud fue rechazada. Aunque su idea marcó un antecedente criollo (y mendocino).

Fue la Guerra de la Tripe Alianza (1865 – 1869) el puntapié inicial de la aviación militar. Así el 6 de julio de 1866 un aeróstato del ejército brasileño se elevó sobre las líneas aliadas para observar las posiciones de la artillería paraguaya llevando a bordo al ingeniero polaco Roberto A. Chodasiewiecz (contratado por el ejército argentino) constituyéndose en el primer militar argentino y latinoamericano en elevarse en globo.

Luego otro entusiasta: Aarón de Anchorena (“el loco”), amigo de Jorge Newbery, adquirió un globo de 1.200 metros cúbicos en Francia al que bautizó con el nombre de uno de los vientos más criollo y popular de nuestras tierras: “Pampero”. Será en ese globo donde desapareció el hermano de Jorge Newbery, Eduardo Federico (1878 – 1908) no encontrándoselo jamás su cuerpo.

Así llegarán las hazañas que llenarán de idolatría a Newbery. En 1909 batió el récord de distancia y duración en globo uniendo Buenos Aires con la ciudad de Bage (Río Grande Do Sul): 550 km. en 13 horas conduciendo el aerostato "Huracán". En 1912 quebró el record Sudamericano de altura en globo alcanzando 5.100 metros e inmediatamente cruzó el Río de La Plata uniendo Buenos Aires con Colonia regresando en el día batiendo el record mundial de vuelo sobre agua. Su gloria total llegará cuando supere el record mundial de altura en 1914 llegando a 6.225 metros con un monoplano Morane Saulnier.

En el medio de este torbellino, decenas de exhibiciones y más de 40 vuelos en globo, charlas, notas de diarios, viajes, goles, try, zambullidas, carreras, piñas, estocadas, mucho tango, bailes, un casamiento frustrado con Sarah Escalante, la muerte de su único hijo Jorge Wenceslao de nueve años, su fama de playboy, la carismática capacidad de unir al “cajetilla” del Jockey Club con el lumpe” del piringundín de San Telmo o a los atorrantes de La Boca con el jet set de las revistas en un país que inauguraba el Colón, ya tenía subtes, se comunicaba telefónicamente con el mundo, abría miles de escuelas, triplicaba su población y se daba el lujo de “tirar manteca al techo” o derramar vino por las cunetas. Aunque también deberá especificarse que por ese entonces Buenos Aires tenía 239 escuelas, 16 iglesias católicas y casi 5.000 prostíbulos. El voto era condicionado, las huelgas se multiplicaban y el debate político giraba sobre el fraude, las proscripciones y los derechos laborales contra el “trabajo esclavo” como denunciaba “la causa radical contra el régimen oligárquico”.

La consagración, la muerte y el perfume de mujer

A partir de 1912 se dedicó exclusivamente a la aviación. Su sueño era atravesar Los Andes por eso llegará a Mendoza. Recorrerá la cordillera en mula para conocer su geografía. Durante su estancia cuyana también conoció mucha gente. Su fama y “su pinta” generaban magnética atracción. La mañana del 1 de marzo de 1914 una mujer le susurrará al oído que nunca acompañaba a su marido a los actos oficiales y solo había venido a la exhibición de Los Tamarindos (El Plumerillo – Las Heras) para verlo volar a él.

Newbery pidió prestado el avión a Teodoro Fels quien le advirtió que el aeroplano presentaba un problema en una de sus alas. Nada asustaría al corajudo campeón, y menos con la palabra empeñada a una ilustre dama de Mendoza. Hizo varias piruetas en el aire hasta que no pudo controlar el Morane-Saulnier. Lo acompañaba en el vuelo “Tito” Jiménez Lastra. El avión cayó enterrándose en el piso.

 “Agarrate Tito” fueron sus últimas palabras. Jiménez Lastra salvará milagrosamente su vida. La noticia hizo que todos los festejos del carnaval se suspendieran, su cuerpo fue embalsamado y llevado en tren a Buenos Aires, el velorio duró cuatro días, casi 300.000 personas lo acompañaron hasta el cementerio de Recoleta. Una formación de aviones surcará el aire y se soltaron 2.000 palomas blancas. Tenía 38 años.

El multitudinario velorio del ídolo.

El cineasta mendocino Hugo Fregonese que triunfó en Hollywood lo inmortalizó en “Más allá del sol” (1975) con actuación de German Kraus. Y hasta allá voló; hasta el sol. El imaginario popular argentino lo consagró definitivamente, mientras el morbo mendocino nunca dejó de señalar a esa dama como “la viuda de Newbery” convirtiéndose en un secreto a voces la historieta por más que esa mujer fuera la esposa de un ilustre empresario y político mendocino. Ella lidiará con ese mote hasta su muerte. Nadie dijo, ni escribió una palabra sobre ese punto de la tragedia. En aquella Mendoza que también ha sabido vestirse de “pacata”, los hombres de bien no tenían memoria, mucho más cuando un problema de alcoba tocaba el máximo ídolo popular argentino y a una dama apasionada.  

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