#Wok

Infodemia, el virus que se propaga más rápido y contagia mucho más

Desde la irrupción del coronavirus, la OMS sostiene una batalla aparte contra la desinformación y las noticias falsas que circulan a una velocidad apabullante en todos los idiomas. La dañina epidemia de rumores que se generan durante los brotes hoy es un peligro extra al propio virus.

Rubén Valle
Rubén Valle sábado, 29 de febrero de 2020 · 09:41 hs
Infodemia, el virus que se propaga más rápido y contagia mucho más

#Maridaje > Musicaliza esta columna Avishai Cohen con Honey Fountain 

 

Aunque sea irrefutable que "están todos preocupados por el coronavirus y deberían estar preocupados por cruzar una calle", como alertó Viviam Perrone, referente de Madres del Dolor, tras la muerte del deportista Braian Toledo, no es menos cierto que ante el avance del coronavirus, los casos recurrentes y muertes por el dengue, más el resurgimiento del sarampión, hay un combo sanitario que inquieta tanto a hipocondríacos como a aquellos que genuinamente se preocupan y están alertas.

Ante esta avanzada virósica, la información correcta es clave para una sólida tarea de prevención, pero también para evitar reproducir noticias falsas o absurdas curas milagrosas que sólo aportan al caos y la desinformación.

Tan naturalizado está compartir acríticamente todo los que nos llega, aun con las mejores intenciones, que se terminan viralizando (nunca más apropiado el término) bolazos de alto impacto. 

"Se ha pasado de la toxicidad de la infoxicación, que puede tener un carácter individual, a una epidemia informativa colectiva: la infodemia", sintetiza con precisión el social media Julián Marquina.  

Las desinformaciones se propagan -cual virus, otra vez- por todo el mundo de una manera tal que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya habla de una infodemia. Por lo que hoy debe pugnar no sólo para frenar al Covid-19 sino también para ponerle coto a la desinformación que circula impunemente.

La OMS usa la palabra infodemic para referirse a la sobreabundancia informativa falsa y a su rápida propagación entre las personas y medios. Respecto del coronavirus, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el titular de esa entidad mundial, planteó la necesidad de que "la gente debe tener acceso a información precisa para protegerse a sí misma y a los demás".  

Recogiendo el guante, Facebook, la red social más globalizada, advirtió hace unos días que eliminará publicaciones que hagan referencia a hipotéticas curas del virus, como así también los contenidos que creen una sensación de urgencia en torno de este inquietante tema.  

Convencidos de que "la desinformación sobre el coronavirus podría ser lo más contagioso del mismo", el mensaje de la OMS es claro y nos atañe a todos: "Los gobiernos, los ciudadanos, los medios de comunicación, las personas influyentes y las comunidades tienen un papel importante que desempeñar en prevenir y detener el estigma. Todos debemos cuidar nuestras intenciones y ser reflexivos al comunicar en las redes y otras plataformas, mostrando comportamientos de apoyo".


   
No es nada casual esta dependencia de la información que se consume a través de internet y las redes sociales. A tal punto es así que la figura del “Dr. Google" sirve para reflejar que, en promedio, 2 de cada 5 personas se autodiagnostican tras buscar sus síntomas en Internet y que casi un 80% de quienes van a un consultorio a ver a un médico previamente chequean en el famoso buscador alguna pista de dolencia o, en la mayoría de los casos, de su supuesta dolencia.  

La web, entonces, como ese territorio propicio para que fluyan y en el camino se multiplican insólitas teorías conspirativas como que el virus surgió para despoblar exprofeso el planeta o que está en ciernes una guerra mundial biológica. Ser parte de esa cadena irreflexiva lo único que hace es sumar falta de confianza y alimentar un temor desproporcionado en momentos en los que se requiere más transparencia y solidaridad. En esto, nobleza obliga, periodistas y medios tenemos una tarea irrenunciable. 

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#ElResaltador
 

Las ideas que importan

"El sistema educativo no exige pensar: sólo memorizar. Un concepto se retiene en la memoria, pero nadie se pregunta qué significa. Ni lo refuta, que es peor. Pero no es un mal exclusivo de la Argentina. En general, las ideas más importantes están ausentes en los programas. Las guerras crean armas cada vez más mortíferas para controlar al mundo, pero no piensan en la escuela. Recuerdo los murmullos en los pasillos de la universidad. Memorizaban, pero las ideas no les importaban en lo más mínimo".

[ Mario Bunge, filósofo argentino, recientemente fallecido a los 100 años, en Infobae ]

#Solapa

Escuelas que valgan la pena. Cómo liderar procesos de cambio en la escuela, de Pepe Menéndez ( Ediciones Paidós, 184 páginas, $600)

  • Pepe Menéndez, experto en innovación educativa y uno de los ideólogos e impulsores del proyecto de transformación educativa Horizonte 2020 en Barcelona, sostiene que “debemos garantizar el aprendizaje de todos”. El mundo cambia y, en contra de lo que a menudo se escucha en conversaciones ocasionales, la educación también lo hace. Existen numerosas iniciativas que promueven cambios en las metodologías, en los roles de alumnos y profesores, en la relación con las familias. En este contexto, escuchar lo que tienen para decir quienes han hecho cambios profundos en las aulas es clave. A partir de experiencias puntuales e historias reales, estas páginas apuntan a encender un debate al interior de las instituciones educativas, en las casas y en grupos de educadores y de estudiantes. El objetivo es conseguir que el aprendizaje sea el motor de una educación más humana y acorde con las competencias de nuestro tiempo.

#ALaCabeza

  • Permitido reír, estamos en clase, charla TED de Mónica Guitart Coria. Educar con humor es su propuesta para llegar a los alumnos desde las emociones, para aprender de manera relajada y más productiva. Se puede usar humor en las casas, con una pareja, en el trabajo, simplemente porque el humor sirve para la vida. Entonces, cómo no usarlo en la educación. De amplia experiencia en educación, sus clases en la UNCuyo, en la UTN y la Universidad Mendoza son famosas por proponer el humor como una auténtica herramienta de aprendizaje.
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