Efemérides

Diez consideraciones para entender el 12 de octubre

América seguirá siendo la tierra de las emociones, la fantasía, la pasión y los recursos naturales. Continúa siendo el espacio de la esperanza.

Gustavo Capone
Gustavo Capone miércoles, 12 de octubre de 2022 · 11:52 hs
Diez consideraciones para entender el 12 de octubre

1- El final del siglo XV marcó el comienzo de una vertiginosa cultura planetaria abriendo la puerta hacia una historia global confirmando además un evidente cambio de paradigma. Aunque también aquel tiempo representó la ininterrumpida sistematización de un proceso con drásticos momentos y definidas consecuencias: reconocimiento, ocupación, conquista y “aculturación” en nuevos espacios geográficos. Por ende, lo presentado como un fortuito hallazgo europeo reflejó muchísimo más que un promovido descubrimiento americano. Y si bien son claras las implicancias de dicho “encuentro”, incorporarse al mundo colonial significó para América adherir a una nueva organización política, social, económica, religiosa e idiomática. En síntesis, los pueblos originarios debieron “vestirse” con una identidad cultural “importada” pasando de propietarios indómitos de la tierra a siervos de los conquistadores.

2- ¿Entonces qué representó para América y el mundo la llegada de Colón? En primer lugar, comenzó simbólicamente el curso de una nueva cultura planetaria generando concretos nuevos escenarios políticos, sociales y económicos que desembocaran en un proceso global. Seguramente los Aztecas mexicanos poco o nada conocían de los Incas altoperuanos y estos a su vez no poseían noticias del Cathay y Ciamba en China. Como tampoco en Cipango (Japón) sabrían de nuestros Huarpes, de nuestros Puelches o de los Pigmeos del Congo. Desde esa fecha América tomó noticias de Europa, Asia y África en forma regular. Mientras tanto, y con sorpresa ante lo observado, éstos europeos tomaron cuenta de la existencia de un nuevo continente muchísimo más rico y sorprendente que lo que la misma leyenda sostenía. Una vez más: la realidad superó la ficción.

3- Fue también el momento no del descubrimiento propiamente dicho, sino de la sistematización de un proceso: reconocimiento, ocupación y conquista organizada del continente por parte de una potencia: España. Posteriormente lo harán portugueses, ingleses, franceses y holandeses en otras regiones del mapa americano. Consideremos que hacia 1492 ya existían en América aproximadamente 14 millones de nativos organizados en comunidades de altísimo desarrollo cultural y económico (las cifras oscilan ostensiblemente según distintos autores). En lo que concernía a nuestra actual Argentina, según el filólogo y ensayista Ángel Rosenblat (1902 - 1984) aproximadamente 300.000 nativos vivían en nuestra geografía nacional. Mientras que en nuestros vecinos sudamericanos por aquellos tiempos habitaban en Colombia: 850.000, Venezuela: 350.000, Guayana: 100.000, Ecuador: 500.000, Perú: 2.000.000, Bolivia: 800.000, Paraguay: 280.000, Uruguay: 5.000, Brasil:1.000.000 y Chile: 600.000.

Además, si la migración hacia el continente comenzó desde la Siberia asiática y desde la Polinesia y Australia (30.000 años antes de la llegada de Colón) la consideración sobre “descubrimiento” no es apropiada. Contemplando que vikingos, aventureros y corsarios, entre varios (algunos autores sostienen que egipcios y fenicios ya visitaban estas tierras con frecuencia desde mucho antes del arribo del genovés) el proceso que devino se relaciona con la conquista y no con el descubrimiento.

4- Móvil y derivaciones de la expansión y conquista ultramarina. Más allá de la sorpresa ante lo desconocido y de las “supuestas” buenas intenciones políticas y religiosas, el primer móvil colonizador fue económico, reflejado cabalmente en el “diario de viaje” de Colón donde el tema “oro” es sumamente recurrente. Casi 185.000 kilogramos de oro y algo más de 16.000.000 de kilos de plata extraídos durante la época colonial así lo confirmarán.

Reconozcamos los excesos cometidos por los conquistadores en nombre de un dios que nunca representaron, la destrucción de civilizaciones y el vaciamiento económico de amplias regiones. Pero es justo paralelamente también plantear que España (en ese momento y en el marco de esa coyuntura política medieval) es la única potencia colonial que debatió internamente sobre la justicia o la injusticia de sus actos (no lo hicieron ingleses, portugueses, holandeses ni franceses) levantándose en ese tiempo voces muy potentes como serán las de Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas, Viscardo y Guzmán o el padre Suárez, pioneros de la oposición ante los excesos y desmedidas usurpaciones. También la visión de otro testigo crítico ante la conquista como Fray Francisco de Vitoria merecerá ser destacada, cuando señaló que los españoles deberían reconocer que los americanos son “los verdaderos dueños de las tierras”. Llegando Vitoria, más allá aún, criticando al mismo Papa: “el Papa no tiene poder alguno sobre esos bárbaros ni sobre los demás infieles”

5- Una voz desde Mendoza. Otro ejemplo fue el del padre Diosdado, Rector del Colegio de la Compañía de Jesús, cuando denegó el reclamo de Domingo Sánchez Chaparro en 1634, quien exigió para su hija Clara Sánchez las tierras que el cacique Tabalque, donara a la congregación. Sánchez Chaparro sostuvo que “los naturales no tienen facultad para disponer de tierras, vender o donar”; a lo que Diosdado, contestó: “los naturales son los señores de las tierras, no conociendo él ninguna legislación que ampare vuestro reclamo…”.

