Sin barbijo mental, en cuarentena todos somos una lupa para temer

#Maridaje > Musicaliza esta columna Lucas Delgado con La punta de L'Iceberg

Si algo le está dando -o aumentando- la cuarentena a quien efectivamente respeta el imprescindible aislamiento social es una capacidad de análisis y una perspectiva sobre las cosas que, celebremos, empodera a los ciudadanos como nunca antes.

En este obligado período de introspección no hay posibilidad de estar demasiado distraído u ocupado las 24 horas arreglando enchufes, cortando el pasto o preparando masa madre como para perder el registro de lo que pasa allá afuera. 

En un contexto como este, hoy a cualquier proceso electoral se le pondrían rayos X donde antes hubiera pasado un elefante camuflado. Con mensajes en las redes sociales, aplausos, llamados a las radios, cacerolas, carteles, videoconferencias y otras tantas formas de expresión, la vox populi argentina se está haciendo oír. 

Los recortes de sueldos (todavía no los suficientes, por cierto) del sector político y judicial, la marcha atrás en decisiones incorrectas o apresuradas (sean estas del campo de la salud o la gestión pública) y la interconsulta permanente entre aquellos que antes de la emergencia sanitaria militaban con fervor el ensanche de la grieta, confirman con hechos que están acusando recibo de lo que demandan los acuarentenados. 

Los receptores de esos mensajes ciertamente incómodos, inquisidores, no pueden desactivar su radar. Jueces, políticos, gobernantes, funcionarios, empresarios, periodistas, comerciantes, y otros tantos que tienen una cuotaparte de poder y/o protagonismo en la toma de decisiones, en la comunicación de las mismas, en la construcción de políticas que nos mueven la aguja a todos, tienen que dar respuesta porque, como el Rey de la fábula, están desnudos y a la vista. 

Habrá quien niegue este fenómeno de expresión popular y pretenda reducirlo a una mera catarsis coyuntural, sin duda necesaria en medio de una pandemia con demasiados temores, conjeturas y efectos colaterales en la economía de todos.

Pero así como habrá un antes y un después del coronavirus a nivel global, también debería ocurrir otro tanto en este país en cuanto a que ya no sigamos culpando al que gobierna (y pusimos ahí con nuestro voto) y seamos más protagonistas y menos espectadores. Esta vez ya puertas afuera.

#ElResaltador

Pensar para sobrevivir

• "Creemos que este virus es una criatura que tiene intenciones y eso es peligroso. Creo que, como en todo momento, hay preguntas que tenemos que hacernos. Tendríamos que hacernos esas preguntas en todo momento de nuestra vida, pero es solamente cuando nos enfrentamos con una catástrofe, cuando alguien que amamos muere, cuando sucede un evento político extraordinario que nos hacemos estas preguntas muy básicas: qué estoy haciendo en el mundo, cuáles son mis responsabilidades hacia los otros, hasta qué punto necesito sacrificarme sin ser un acto egoísta de suicidio, cuáles son los matices que tengo que dar a mi vida cotidiana y qué puedo cambiar en lo que estoy haciendo, no sólo para ayudarme a mí mismo, sino para ayudar a los otros que están ahí en la calle...Necesitamos pensar para saber que estamos sobreviviendo”.

{ Alberto Manguel, escritor, traductor y editor argentino-canadiense, en una entrevista en diario El País } 

#Solapa

El conocimiento hereje, de Patricio Lorente (Paidós, 216 páginas, $600)

• Wikipedia recibe 600 millones de visitas por día en trescientos idiomas desde cualquier punto del planeta. A estos números hay que agregar, como la condición que la hace existir, el poder de su variedad: cincuenta millones de artículos disponibles libremente para quienes los quieran consultar. Es un fenómeno global incomparable de acceso al conocimiento, ¿pero por qué ese conocimiento es hereje? Esa es la pregunta que intenta responder Lorente desde las entrañas de la enciclopedia más consultada del mundo. Él conoce a fondo la cocina de Wikipedia: fue fundador y presidente de Wikimedia Argentina en 2007. La historia que cuenta es una verdadera aventura del conocimiento, en cuyo curso se revelan secretos, se derrumban mitos, se narran conflictos entre países y entre hombres y se desnudan los prejuicios. Esa es la herejía de la que habla Lorente: cuenta la memoria inolvidable de una de las herramientas culturales que cambió al mundo para mejor. 

#Tuiteado