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El drama de vivir en la montaña sin una gota de agua

Desde hace más de diez días, al menos 170 familias de Las Vegas, Los Zorzales y Valle del Sol están si provisión de agua potable luego de las tormentas ocurridas en Alta Montaña. Bañarse, hacer la comida o lavar la ropa, se vuelven un lujo. Los lugareños de años se llevan la peor parte.

Zulema Usach
Zulema Usach martes, 18 de enero de 2022 · 21:28 hs
El drama de vivir en la montaña sin una gota de agua
Los Bomberos Voluntarios distribuyen agua entre la población que vive en la montaña Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

La problemática sale a la luz cada vez que llueve de manera intensa allí, donde el crecimiento desordenado de emprendimientos hizo aumentar la demanda de servicios y superó ampliamente la capacidad de respuesta de un sistema de hace más de cuarenta años, pensado para una proporción mucho menos inferior de personas. Las familias que desde añares se asentaron en la zona más alta de la provincia y eligieron el paisaje de montaña como su lugar en el mundo, son las que más sufren la falta de agua..

Por estos días dependen exclusivamente de las provisiones extremadamente limitadas que los Bomberos Voluntarios les acercan cada tanto. En otros casos, se ha tenido que apelar a la solidaridad de los lugareños que se convidan de a jarritos de agua y en otros, ha sido necesario salir a recolectar agua directamente del río; cuyo caudal todavía circula con una gran cantidad de sedimentos y barro.

En las zonas de Las Vegas, Los Zorzales y Valle del Sol el pedido se hace escuchar al unísono por parte de pobladores y comerciantes que dependen al 100% de los servicios que prestan a mendocinos y viajeros que llegan a estas latitudes en busca de relax y disfrute.

Lo cierto es que hoy, el panorama es más que complejo: luego de las últimas tormentas que se hicieron sentir en Alta Montaña, el recurso vital dejó de correr por surtidores y obligó a más de 170 familias a restringir al máximo posible el consumo. Los que juegan con mejor suerte, han tenido la posibilidad de “bajar” al Gran Mendoza para comprar bidones de agua potable y llevar luego hasta sus casas de fin de semana algo de reservas para poder consumir. Aquellos que habían planificado pasar días de descanso en la casa de la montaña junto a sus hijos y nietos, no tuvieron otra opción que volverse para evitar que los más pequeños se vean expuestos a situaciones extremas (como no poder bañarlos o tener que contabilizarles cada vaso de agua que tomaran).

Sin agua para bañarse

Capítulo aparte se llevan aquellos emprendedores de años, que cuentan con cabañas en alquiler; en algunos casos, de hecho, han tenido que informar a sus residentes provisorios “que no se cuenta con agua para bañarse” y que “deben restringir al máximo el consumo de agua”. Los tanques de reserva de los complejos, ya se han quedado con menos de la mitad de agua; los calefones han tenido que ser cerrados por completo para evitar que se cuele el sedimento y arruine las cañerías y el agua que se toma es solo si está previamente hervida.

Una vez más, la falta de obras para optimizar al máximo la recolección y distribución del recurso vital, es una de las quejas que más se repite. Aseguran de hecho, que en realidad la provincia nunca adaptó la capacidad de respuesta a la demanda actual.

En ese contexto, los vecinos de Las Vegas se han convocado para este domingo a las 10 en una protesta en la que expondrán la problemática. Lo que buscarán, a la larga, es que “las autoridades nos escuchen y nos den una solución urgente”.

Más de diez días contando gota a gota

En todos los casos, la falta de agua comenzó a hacerse sentir hace diez días, cuando las primeras tormentas -más significativas- obligaron a cerrar compuertas y piletones. “Lo que nos han dicho es que el agua no va a volver al menos hasta el viernes”, expresa con desazón José Gulino (62), uno de los mendocinos que eligió Las Vegas hace veinte años como un lugar para pasar sus mejores días.

En su caso, la posibilidad de “bajar” a Mendoza para pasar los días hasta tanto se resuelva la situación, estuvo. “Sin baño y sin la posibilidad de bañarte no es posible seguir; en mi caso tengo un nene de seis años. Nos gusta mucho estar allá pero es imposible poder seguir en esa situación”, comentó el hombre que se animó a contar lo sucedido.

A Norma Santiñaque, la situación no solo le ha afectado su cotidianeidad, sino también su negocio. Cuenta con cuatro cabañas en Los Zorzales (a cuatro kilómetros de Las Vegas), de las cuales solo una por estos días tiene su tanque de agua a la mitad. Las restantes no cuentan con provisión. “Es la primera vez que esto nos pasa con tanta extensión en el tiempo”, dijo la mujer que también vive en este pintoresco rincón de la precordillera mendocina desde 2013.

Santiñaque comenta que en su caso aún cuentan con una reserva de agua muy limitada a partir de las provisiones que distribuyeron los Bomberos Voluntarios.

En lo particular, la vida cotidiana no se hace más sencilla. Allí es cuando muchos comprender a las claras de qué se trata tener que contabilizar cada gota que se consume. “No lavamos la ropa por ahora y tuve que pasar una semana sin bañarme. Mi esposo se tuvo que bañar con agua fría porque no podemos prender el calefón debido a que está programado para el invierno y si lo prendemos nos devuelve agua hirviendo”, explica la mujer y detalla que antes de tomar el agua deben hervirla. Lavar los platos o preparar una comida también son actividades básicas que son pensadas dos veces antes de ocupar algunos litros de la reserva. “Nos han dicho que tal vez el fin de semana vuelve; pero nada es seguro”, comenta Norma.

Alejandra tiene una casa en Valle del Sol y desde el 20 de diciembre eligió asentarse en su morada de la montaña para pasar los días en un ambiente más relajado. “Acá no desperdiciamos ni una sola gota; nos bañamos en menos de dos minutos y cuando lavamos los platos al agua que va quedando la aprovechamos para lavar otras”, dice la mujer y asegura que en su caso le ha sido posible comprar bidones en Mendoza para llevar a su casa y poder tener para tomar.

En muchos casos, los habitantes aseguran que los comerciantes de la zona aprovechan la extrema necesidad y venden las botellas y bidones a precios exorbitantes. “Había venido con mis tres nietos, pero los tuve que llevar de vuelta a Mendoza porque es imposible estar aquí con niños”, expresa Alejandra y denuncia que cada vez que exponen la problemática a las autoridades “todos se tiran la pelota entre sí”. “Lo que hace falta es que hagan nuevas obras porque además cuando largan el agua en realidad se termina desperdiciando porque se filtra”, denuncia la mujer.

Falta de obras, el reclamo recurrente

La falta de obras que permitan mejorar la calidad y cantidad de la provisión de agua para los pobladores de estas zonas de montaña es una de las inquietudes más repetidas. Alberto Cortez (44), El hombre conoce como pocos los cambios que a lo largo de los años se han dado en Las Vegas. Sus abuelos son residente de la zona desde hace muchos años y él eligió a este paraíso como su lugar en el mundo. Un problema en la vista lo llevó a elegir la montaña antes que la ciudad y desde hace cuatro años vive allí. "El problema es la falta de infraestructura; muchas cosas cambiaron con el tiempo y la población se duplicó. En cambio, las obras para proveer de agua a la zona nunca se actualizaron conforme a ese crecimiento", dice el hombre y agrega que en realidad si bien estas situaciones de escasez o falta total de agua han pasado antes "pero no con la magnitud de ahora", dijo en relación con la afectación que generó el alud que afectó al arroyo Las Mulas. 

 

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