6- La ruta del Atlántico era imprescindible para sortear el bloqueo continental impuesto por los turcos otomanos desde 1453 cuando tomaron Constantinopla cortando el circuito comercial entre Europa y Oriente. El negocio de los metales, la seda y las especias requerían urgente un nuevo camino hacia Indias. Obviamente que el calendario y el sistema numeral Maya, la arquitectura y las esculturas Aztecas o las obras hidráulicas y viales Incas que encontraron fueron menos significativas y pasaron casi inadvertidas para los primeros conquistadores españoles. El chocolate, el caucho, el tabaco, el maíz, la papa, el tomate, la mandioca, la plata y las esmeraldas encontrados en las distintas civilizaciones centraron la primera atención conquistadora convirtiéndose en un paliativo para combatir las hambrunas del viejo continente, transformándose esos productos americanos en la futura base la economía europea.

7- Octubre en contexto contemporáneo. Probablemente los argumentos de Hipólito Yrigoyen, envuelto en plena Guerra Mundial cuando decretó en 1917 el “Día de la Raza” estuvieron encapsulados en el clima de la época, teñido de un nacionalismo antiimperialista y espiritualista opuesto al ideario imperante en gran parte del siglo XIX, impregnado de una hispanofobia liberal. Eran los tiempos de la “madre patria” donde Ricardo Rojas y Manuel Gálvez mezclaban lo hispano, criollo e indio como sustento de argumentos anticapitalistas y antisemitas pretendiendo justificar los prejuicios políticos contra el materialismo cosmopolita que asomaba. Tiempos donde la unión de España e Iberoamérica se sostenía según el embajador español Ramiro de Maetzu, “bajo el estandarte de la cruz y la espada”. En la actualidad, opuesto definitivamente al concepto de “raza” y contra el abominable criterio nazi de raza superior podemos reflexionar desde otra perspectiva haciendo eje sobre el Día del Respeto a la Diversidad Cultural.

8- Notemos además que de las más de 2.000 “lenguas”, entre idiomas y dialectos, habladas en América prehispánica a finales del Siglo XV hoy el castellano representa el cuarto idioma mundial con 500 millones de hispano parlantes, siendo el segundo idioma del mundo occidental y como hecho alentador la Ley Nacional de Educación (2006) estimula la recuperación de las lenguas autóctonas.

9- También que el primer momento de la conquista determinó el avasallamiento del panteón religioso indio para ir con el tiempo morigerando las prácticas y así concluir en una cultura religiosa sincrética, vinculando divinidades nativas con el dios de los cristianos. Contemplemos además que el vino y el aceite español llegado a América sirvieron de estímulo para el nacimiento de una industria propia. Pero también llegaron desde Europa las enfermedades y las pestes que limitaron la salud de las generaciones venideras.

10- Entonces, ¿Qué nos identifica? El Atlántico como puente Durante el Congreso de la Lengua que se celebró en Cartagena de Indias en 2007 Carlos Fuentes (1928 – 2012) sostuvo: “¿Qué nombre nos nombra entonces? ¿Qué resumen lingüístico nos une y reúne? ¿Qué título, simplificándonos, da cuenta verdadera de nuestra complejidad? He venido proponiendo un nombre que nos abarca en lengua e imaginación, sin sacrificar variedad o sustancia. Somos el territorio de La Mancha. Mancha manchega que convierte el Atlántico en puente, no en abismo. Mancha manchada de pueblos mestizos. Luminosa sombra incluyente. Nombre de una lengua e imaginación compartidas. Territorios de La Mancha, el más grande país del mundo”.

Y otra vez Fuentes; ahora desde su obra “El espejo enterrado” (Taurus. Madrid, 1998): “La medida de nuestro odio es idéntica a la medida de nuestro amor. ¿Pero no son éstas sino maneras de nombrar una pasión?”.

Y muy a pesar de nuestros desencuentros (los de ayer y los actuales) y los abusos que sometieron a culturas y generaciones (de toda índole; extendiéndose desde matanzas a la corrupción), América seguirá siendo la tierra de las emociones, la fantasía, la pasión y los recursos naturales. Continúa siendo el espacio de la esperanza. “Porque en la historia de los hombres cada acto de destrucción encuentra su respuesta, tarde o temprano, en un acto de creación” (Eduardo Galeano).

 

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