Adultos mayores: por qué son el mayor desafío del sistema de salud
Las personas mayores constituyen uno de los grupos más olvidados para acceder a estos servicios, sea por las escasas políticas públicas destinadas a esta población o por los propios prejuicios en relación a la salud mental, que dificulta la prevención y detección temprana de posibles patologías.
El envejecimiento constituye un desafío para los sistemas de salud. Sin embargo, paradójicamente, los adultos mayores se encuentran entre los grupos con mayores limitaciones para acceder a estos servicios.
En el contexto actual, los adultos mayores y aquellas personas que padecen deterioro cognitivo pueden experimentar distintas alteraciones emocionales y conductuales, como ansiedad, agitación, tristeza y enojo. Ante esta situación, los profesionales de la salud deben incorporar nuevas herramientas y estrategias de intervención que permitan proporcionar apoyo emocional y asistencia práctica de manera remota, teniendo en cuenta las medidas de distanciamiento social, y contando con la colaboración de redes informales como familiares, amigos y vecinos.
El acceso a la salud constituye un derecho fundamental para todas las personas. El mismo hace referencia al ingreso del individuo al sistema de salud con el objetivo de alcanzar el bienestar integral, resguardar la salud y la vida, es decir, contar con la posibilidad de asistir a las consultas médicas, realizar estudios, obtener los medicamentos necesarios o ser hospitalizado, sin sufrir ningún tipo de discriminación por razones de edad, sexo, raza, religión, condición socioeconómica u otras.
A pesar de lo mencionado anteriormente, las personas mayores cuentan con menor capacidad para acceder o pagar estos servicios, por lo que se requiere ajustar los sistemas de salud adoptando un enfoque distinto en relación a la atención que se brinda. Es decir, se vuelve necesario fortalecer los sistemas de salud y atención integral de manera que se logren satisfacer las necesidades de los adultos mayores, a través de la implementación de políticas públicas, el desarrollo de investigaciones científicas, la creación de herramientas de asistencia y apoyo y la lucha contra los mitos existentes en torno a este grupo etario.
El sistema de salud debe garantizar la atención integral de las personas mayores, incluyendo la satisfacción de las necesidades de aquellas que se encuentran más vulnerables, con el objetivo de que alcancen la mayor funcionalidad física, mental y social posible, conservando su autonomía e independencia. Esto se logra mediante la creación de dispositivos de apoyo y la adaptación de los entornos de atención en el barrio o en el hogar para aquellas personas con dificultades de movilidad. Además, estas intervenciones deben estar acompañadas de evaluaciones y seguimientos periódicos con el objetivo de adecuar las mismas a las nuevas demandas que se presenten.
Ante la emergencia sanitaria provocada por el virus covid-19, se llevaron a cabo distintas medidas con el propósito de facilitar la obtención de medicamentos bajo receta por medios electrónicos para aquellas personas que presentan patologías crónicas o agudas, de manera que se evite la asistencia a farmacias, centros de salud u hospitales, con la consiguiente conglomeración en las salas de espera, de quienes forman parte de la población en riesgo.
Igualmente, es importante que los profesionales de la salud que atendían a personas mayores en hospitales, centros de día u otras instituciones públicas o privadas mantengan una comunicación frecuente con los mismos para garantizar que puedan continuar desarrollando sus actividades desde los respectivos domicilios, así como proporcionar información a los familiares o cuidadores informales acerca de las pautas de intervención más adecuadas para cada caso en particular.
A continuación se presentan una serie de recomendaciones para acompañar a los adultos mayores durante la pandemia:
- Reconocer posibles síntomas de covid-19 como fiebre, tos, dificultad para respirar, e intervenir rápidamente consultando con el médico de cabecera o los centros de monitoreo especializados.
- Obtener información mediante fuentes confiables acerca de los factores de riesgo y las medidas de cuidado para prevenir el contagio.
- Asegurar que cuenten con los medicamentos necesarios para al menos un mes teniendo en cuenta las medidas sanitarias que limitan las salidas fuera del hogar.
- Planificar medios alternativos de obtener estos medicamentos en caso de emergencia. Dialogar con el médico tratante y el farmacéutico para conseguir un suministro adicional de forma que se reduzcan las salidas a la farmacia.
- Evitar suspender la medicación o modificar los planes de tratamiento sin consultar con el equipo profesional interviniente.
* Milagros Ferreyra y Martín Gabriel Jozami Nassif son miembros de Terapia Neurocognitiva