Historia de superación

Hilda cumplió el sueño de terminar la primaria a los 89 años

Hilda vivió en el campo hasta hace 15 años. Allí trabajaba en las cosechas y su familia no tenía posibilidades de mandarla a la escuela, aunque ella lo quisiera. A los 89 años, ya tatarabuela, logró terminar la primaria y fue además primera escolta en el acto de egreso.

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MDZ Sociedad jueves, 16 de diciembre de 2021 · 15:24 hs
Hilda cumplió el sueño de terminar la primaria a los 89 años

Hilda Ramírez tiene 89 años y vive en Viale, una localidad de Entre Ríos, a menos de 70 km de Paraná. Esta mujer, que es madre de 4 hijos y tiene, además, 16 nietos, 25 bisnietos y 2 tataranietos, cumplió un sueño muy meritorio a su edad: terminó la primaria. Ayer se recibió en la Escuela Primaria de Jóvenes y Adultos Nº114 "Hans Christian Andersen". Toda su familia se alegró doblemente con Hilda, ya que fue primera escolta en el acto de colación.

Esta mujer perseverante recibió un merecido reconocimiento porque Hilda no solo estudió mucho durante los tres años que dura esa modalidad, sino que además debió interrumpir su cursada para cuidar a su esposo cuando enfermó. Decidió retomar luego de enviudar, a comienzos de 2021. “Ella siempre estuvo cuidando a mi papá. En marzo hubiesen cumplido 64 años de casados. Cuando mi mamá pasó a segundo año, él se enfermó y ella dejó la escuela para atenderlo hasta el último momento, hasta que el falleció, a principios de este año”, contó su hija Graciela.

Hilda es madre, abuela, bisabuela y tatarabuela

Siempre me gustó estudiar y quería seguir la escuela, pero éramos pobres, vivíamos en el campo, no había escuelas cercanas con más grados y venir a estudiar a Viale estaba lejos de mis posibilidades”, contó Hilda, que vivió en el campo hasta hace unos 15 años. Allí se crió, trabajando en las cosechas, ayudando a su familia con estas labores desde muy chica.

La historia de Hilda se hizo conocida hace unos meses, cuando se supo que para ir a clases caminaba 20 cuadras (entre ida y vuelta). A ese tramo le sumó luego otro igual, ya comenzó a ir a pilates en un lugar cerca de la escuela. Esto se debe, en parte, a una sugerencia médica en la que le recomendaron hacer alguna actividad para conservar su salud.

"Siempre me gustó estudiar y quería seguir la escuela, pero éramos pobres"

Habiendo participado en distintas actividades escolares, Hilda agradece a Dios, a su familia, y especialmente a sus nietos (de los cuales tres viven con ella). Compartió, además, su decisión de no continuar la secundaria el próximo año: “No es que no tenga voluntad de seguir. A mí la escuela me gustó siempre, pero ahora me voy a dedicar a mis nietos. Ellos trabajan y si siguiera estudiando, como la secundaria es de noche me tendrían que llevar y buscar. Además, con ese horario de cursado en el invierno ¿qué voy a hacer? Con los fríos me voy a engripar o enfermar de algo. Así que doy gracias a Dios por lo que me ha dado hasta acá y me quedo ahora en mi casa, que si bien no tengo ninguna clase de lujos, no me hace falta nada y tengo comodidades”.

También agradeció a la comunidad educativa, especialmente a sus docentes: “Me trataron muy bien. Tuve una maestra cuando empecé la escuela y después trabajé con ella como empleada en su casa”.

En medio de la alegría por este logro, Hilda siente nostalgia por su compañero de casi toda la vida. Este lunes se cumplieron 11 meses desde su muerte: “Él era una buena persona, tenía un gran corazón y nunca me faltó nada”. Sin embargo, ella sabe que no está sola: “Ahora doy gracias Dios por los nietos que tengo a mi lado, ellos me cuidan, están conmigo, también uno de mis hijos vive cerca”.

Hilda terminó la primaria y fue primera escolta a los 89 años

Graciela expresó emocionada el ejemplo de vida que representa su madre: “Ver que mi mamá se recibe para mí una gran satisfacción, porque es verla cumplir un sueño, que era el de terminar la primaria. Y con esto de ser la primera escolta es doblemente gratificante, un orgullo”. Contó también que cuando Hilda le dijo que quería terminar la escuela, pensó que era solo un comentario, pero un día supo de la oportunidad que los adultos tenían de terminar la escuela y entonces Hilda se anotó. “Durante la pandemia mi mamá dejó la escuela. Este año, cuando retomó, tenía una semana de clases presenciales y la siguiente era virtual. Cuando le tocaba de este modo la maestra le llevaba las tareas a la casa”, agregó Graciela.

Hilda se quedará ahora en su casa, compartiendo con su familia todo lo aprendido, en la escuela y, sobre todo, en la vida.

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