Arte y cultura

Joan Mitchell, bajo las luces de Monet

Un mes atrás, después de recorrer Giverny, el Marmottan y el Museo de Orsay rememoramos la epopeya de Claude Monet (1840-1926) en la última etapa de su vida que lo sitúa en el pináculo del Impresionismo.

Carlos María Pinasco
Carlos María Pinasco domingo, 16 de octubre de 2022 · 07:07 hs
Joan Mitchell, bajo las luces de Monet
Les journées particulières ... Fondation Louis Vuitton

Viene ahora a sumarse un nuevo escenario parisino dónde la gloria de Claude Monet ampara a otros dos artistas y a un hacedor enhebrando una historia que merece ser contada. Una semana atrás la Fundación Louis Vuitton inauguró una exposición
conjunta de Monet y la expresionista abstracta americana Joan Mitchell (1925-1992). Otro artista aparece en escena: el arquitecto Frank Gehry (Toronto, Canadá, 1929) y, con él, el enterpreneur imprescindible Bernard Arnault.

12 Hawjs at 12 o' clock

Comencemos por este último. Según el ranking actualizado de Forbes Arnault (Roubaix, Francia,1949) posee la tercera mayor fortuna a nivel mundial (de 158 mil millones de dólares). Su conglomerado LVMH es líder absoluto en primeras marcas de artículos de lujo en los más diversos rubros. Amante del arte y generoso mecenas, es el dueño de Phillips, la tercera subastadora de arte en el mundo y de Tajan, la primera de Francia.

Bueberry 1969

En 2001 Arnault conoce a Frank Gehry tras visitar el Museo Guggenheim de Bilbao, crea una fundación y en 2006 celebra un acuerdo con el ayuntamiento de París que le cede durante 55 años una hectárea en el Bois de Boulogne para instalar un nuevo museo para la ciudad Luz, que diseñará Gehry. Frank Gehry, nacido canadiense, se forma en Los Ángeles y toma la nacionalidad estadounidense. Sus proyectos instalados en América y Europa están concebidos con un concepto artístico en el que la forma exterior del edificio asemeja una escultura (lo que a veces condiciona la funcionalidad y la adaptación al entorno del mismo). Utiliza a menudo materiales no convencionales como láminas de metal.

le grande vallée

En el proyecto para la Fundación del Bois de Boulogne, se emplearon 13.500 metros cuadrados de vidrio curvado y 19.000 placas de fibrocemento. Posee 11 salas de exposición que suman 3850 metros cuadrados y un auditorio para mil personas. El aspecto exterior que rápidamente se puede identificar con el del Museo de Bilbao, remite a un yate con sus velas desplegadas. Fue abierto al público después de no pocas vicisitudes, incluida la oposición de los vecinos, en octubre de 2014, y desde entonces (al igual que desde el año pasado el emprendimiento de rival de Arnault, Francois Pinault en la Bolsa de Comercio) se ha convertido en una atracción más en la oferta de arte contemporáneo de la capital francesa. La exposición ahora en cartel, seguramente pase a ser de las más visitadas.

No room at the end 1977


Reúne obras de Monet y Mitchell, las del primero, en su mayoría procedentes del Marmottan (de las que nos ocupamos en notas
anteriores) y las de la segunda, procedentes de un par de museos de USA Joan Mitchell nació en Chicago en 1925. Influenciada por su madre estudió literatura inglesa durante un tiempo Luego se orientó a la pintura, y se graduó en la Escuela del Instituto de Arte de Chicago. En 1950, se mudó a Nueva York y relacionada con Franz Kline y Willem de Kooning comenzó a exhibir su trabajo con gran éxito adaptando el estilo expresionista abstracto que dominaba en ese momento.

South 1989

A pesar de su creciente éxito, comenzó a pasar temporadas en Francia y finalmente se instaló allí de forma permanente. Después de nueve años en París, Mitchell se mudó a una casa de campo en Vétheuil en 1968. Es a partir de esta mudanza, a un pueblo cercano a Giverny que se busca en Monet-Mitchell, el paralelismo entre ambos artistas. En el argumento curatorial que sostiene la “soberbia yuxtaposición” de ambos artistas se apela a la búsqueda de la abstracción de los últimos nenúfares de Monet (que obedecían, en realidad, a la pérdida de visión del Maestro impresionista) y a que ambos pintaban paisajes.

A decir verdad la Mitchell, que conocía bien la pintura francesa, empatizaba más con Matisse “Si pudiera pintar como Matisse estaría en el cielo” dijo alguna vez y con Bonnard. En 1982, Mitchell se convirtió en la primera mujer estadounidense en
tener una exposición individual en el Museo de Arte Moderno de la Ville de Paris. Falleció en esa ciudad diez años después
En el mercado, sus obras se han venido revalorizando: hasta la fecha, diez pinturas de Mitchell han superado el umbral de los 10 millones de dólares en subasta, incluidas cinco entre 2020 y 2022. Su récord en remates públicos lo logró Christie’s con “Blueberry” en New York en 2018 con 16.6 millones de dólares.

La soberbia yuxtaposición con Claude Monet, que propone esta muestra, seguramente le dé un nuevo impulso.

* Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com

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