Derecho a decidir

Conmovedor testimonio reabre el debate sobre la eutanasia

Crece la necesidad de un debate que contemple el derecho a decidir sobre la propia vida y la urgencia de quienes necesitan respuestas por parte de las instituciones. El testimonio de un abogado mendocino que padece Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

Andrea Ginestar
Andrea Ginestar lunes, 1 de noviembre de 2021 · 07:04 hs
Conmovedor testimonio reabre el debate sobre la eutanasia
Daniel es un reconocido jurista mendocino que hace 4 años fue diagnosticado con ELA

La vida es uno de los bienes más preciados, nadie se quiere morir. Por lo menos nadie en su sano juicio... así comienza el relato de Daniel Ostropolsky, un reconocido jurista mendocino que fue diagnosticado con ELA y hoy está al frente de una lucha por lo que considera su "derecho inalienable y personalísimo a la libertad para decidir, cuando llegue el momento, a terminar con una existencia tan atroz como innecesaria frente a una enfermedad irreversible e incurable".

Daniel tiene poco más de 70 años y hace 4 años fue diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Esta enfermedad del sistema nervioso debilita los músculos y afecta las funciones físicas ya que las células nerviosas se degradan reduciendo la funcionalidad en los músculos con los que se conectan.

A pesar de los avances logrados en el campo de la medicina, existen enfermedades de las que aún se sabe muy poco. En el caso de ELA, se desconoce la causa y si bien, algunos medicamentos y terapias pueden disminuir los malestares propios de la enfermedad, no existe cura para la misma. Esto último es tan así que no se conoce ni hay registro de caso alguno de remisión de la enfermedad. Nadie se cura...

"Esta enfermedad neurodegenerativa desde el inicio de los primeros síntomas y que poco a poco, pero sin pausa, va minando mis fuerzas por la progresiva y sistemática disminución de absolutamente todos los músculos hasta que, se sabe con absoluta certeza, conduce ineludiblemente a la muerte, generalmente por fallo respiratorio, o sea lisa y llanamente asfixia", explicó Daniel.

El caso de Esteban Bullrich, quien padece ELA, permitió hacer foco en la enfermedad

El diagnóstico fue un baldazo de agua fría para toda la familia que hoy acompaña y entiende las causas de la lucha de Daniel quien sabe que el tiempo apremia. La enfermedad que padecen 2 o 3 personas cada 100.000 habitantes, va deteriorando los movimientos musculares de su organismo pero no afecta la sensibilidad, quienes padecen ELA pueden percibir el progreso de cada uno de los síntomas con sus secuelas y dolores característicos. 

Las facultades cognitivas no se alteran con la enfermedad, el paciente sabe, entiende y siente todo lo que sucede en su cuerpo transformando sus días en un doloroso camino hacia un desenlace que en medio de atroces sufrimientos padecen tanto el paciente como sus familiares y seres queridos.

"La vida es tan maravillosa que casi siempre proporciona alguna alternativa que convierte la decepción, dolor, angustia y tristeza en esperanza y estímulo para intentar nueva oportunidad de querer seguir estando, aun cuando las limitaciones físicas y espirituales reduzcan las potencialidades personales. Se llega a aprender y conformar a vivir con menos y en esos casos menos es más", destacó y agregó: "Esa expresión casi siempre excluye a aquellas otras situaciones en que la prolongación natural o artificial de la vida constituye una verdadera tortura, la que además de dolorosa, absurda e impiadosa, también se revela tan inútil como estéril".

Daniel nunca se cuestionó por qué le tocó a él padecer esta enfermedad, sabiendo que tiene poco tiempo, se somete a distintas terapias que le permiten disminuir algunos dolores y molestias propias de la enfermedad. Acompañado por sus hijos, nietos, yernos y nueras se siente privilegiado de haber vivido lo suficiente para disfrutar de su familia y hoy busca sentar un precedente en la lucha por "la libertad de decidir cuando llegue el momento, a terminar con una existencia tan atroz como innecesaria frente a una enfermedad irreversible e incurable, evitando así lo que constituye una afrenta a los principios en los que he basado mi vida, entre otros, la dignidad".

Eutanasia, el debate que se viene

"De nada sirve y por el contrario agravia a la condición humana que a mí y otros que como yo cuando llegue a un estado de caquexia en que la vida ya no es tal, reducido al dolor permanente y sin esperanza alguna de alivio ni mejoría, se mantenga inútilmente esa situación. En ese caso se nos condena a muerte... en vida", dijo Daniel.

La eutanasia es una intervención médica en el final de la vida caracterizada por la intención de acelerar la muerte para evitar el sufrimiento.

Los detractores de la eutanasia, en su mayoría, tienen argumentos religiosos cuya vida es sagrada, es un regalo de "Dios" que no les pertenece enteramente a los seres humanos. Para este grupo, los médicos que participen de ese acto, traicionarían el juramento hipocrático.

Por el contrario, los defensores de la eutanasia argumentan que las personas tienen derecho a mantener su autonomía con el propósito de liberarse de los sufrimientos extremos que, en muchos casos, causan las diversas patologías que los aquejan. En ese sentido se prioriza la calidad de vida de las personas y el derecho a vivir dignamente.

"Toda vida tiene un límite y está bien que así sea. Cuando se llega a tener la certeza que el fin es cuestión de poco tiempo pero incierto y el paciente está sometido a grandes sufrimientos y no se encuentra en condiciones de poner fin a ese tormento por sí mismo, precisamente porque su apego a la vida lo decidió a no hacerlo mientras hubiese podido, negarle el auxilio a salir de una manera piadosa, además de injusto tiene un efecto paradojal", destacó Ostropolsky.

"Injusto porque niega el derecho a que cada quien pueda hacer efectiva la decisión que en libertad asume sobre su propia existencia", agregó y exhortó a las instituciones a "hacerse cargo de las reformas que la sociedad reclama".

Estado de situación

Ya existen proyectos de ley en Chile, Uruguay y Argentina para despenalizar el procedimiento que provoca la muerte de un paciente por elección a través de la administración de drogas o sustancias letales. En todo el mundo, la eutanasia es legal en siete países: Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Nueva Zelanda, España, Países Bajos y Colombia.

"Hay mucho escrito y argumentado sobre el buen morir con fundamentos sólidos y convincentes. Incluso nuestro país ha llegado a sancionar una ley que contempla el caso, pero se queda a mitad de camino ya que posibilita que a un enfermo terminal se le extraiga o no se le administre ningún soporte mecánico o químico, pero deja prolongar ese estado hasta su total consunción, al no permitir realizar ningún acto para terminar con el suplicio de lo que ya no es vida, la que es eutanasia activa y constituye la verdadera muerte digna", explicó Ostropolsky.

"Falta esa ley de eutanasia. El silencio que causa su falta sólo consigue amplificar los lamentos de quienes sufren por tal ausencia", cerró.

Aquí encontrarán una entrevista completa a Daniel Ostropolsky realizada por Jorge Caloiro y Marcos González Landa en el programa "Con qué derecho" de MDZ Radio.

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