Italia pelea por su patrimonio cultural: nuevo round por la repatriación de “L'Atleta Victorioso de Fano”
Una nueva legislación italiana permitirá al país repatriar obras históricas de su patrimonio cultural. La escultura de El Atleta, en el Museo Getty es uno de los primeros objetivos a reconquistar.
La comisión de Cultura del Senado de Italia aprobó una resolución sobre la restitución de los bienes culturales ilícitamente
exportados fuera de su territorio. La norma es una vuelta de tuerca más que se viene a sumar a una legislación internacional destinada a impedir el expolio de objetos esenciales de la idiosincrasia cultural de todas las civilizaciones. En este caso a lo que se
apunta es a la reversión de los ya acaecidos.
Ya en 1970 la Unesco resolvió que todo bien cultural debía en lo sucesivo contar con un certificado de exportación emitido por el Estado para salir de sus fronteras. En Italia el certificado ya era requisito para cualquier bien arqueológico desde 1939 gracias a una ley sancionada por Benito Mussolini.
La nueva normativa no se trata más que de un eslabón en una larga cadena, pero ha puesto en el tapete un tema apasionante, con múltiples historias ya resueltas y otras que mantienen el suspenso propio de un thriller. Entre las primeras se encuentra la recuperación por parte de Italia de la “Dea de Morgantina”, una escultura del período griego del siglo IV AC. La obra de más de 2 metros de altura representaba a una diosa griega. Provenía de excavaciones clandestinas en Sicilia. Las distintas etapas que la llevaron primero al Museo Getty de Los Ángeles y su restitución al museo del centro de la isla del Mediterráneo después de largas batallas legales son apasionantes.
Hoy, vuelve a estar en el centro del ring un capo-lavoro greco que el Museo Getty de Los Ángeles exhibe con el título “Victorius Youth” y que los italianos conocen como “L’Atleta vittorioso di Fano”. Su origen se remonta a la misma época en que fue creada la Dea. La obra representa un joven en tamaño natural y se atribuye a Lisipo, un escultor del siglo IV AC, dilecto de Filipo II rey de Macedonia.
Junto a Praxiteles, Lisipo es considerado el cenit del período helénico de la escultura griega clásica. El retratado sería un compañero del heredero al trono, el futuro Alejandro Magno, en el acto de premiación en los Juegos Olímpicos. Faltan los ojos que
posiblemente fueran de un material vítreo y los pies que quedaron seguramente adheridos a la base, también perdida. En su estado actual, la escultura mide 152 centímetros.
La obra fue llevada al bronce mediante la técnica de la cera perdida, es decir, que el artista modeló la obra en un material maleable que permite que, aún después de veinticinco siglos, podamos admirar en pleno la potencia estilística de su autor. A su vez, los vestigios de la tierra refractaria usada para su fundición hallados en el interior hueco, permitieron mediante el método del carbono 14, la datación de la obra.
El hallazgo de L'Atleta Victorioso de Fano, la obra que Italia busca recuperar
En el verano de 1964 un pescador accidentalmente la enganchó en sus redes y así fue recuperada del fondo del mar Adriático, frente a las costas de Fano, un pequeño puerto en Le Marche, entre Ancona y Pesaro. No aparecieron otros restos del naufragio, pero supuestamente la escultura viajaba en un navío destinado a Venecia.
Infringiendo normas vigentes, el hallazgo no fue declarado a las autoridades. En cambio recorrió (después de un largo período de ocultamiento) de la mano de traficantes siempre alertas un camino conocido. Exportada ilegalmente de Italia, llegó a Boston en 1977 y al poco tiempo fue adquirida por el Museo estadounidense, según se dice, en cuatro millones de dólares.
A partir de 1989 llegaron al Getty los primeros reclamos de restitución y en 2018 distintos fallos judiciales italianos ratificaron los derechos sobre la obra. Hay librados en consecuencia, pedidos de embargo. La resolución, ahora aprobada en forma unánime por la Comisión de Cultura del Senado Italiano, implica una moción que refuerza la sentencia de la Corte de Casación Italiana de diciembre de 2018.
En aquella oportunidad el Museo declaró, “continuaremos defendiendo nuestro derecho legal a la estatua". Antes del inicio de la pandemia ratificó aquella posición y luego se llamó a silencio. Sin embargo, en los últimos años el Museo Getty debió devolver cuarenta obras reclamadas por Italia, entre ellas la Diosa de Morgantina antes comentada. La historiadora de arte Maureen Marozeau, en su apasionante libro “Historias increíbles del mundo del arte” estima el valor de la restitución en cuarenta millones de dólares.
Detalles sobre el museo Getty, "el acusado"
El museo Getty es un caso extremo dentro de un país (USA) que, previsiblemente, siempre tuvo una posición muy liberal en lo que hace a incorporación de obras en sus museos y colecciones.
Cierto es que el British Museum de Londres exhibe la mayor parte de los frisos del Partenón (los famosos mármoles de Elgin), que Berlín se ufana de su museo de Pérgamo, y que París se engalana con obeliscos egipcios… Pero el museo Getty es un caso extremo.
Fue fundado en 1953 por John P. Getty, el multimillonario petrolero y coleccionista desenfrenado a fin de beneficiarse de reducciones impositivas. Tuvo desde el principio una política muy laxa en cuanto a la procedencia de las piezas que incorporaba, política que se exacerbó a partir de la muerte del magnate en 1976, que deja al museo con más de 600 millones de dólares en acciones de la petrolera.
Dinero, angurria y falta de escrúpulos, permitieron al museo conformar una colección extraordinaria que hoy, en gran medida se encuentra cuestionada.
En el centro de ese acerbo brilla todavía la obra atribuida a Lisipo que recientemente un artículo del prestigioso medio “The Art Newspaper” valuó en 16 millones de dólares. Aún está por verse cuándo L’Atleta retorne victorioso a Fano.
*Carlos María Pinasco es consultor de arte