La pandemia y la justicia mendocina

Cuarentena y familia: hijos como rehenes, un daño tremendo ¡y legal!

Hay una situación particular que desvela a muchas personas, durante la cuarentena: ¿qué ocurre si mi ex, con quien no tengo buena relación, me impide ver a mis hijos durante la cuarentena? Aquí, te contamos dos casos y damos la palabra a una jueza de familia. Además, una conclusión final.

Ulises Naranjo
Ulises Naranjo jueves, 23 de abril de 2020 · 07:09 hs
Cuarentena y familia: hijos como rehenes, un daño tremendo ¡y legal!

A nadie le resulta ajeno que, lamentablemente, en muchas ocasiones los hijos terminan siendo rehenes de las malas relaciones entre progenitores separados. Muchas veces, se sabe, problemas actuales y preexistentes terminan conduciendo a malas decisiones y crueles estrategias que involucran directamente a los hijos de esas parejas rotas. 

Ahora, con la cuarentena por la pandemia, el panorama se extrema, pues la falta de contacto entre progenitores e hijos puede ser total, con todos los daños que estas ausencias asumen. Y con la justicia que, en pos de la salud pública general, no asume alternativas para las vulneraciones particulares de derechos de adultos y de niñas y niños. 

Vamos a contar el caso de dos progenitores que se están viendo o se han visto impedidos de tener contacto con sus hijos, a medida que la cuarentena se extiende, el  escenario es cada vez más dolorosa. Por cierto, cambiaremos los nombres de los protagonistas, para evitarles más inconvenientes que los que ya soportan. Además, tendremos los aportes de una jueza de familia y una conclusión general, a cargo del firmante de esta nota. 

Lucas

Mi hijo tiene 3 años y tengo un régimen de cuidado personal compartido: pasa 3 días completos y dos noches en mi casa. Tenemos una excelente relación. En los 28 días de  cuarentena la he podido ver personalmente una vez, una hora, hace 20 días. Puedo hablar con ella en un único horario y algunos días su madre ni siquiera me contesta el teléfono. Como es chico, con una videollamada él presta atención algunos minutos y luego se dispersa, por su edad. Esta sensación de no ver a tu hijo durante tanto tiempo es difícil de describir.

“Cada vez que se extiende la cuarentena (medida con la que acuerdo) me angustio mucho, pensando en cuanto tiempo pasará para volver a ver a mi hija personalmente y me pregunto si esto puede generar en ella alguna sensación de abandono. Vengo cumpliendo la cuarentena de forma rigurosa y tengo todas las condiciones en mi casa para que mi hija pueda estar segura y cómoda. Siento la sensación de haber perdido todos mis derechos de padre y mi hija su derecho a estar con su papá.

“Toda norma cuando hay sentido común se flexibiliza. Por lo que he hablado con amigos y conocidos la gran mayoría ha llegado a acuerdos y los niños con todos los recaudos del caso pasan varios días en casa de sus 2 padres. ¿Nuestra salud y la de los que queremos no tiene que ver también con lo emocional?”. 

Laura

“Tengo 30 años y un niño de 6. Me divorcié hace 5 años. Mantenemos tenencia compartida, mitad de tiempo en cada casa, significa que no hay pago de manutención de ninguna de las partes. Él tiene dos habitaciones, dos camas, todo por dos. Al determinarse la cuarentena, mi hijo estaba en lo de su padre y se me planteó que se quedara allí, donde hay otros niños, y yo sabía que él iba a valorar compartir con sus medios hermanos y dije que sí. La cosa se tornó difícil cuando con el correr de los días, con las videollamadas me lloraba porque me extrañaba.

