17 años y una sola condena

La última noche de Paula: un crimen que todavía hoy salpica impunidad

Un tribunal condenó este viernes a Marcos Graín a 11 años de prisión por el crimen de la muchacha violada y asesinada en San Rafael. Pero desde aquella fatal madrugada de octubre de 2003 hubo demasiadas vueltas. Tantas, que casi todos los sospechosos quedaron libres. Reconstrucción.

Facundo García
Facundo García viernes, 12 de febrero de 2021 · 16:44 hs
La última noche de Paula: un crimen que todavía hoy salpica impunidad
Reclamo El crimen de Paula es un emblema de las muertes y la impunidad producidas por el machismo en Mendoza. Imagen: @LautaroJimenezB

Este viernes, Marcos Graín (36) fue condenado a 11 años de prisión por el crimen de Paula Toledo (19), la joven asesinada en la madrugada del 30 de octubre de 2003 en San Rafael. Desde aquella noche sangrienta, fueron muchos los errores que llevaron a que la sentencia de hoy tenga un sabor más bien agrio. Sobre todo, por la brutalidad del femicidio y porque del grupo de sospechosos sólo uno fue sentenciado por la Justicia, acusado de haber sido partícipe necesario del abuso sexual. Lo que sigue es una reconstrucción del crimen según la versión del abogado querellante Guillermo Rubio.

Su línea de tiempo destaca que entre las 12.30 y la 1 de la mañana de aquella jornada, Paula, Alejandro Echegaray y Marcos Graín estaban buscando un sitio donde comprar cervezas en los barrios Ingeniero Ballofet y El Sosneado.

Esos dos hombres, junto a Víctor Echegaray e Iván Gauna, solían merodear por una casa abandonada. Hacia allí llevaron a Paula, posiblemente engañada. A las 2 de la mañana la reconstrucción de la querella ubica a la víctima en dicha construcción: se conjetura que los presentes comenzaron a molestar a la joven, que se negó a tener relaciones sexuales. Entonces la agredieron

A lo largo de los juicios también se mencionó la posible participación de Cristian TorresJorge Sánchez y Andrés Maravilla. Ninguno, salvo Graín, recibió condenas.

Un grito

No muy lejos de la casa abandonada, un vecino declaró haber escuchado un alarido en mitad de la noche, pero no intervino porque pensó que se trataba de "una reyerta familiar". Eran los gritos de Paula, a quien alguien -la querella sostiene que Graín- estaba quemando con brasas de cigarrillo. 

La chica fue inmobilizada y abusada en grupo. En un momento de descuido, desnuda, consiguió salir corriendo, pero la atraparon a 70 metros y la golpearon brutalmente. "Entonces decidieron matarla", sostiene Rubio. 

"Este relato tiene palabras, pero lo que traduce es el dolor de la víctima"

Herida, Paula fue subida a la parrilla de una bicicleta en la que los sospechosos la trasladaron. Paralelamente a las huellas de la bici quedó una marca de arrastre, probablemente de un pie de la chica, que estaba muy malherida. 

"Este relato contiene una cantidad de palabras, pero lo que traduce no son palabras sino el dolor de la víctima", señaló el letrado durante el juicio. 

Sobre calle Victorino de la Plaza, los agresores bajaron a la adolescente de la bici y así, tras causarle una importante pérdida de sangre, haberle clavado un botellazo en la cara, etc., la volvieron a violar. Paula seguía viva: en su aparato respiratorio se encontró pasto y tierra que aspiró mientras los femicidas continuaban con el ensañamiento.

Tres juicios

Paula murió a las 4 de la mañana, aproximadamente. Pero murió muchas veces más en los años posteriores, ya que una combinación de inacciones, descuidos y arreglos raros hizo que el único mínimo atisbo de justicia haya llegado recién hoy, a más de una década y media del crimen. 

De hecho, los sospechosos fueron detenidos poco después de los hechos descriptos, en base a los testimonios de vecinos. Sin embargo la instrucción "se empiojó", las pruebas no servían o llegaban alteradas y se suele denunciar que se tendió un manto de opacidad para que no se conociera la verdad.

El caso de abuso sexual seguido de muerte tuvo tres juicios. El primero fue en 2006, en el que absolvieron a los hermanos Echegaray, a Gauna y a Rodríguez. Tras una apelación, la Suprema Corte provincial ordenó repetir el juicio. Para 2011, Graín también estaba en el banquillo de los acusados, tras un largo tiempo prófugo: lo absolvieron. Y así llegó el proceso que terminó hoy. Una violación en grupo con un solo condenado. Insólito.

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