Relaciones

Por qué algunos hombres se vinculan agresivamente

Los vínculos violentos denotan una relación de poder. Las relaciones entre hombres en muchas ocasiones están teñidas de vínculos agresivos y de violencias simbólicas evidentes.

Andrea Ginestar
Andrea Ginestar jueves, 2 de diciembre de 2021 · 13:11 hs
Por qué algunos hombres se vinculan agresivamente
Los mandatos sociales van cambiando con el transcurso de los años y las formas de vinculación evolucionan, sin embargo, hay espacios donde aún hay resistencia Foto: Pexels-pixabay-163431

Las relaciones desiguales de poder en las que una de las partes maltrata y subordina a la otra pueden darse en el ámbito público o privado. Tanto hombres como mujeres estamos habitados por esa tensión agresiva que le damos más o menos pulso según la circunstancia. Hay vínculos donde se propician este tipo de interacciones y no nos damos cuenta superficialmente. Las relaciones entre hombres suelen estar marcadas por prácticas agresivas.

Según el psicólogo Mauricio Strugo, si bien muchas cosas han cambiado, todavía hoy socialmente al hombre le cuesta relajarse y mostrarse mas sensible por miedo a no pertenecer o cumplir con lo que se espera de él. "Muchos hombres se vinculan agresivamente porque arcaicamente tienen inculcado el rol del guardián que tiene que hacerse valer y para lograrlo no solo no tiene que demostrar debilidad sino que tiene que estar atento a cualquier desafío".

Los vínculos entre hombres son complejos y en muchos casos están teñidos de mandatos sociales que regulan las formas de relacionarse con sus pares. "La burla o cargada es una mutación social de la violencia animal a una agresividad socialmente tolerada, encontrar al chivo expiatorio en los grupos y molestar es la manera lamentable que muchas veces encontramos los hombres actuales para validarnos a través de denigrar al otro para esconder nuestra sensibilidad o defectos; para ser aceptados cuanto mas se rían de lo ingeniosa de nuestra burla mejor", explicó el psicólogo.

"Encontrar al chivo expiatorio en los grupos y molestar es la manera lamentable que encontramos los hombres actuales para validarnos a través de denigrar al otro para esconder nuestra sensibilidad o defectos", dijo Strugo.

Las interacciones en los grupos donde predomina el género masculino adoptan códigos sumamente violentos que generan que en algún momento o todo termine mal o aquel elegido como depositario de la mayoría de esos comportamientos abusivos se vaya del grupo. "Es muy triste que, en vez de poder preguntarnos cómo estamos, utilicemos la burla porque no sabemos como vincularnos", agregó Strugo.

"El hombre tiene que ser duro, no debe llorar y los sentimientos hay que esconderlos para no ser débiles porque sino la vamos a pasar mal", destacó el psicólogo quien reflexionó sobre esas conductas o mandatos que son adquiridos en la infancia y perduran a lo largo del tiempo.

"Quien muestra un poco de debilidad suele ser discriminado y enseguida acusado de raro; estamos obligados por la autoimagen y por la presión social a bancar y a defender cuando justamente un hombre bien integrado es aquel que puede tener en sus manos una espada bien afilada para defender a los suyos, es un hombre que sabe de su fuerza y valentía pero también del beneficio de otras emociones como el amor, el dolor, la tristeza considerada negativas y hasta prohibidas para la masculinidad. ¿No es hermoso ver a un hombre conmovido con el nacimiento de su hijo? ¿No es lindo ver a un hombre acariciar?", agregó.

Los mandatos sociales van cambiando con el transcurso de los años, tanto hombres como mujeres pueden intercambiar perfectamente los roles de sostener y poner limites con cariño y sin autoritarismos. "Eso da como resultado que las nuevas generaciones se permitan un poco más salirse de los mandatos que tan mal nos hicieron como sociedad como el machismo y el patriarcado", destacó Strugo.

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