“Empezó mi tarea de convencer al padre para que la traiga a casa. Yo le escribí por whatsapp que existe el permiso para circulación para papás y mamás separados y él me pegó la noticia de la suspensión de las tenencias compartidas. ‘Está bien, pero a la noche, cuando habla con vos se pone mal. No lo conflictúes’, llegó a decirme. El artículo habla de la “casa principal”, pero mi hijo no tiene casa principal. Tiene dos casas. Intenté seguir convenciéndolo y no logré nada: ‘Hay que respetar la cuarentena. Todos acá estamos encerrados por eso. Acordamos que se quedaba acá’, decía. Esperé a que se cumpliera el acuerdo del día 31 y le escribí. No me contestó y, al día siguiente, me dijo que habló con hijo y que ella quiere quedarse. Respiro hondo y con tristeza, abandono. Siguieron pasando los días, con charlas más cortas, siempre él cortando antes de ponerse a llorar. Los días pasaron y la situación se mantuvo. Insisto con su papa, pero no me contesta los mensajes. Mi hijo se distancia, yo comprendo y sufro. En mi entorno me apoyan y entienden, incluso profesionales, pero no puedo hacer nada. Finalmente, mucho después de lo acordado, lo trajo. No puedo creer por toda la angustia que he pasado”.

Habla la jueza de Familia Adriana Rodríguez

“Hay una norma muy clara: se ha suspendido el contacto físico entre padres e hijos no convivientes. Sólo puede mantenerse la comunicación virtual, mientras dure el ASPO (Aislamiento Social Preventivo Obligatorio) y la cuarentena.

“En los juzgados, tenemos muchos casos diversos. Por ejemplo, los de niñas y niños que están en la Dinaf o en hospitales públicos o casos de adultos en geriátricos y hospitales psiquiátricos. En todos los casos, la decisión es suspender los contactos físicos. Y los jueces debemos cumplir y hacer respetar la norma que se originó en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, con acordada al respecto de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza. Sin embargo, hay casos en los que podemos intervenir: por ejemplo, si la comunicación virtual es impedida por un ejercicio abusivo de un derecho.

“Ahora, si el ASPO se prolonga y se prolonga, habría que flexibilizar. Quizás la norma estaba prevista para un 15 días o un mes y no para un período más largo y todo indica que así será. Habría que revisar lo determinado. Aquí, claramente, hay tensiones en el ejercicios de derechos y el juez, entonces, debe decidir, haciendo primar la protección de la salud pública”. 

A modo de conclusión

Sin dudas, para muchos padres y madres este tema es el más doloroso al que los somete la cuarentena. Para quienes tenemos hijos los testimonios de Lucas y Laura nos conmueven especialmente. ¿Cómo es posible que haya personas dispuestas a vengarse o ejercer crueldad contra otras tomando a sus propios hijos como rehenes de sus acciones? Aquí, claramente, no solo sufren los progenitores ausentes, sino también los hijos apartados.

Está más que clara la postura de la Justicia al respecto, referida por la jueza Adriana Rodríguez, incluso, los jueces cuentan hasta con una "guía de funcionamiento" para estos casos. Sin embargo, ella se permitió dejar espacio para posibilidades aún no abordadas, cuando afirma que “habría que flexibilizar la situación” y “revisar lo determinado”. Pues, urge que se pronuncien al respecto y generen saludables alternativas. 

Si bien la salud pública debe ser protegida, se debiera atender de modo no tan general ciertos casos en los que, claramente, los derechos de muchos padres están siendo vulnerados, porque uno de los integrantes de esa pareja rota está ejerciendo vulneración, al amparo de la ley.

Este es, sin dudas, también un tema central de la salud pública: se está dañando la salud emocional y hasta física de niños y adultos, insisto, al amparo de una ley, que, como todas, contempla la generalidad.

Esta cuarentena, claramente, apunta a durar varios meses más, una situación verdaderamente insostenible. ¿Cómo es posible que no se haya determinado aún un protocolo para que esas niñas y niños puedan estar con ambos progenitores? ¿Qué se está esperando, un daño mayor?

La ley, a veces, es una letra que sirve de trampa para algunos y de herramienta de daño para otros. En estos casos, la Justicia debiera accionar de manera más fina, con escalpelo, caso por caso, y permitir que esas familias no estén cargando con tanta angustia, daño emocional y heridas que tardarán mucho tiempo en cicatrizar.

Ulises Naranjo.

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