Varados en Suiza

El duro reclamo de una mendocina varada en Suiza: "Quieren abrir a turistas, sin cuarentena, y yo no puedo volver"

Mientras el Gobierno analiza regalar pasajes aéreos a extranjeros para reactivar el turismo, miles de argentinos varados en el extranjero buscan alternativas para volver al país sin obtener respuesta oficial. Esta es la historia de Yamila y Mauricio, dos mendocinos que no pueden volver.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen martes, 17 de agosto de 2021 · 12:30 hs
El duro reclamo de una mendocina varada en Suiza: "Quieren abrir a turistas, sin cuarentena, y yo no puedo volver"
Los mendocinos Mauricio y Yamila se suman a la lista de argentinos varados en el mundo.
El duro reclamo de una mendocina varada en Suiza: "Quieren abrir a turistas, sin cuarentena, y yo no puedo volver"
Durante las vacaciones, Mauricio y Yamila participaron en paseos familiares.
El duro reclamo de una mendocina varada en Suiza: "Quieren abrir a turistas, sin cuarentena, y yo no puedo volver"
Yamila organizó este viaje para visitar a su familia que vive en Suiza.
El duro reclamo de una mendocina varada en Suiza: "Quieren abrir a turistas, sin cuarentena, y yo no puedo volver"
Antes de ir a Suiza, Yamila y Mauricio estuvieron unos días en España, visitando a su familia materna.
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Yamila Rauss tiene 24 años y estudia psicología en la Universidad de Mendoza. Viajó a Europa el 20 de junio, cuando terminó su cursada virtual. Unos días más tarde el 2 de julio, la siguió su hermano Mauricio, de 21 años, que estudia gastronomía en Instituto Arrayanes donde ya tenía clases presenciales. "Tenemos familia en Europa y hace muchos años no nos reuníamos", cuenta ella y relata que primero estuvieron en España visitando a su familia materna. 

Mauricio debería haber vuelto el 4 de agosto. "Se enteró de casualidad de la cancelación de su vuelo porque yo empecé a informarme sobre la situación que atravesaban otros argentinos. le dije que verificara su reserva y, efectivamente, el vuelo estaba cancelado", comenta Yamila que -de acuerdo a su plan original- hoy debería estar sobrevolando el Atlántico para aterrizar en Mendoza. "Yo me la vi venir con más tiempo porque la primera semana de agosto la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) publicó una lista de vuelos autorizados durante este mes y el mío no estaba en esa lista entonces sabía que me lo iban a cancelar, pero hasta que ellos no realizan la cancelación de la reserva 2 días antes del vuelo, uno no puede hacer nada", reclama. 

La reacción de los hermanos Rauss fue buscar nuevos pasajes. "Mauricio consiguió que Iberia reprogramara su viaje para el 26 de agosto, pero luego nos dimos cuenta que ese vuelo tampoco estaba en la lista de los aprobados. También llamamos a la Embajada de argentina en Berna, pero no le dieron ninguna solución. Nadie se hace cargo de nada", sentencia indignada.

En el afán de buscar una respuesta, Yamila se unió a grupos de argentinos varados en Facebook y luego encontró un grupo de WhatsApp de varados de Iberia. "Fue increíble conectarnos con toda la gente que estaba en la misma situación, ver que somos cientos de miles los que estamos con una incertidumbre enorme, algunas personas están varadas desde principios de julio, hay gente con enfermedades crónicas que necesita urgentemente volver al hogar", señala con indignación y sigue: "Ningún consulado brinda soluciones ni ayuda. Hay argentinos varados en Barcelona, en Madrid, en Italia... Nos dicen que existe un 'cupo prioritario' para el cual hay que hacer un trámite en las oficinas de Cancillería, pero después de haber enviado todos los papeles la aerolínea te dice que no existe tal cupo, o que no aún no se lo envían, y así pasamos el tiempo sin tener respuesta de nadie que nos asegure cuándo vamos a poder volver". 

Yamila y Mauricio, dos argentinos varados en Suiza, junto a su familia antes de enterarse de que sus vuelos habían sido suspendidos.

