Día Mundial del Cerebro: los cinco hábitos clave para prevenir el deterioro cognitivo

Para darle importancia a la salud mental y concientizar a la sociedad al respecto, cada 22 de julio se celebra el Día Mundial del Cerebro. En la actualidad cientos de millones de personas en todo el mundo sufren de trastornos neurológicos, alrededor de 6 millones de personas mueren cada año por accidentes cerebrovasculares, más de 50 millones tienen epilepsia y 50 millones padecen demencia, es por ello que se deben promover los cuidados preventivos del cerebro en la población.
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Un cerebro en buen estado tiene como características poder comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones, así como tener motricidad y ser capaz de controlar y regular las emociones, pero muchos de los problemas de salud asociados a las enfermedades mentales son silenciosos y a veces pasan desapercibidos.
En el proceso de envejecimiento uno de los cambios generales que experimentan los individuos es el que se produce en el ámbito de las funciones cognitivas, por eso existen ejercicios o acciones para entrenar la mente como realizar actividades distintas al trabajo, que nos guste, que sean al aire libre, que se puedan sostener en el tiempo, que tenga una meta u objetivo y, si es posible, que sea una actividad social.
Además de estas acciones que promueven la salud mental, existen hábitos para prevenir el deterioro cognitivo. Estas agrupan cuestiones no solo relacionadas al cerebro, si no también a otras funciones corporales y también ligadas a los vínculos sociales y de esparcimiento.
- Interés por aprender y desafiar al cerebro: actividades que nos obliguen a pensar como armar un rompecabezas, crear o construir algo para la casa o jugar a algún juego de mesa es muy importante para el cerebro, además de continuar la educación. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de declive cerebral y demencia.
- Ser social: más allá de las dificultades impuestas por la pandemia, las personas que tienen una vida social activa también tienen cerebros más activos y sanos. De no poder concretarse las reuniones presenciales, se recomienda mantener el contacto con nuestros afectos a través de videollamadas, redes sociales y otras tecnologías.
- Mantenerse físicamente activo: realizar actividad física, además de contribuir al organismo, ayuda al cerebro a “ejercitarse” en capacidad para resolver conflictos, planificar, realizar tareas simultáneas, interactuar perceptivamente con el medioambiente.
- Llevar una dieta saludable: la salud está relacionada en buena parte con los alimentos que consumimos, por eso una dieta equilibrada que represente comer cantidades moderadas, seguir un horario regular de comidas e incluir al menos cinco comidas diarias también contribuye a un cerebro sano.
- No fumar: Las personas fumadoras de larga data sufren un adelgazamiento progresivo de la corteza cerebral, lo cual provoca envejecimiento y disminución de la inteligencia, por lo que el tabaco no solo daña los pulmones y el corazón, también afecta al cerebro.