Migrantes y refugiados

Quién es Juan Matías Gil, el argentino que rescata migrantes en el Mediterráneo

Juan Matías Gil es jefe de misión de Médicos Sin Fronteras. Junto a un grupo de personas se dedica a rescatar migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo para llegar a Italia. Viajan en barcazas durante días, sin saber si llegarán a algún lugar o siquiera si llegarán con vida.

Giza Almirón lunes, 6 de diciembre de 2021 · 22:55 hs
Quién es Juan Matías Gil, el argentino que rescata migrantes en el Mediterráneo

El 2 de septiembre de 2015, una dramática fotografía recorrió el mundo: la del cadáver de Aylan Kurdi, un niño sirio de 3 años, que se había ahogado al viajar con su familia a la isla griega de Kos y flotaba en una playa turca. Esa foto visibilizó el grave problema de millones de personas refugiadas.

Juan Matías Gil es argentino, jefe de misión del barco Geo Barents de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el Mediterráneo. Juan se dedica, con su grupo, a rescatar migrantes que intentan cruzar el mar para llegar a Italia.

Miles de personas huyen desesperadas diariamente de sus lugares de origen, escapando de guerras, pobreza, hambre, violencia, desigualdades. No saben si llegarán a un destino, si podrán entrar a otro país, si serán capturadas o maltratadas, ni siquiera saben si llegarán con vida. A pesar del riesgo de muerte que supone, estas personas salen en barcazas desde Libia para llegar a Sicilia, que queda a casi 650 km. La ruta Libia-Italia o Libia-Malta es una de las más cortas y de las más buscadas por los migrantes, por lo tanto, estas personas intentan escapar de la guardia costera libia, financiada por Europa para que contengan a la gente en aquel país. “Se dedicaban al tráfico de personas y se convirtieron en policías. Les pagan para que los atrapen y los devuelvan a Libia”, cuenta Juan. Y agrega, además, que “incluso muchas veces detienen a los migrantes en aguas internacionales, donde ellos ya no tienen jurisdicción, pero cuentan con el apoyo de Europa, sobre todo de Malta que está muy cerrado para recibir a los migrantes”.

Niño rescatado de una barcaza que intentaba cruzar el Mediterráneo

Antes, en las embarcaciones viajaban aproximadamente 400 personas, mientras que en la actualidad, solo entran 100. Estas barcazas son más pequeñas, pues tienen la intención de evitar que los intercepte la guardia costera. Son también más inestables y peligrosas. 

En 2020 hubo 82,4 millones de personas desplazadas en el mundo, alcanzando un récord histórico, tal como indicó el reciente informe presentado por ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), organismo a cargo de proteger los derechos de las personas refugiados y desplazadas. La cifra aumentó por noveno año consecutivo, como indicó ese mismo documento, y 1 de cada 95 personas alrededor del mundo se vio obligada a huir de sus hogares, a pesar del covid.

El mar Mediterráneo es una de las principales vías de escape hacia Europa para quienes huyen de África y Medio Oriente (regiones donde se encuentra la mayor cantidad de personas desplazadas y refugiadas). La arriesgada travesía se lleva a cabo en su mayoría desde las costas de Libia, además de Túnez, Marruecos, Egipto y Turquía, entre otros países. Estas personas llegan a pagar 2 mil dólares a los traficantes para que los hagan cruzar, según reportes de organizaciones como la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras.

Desde 2014 se registraron al menos 22.930 muertes o desapariciones en el Mediterráneo

Desde 2014 se registraron al menos 22.930 muertes o desapariciones en el Mediterráneo, tal como indica un relevamiento de la organización Missing Migrants Projects. La crisis provocada por la guerra civil en Siria (que aún sigue en pie) fue uno de los principales disparadores de esta ola migratoria. El relevamiento hecho por ACNUR indica que en 2015 se dio el pico de cruces, cuando 1.032.408 migrantes lograron cruzar el Mediterráneo. Además, a lo largo de este año aproximadamente 110.000 migrantes llegaron a Europa y al menos 1.589 murieron o desaparecieron en el camino.

A Juan Matías Gil le llegaron a decir que "preferían tirarse al agua y morir antes de ser capturados por la guardia costera de Libia". Por eso, él y cientos de personas trabajan cada día para que no haya más muertes como la de Aylan, que dan que hablar a la portada de un día, pero al otro se las lleva la marea.

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