Hay que esperar 100 años para que suceda lo mismo que en 2021

Fanáticos o no de las coincidencias, el 2021 encierra una particularidad con respecto a su número: descompuesto en números de dos dígitos, arroja una cifra consecutiva: 20-21. 

La última vez que sucedió esto fue en el año 1920 (19-20). Esto es un fenómeno que se repite cada 101 años (1819, 1718, 1617, 1516, etc.). En 1920 entraba en vigor la ley seca en Estados Unidos, Gandhi iniciaba en India una campaña pacífica de defensa civil, en Argentina era presidente Hipólito Yrigoyen, y el mundo se recuperaba de su primera Guerra Mundial (1914-1918). 

Han pasado 100 años donde la configuración de la fisonomía mundial cambió rotundamente. Pocos imaginaron en 1920 que cuando ese fenómeno numérico volviera a suceder en 2021 el mundo sería tan diferente. ¿Quién hubiese imaginado ese año que un hombre pisaría la luna? ¿O que sobrevendría otra Guerra Mundial, como si nada se hubiese aprendido de la Primera Guerra? ¿O que dos personas podrían mirarse las caras de modo simultáneo aunque estuviesen separadas por 10.000 km de distancia? 

Ese año, 1920, el mundo atravesaba otra pandemia: la de la gripe española. Ese año se dio el último rebrote de la enfermedad que los dos años previos había alarmado al mundo. 

Y ni hablar si nos vamos 202 años atrás (18-19), donde en la Argentina recién se sancionaba el primer texto constitucional (1819) y pasarían 34 años hasta tener el definitivo. Colombia terminaba su proceso independentista comenzado en 1810. Las naciones europeas seguían en plena expansión colonialista, sobre todo en Asia y en África. Napoleón vivía y en Inglaterra gobernaba un rey llamado Jorge III. No existían los aviones y una noticia tardaba meses en recorrer el mundo.   

Al mundo le esperan 100 años más para que llegue el 2122. Son 100 largos años donde muchos saben que se debate la misma subsistencia del planeta y del ser humano.

Ojalá alguien lea este artículo dentro de 100 años y nos cuente que el planeta ha mejorado, que el mundo convive en paz, entre los mismos seres humanos y en armonía con el planeta.