Cómo es la vida de los argentinos varados en Suiza

"Me estoy quedando en la casa de una amiga mendocina que vive en Zurich hace varios años y por suerte tiene una habitación extra. Todavía no sé cuándo voy a poder volver: no tengo fecha reprogramada. Mi hermano se quedó en la casa de nuestra hermana, en el sur de Suiza, y, finalmente, después de muchas vueltas, tuvo la suerte de conseguir un vuelo para regresar el domingo pasado. Llamando a Iberia desde Suiza y pidiendo hablar en francés, conseguimos que nos contestara un empleado que milagrosamente le consiguió un asiento en el vuelo que salía esa misma noche, a las 2.30 de la madrugada", relata con una mezcla de tranquilidad porque su hermano pudo regresar y cierta incertidumbre sobre su propia vuelta. 

Yamila deja entrever que en parte su hermano -que antes sólo había conseguido vuelo para fines de agosto- consiguió regresar por el caos informativo que deja pasajeros varados mientras quedan asientos libres en los aviones.. "Lo que hacen muchos argentinos con vuelos cancelados es ir al aeropuerto de Barajas en Madrid con PCR válido y valijas listas los días que se sabe que salen vuelos confirmados a Ezeiza. Insisten mucho en los mostradores de la aerolínea hasta que reciben un 'boarding pass STAND BY', que te permite hacer el pre-embarque y esperar en la puerta de embarque hasta que se suban todos los pasajeros y si quedan lugares libres, te suben al avión".

Cuenta que con esta estrategia "han logrado volver de a 10 personas en cada vuelo, pero sigue siendo un número mínimo, y es una situación angustiante porque hasta último momento no sabes si vas a poder subir. Además, se te van gastos en traslado, en PCR que puede que lo hayas hecho en vano". Y agrega que esta maniobra puede ser útil para los argentinos varados en Madrid pero no para quienes deben hacer conexión. "Arriesgarse a viajar hasta allá para intentar eso y no subir al avión es una complicación más. Otros compran un pasaje nuevo a Montevideo o Asunción y desde allí entrar al país mediante un vuelo privado aprobado por la ANAC que sale más de USD600 por pasajero, pero es una opción para unos pocos", dice. 

Mauricio perdió dos semanas de clases presenciales con la suspensión de su vuelo. Yamila, en cambio, puede seguir cursando online ya que las universidades aun no recuperaron la presencialidad. A pesar de la diferencia horaria, hace lo posible para llevar al día la cursada y algunos compromisos laborales que también puede realizar en forma remota. 

La apertura al turismo extranjero indigna a los argentinos varados

"La verdad es que me parece una tomada de pelo lo que está haciendo el Gobierno. Pienso que, a esta altura de la pandemia, con todo lo que pasó el año pasado, estas medidas se avisan con anticipación, son cosas que se pueden prever. La gente que viajó fuera del país antes de que se tomara esta decisión, debería tener todo el derecho a volver como lo tenía planeado", acusa Yamila y sigue: "En todo caso, una vez que se toma una decisión así, si la gente sigue saliendo del país ya lo hace con la conciencia de que se va en un contexto en el cual es posible que no pueda volver a entrar. En Mendoza están abriendo todo, ya no hay casi restricciones, sin embargo yo no puedo volver. Además, quieren abrir las fronteras en octubre para que los turistas de todo el mundo vengan a Argentina, no les van a exigir cuarentena y encima les quieren bonificar parte de sus gastos".

Está indignada por las trabas que impone el gobierno a los argentinos varados en el extranjero. "Realmente me genera mucha rabia y enojo enterarte de estas cosas. ¡Hay argentinos a los que les han dado fecha de vuelta en noviembre! No tiene sentido lo que está pasando y lo que da más bronca es que muy pocos medios le dan importancia a esto, la mayoría lo nombra al pasar en alguna que otra nota, pero no se le da la cobertura necesaria para que nosotros podamos ser escuchados", exclama. 

Yamila busca encontrar algo positivo en esta angustiante situación. "Lo que rescato de esta situación es haberme dado cuenta de que entre nosotros nos podemos ayudar mucho. Cada argentino o argentina que logra volver comparte su historia, ofrece su contacto para cualquier cosa, ofrecen su hogar, su comida, etc. Es emocionante ver las fotos de quienes logran subir al avión o ya llegaron a sus hogares. Si no nos ayudamos entre nosotros, no nos ayuda nadie. Esto es grave. No todos los que nos fuimos de viaje somos gente con mucha guita, el cambio no es para nada favorable, y se nos acaba el tiempo", remata. 

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