Neuropsicología

Atendé los síntomas: ¿padecés Burnout, también llamado estrés laboral?

Nos acercamos al final de un año que ha sido complejo desde diferentes perspectivas. Si bien la salud ha sido el centro de atención, ha tenido (y tendrá) repercusiones a nivel laboral, cultural, educacional y social.

Cecilia Ortiz viernes, 4 de diciembre de 2020 · 11:55 hs
Atendé los síntomas: ¿padecés Burnout, también llamado estrés laboral?

“En el escenario laboral que nos encontramos, marcado por la globalidad y la inestabilidad, se observa un alto nivel de complejidad. Es un escenario dinámico, de fusiones empresariales, reingeniería de recursos humanos y desarrollo tecnológico exponencial, donde prima la necesidad de reducción de costes, la demanda en el aumento de la productividad y de la satisfacción del cliente. Estas presiones laborales se ven además afectadas por otros aspectos sociales que también han cambiado y que suponen un añadido más a este entramado, como por ejemplo un menor nivel de autonomía, una mayor sobrecarga debido a la reducción de personal, el aumento de las demandas emocionales, o que los objetivos del trabajo no estén bien definidos, no sean muy claros o no se reciba feedback sobre ellos”, dice Raquel Rodriguez Carvajal, psicóloga de la Universidad Autónoma de Madrid, España.

El contexto delimitado por la pandemia, además, ha incluido en la escena ítems que contribuyen a incrementar el nivel de dificultad: teletrabajo, teleconferencias, dificultad para respetar los horarios laborales (que se extienden dentro del dominio del hogar), etcétera, etcétera. 

En este “río revuelto” el concepto de burnout ha adquirido relevancia dentro de las conversaciones diarias y de las consultas psicológicas. 

De acuerdo a la Comisión Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo, se define como burnout o estrés laboral a aquellas “reacciones físicas y emocionales que ocurren cuando las exigencias del trabajo no igualan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador”. Esto conduce a deducir que el trabajo no facilita el desarrollo de la persona, ya sea porque las condiciones laborales son precarias, porque la frustración y/o la tensión emocional son un condimento diario o porque el desgaste es significativo.

Es importante que tengamos en cuenta que existe un estrés laboral positivo y uno negativo: si yo voy a comenzar mañana mi primer día de trabajo, lógicamente voy a estar expectante, ansiosa por la ejecución de mi tarea, por la relación con mis nuevos compañeros y mis jefes. La situación me va a mantener alerta a las señales del medio. Este estrés, que podemos llamar “eustress”, es adaptativo o positivo, es decir, nuestro cerebro libera altas dosis de cortisol con la finalidad de encender las señales de alarma para que afinemos la puntería en nuestras conductas.

Muy probablemente, a los pocos días o semanas de habituarme al nuevo trabajo, el estrés (o eustress) comience a disminuir.

Si, por el contrario, ese estrés se prolonga durante más de un mes, intensifica su nivel y comienza a interferir con la salud física y emocional, entonces se transforma en negativo, y ya no es adaptativo, nos ata al sufrimiento.

¿Cuáles son las causas del estrés laboral? 

* El acoso laboral (conducta de agresión u hostigamiento ejercida por el empleador o por uno o más trabajadores a otro u otros, resultando en humillación, maltrato o menoscabo).

* Sobrecarga de funciones (suele ser la causa más común de estrés laboral) o ambigüedad en la delimitación de tareas.

* Bajo salario.

* Falta de incentivos y motivación.

Existen, por otro lado, factores que pueden precipitar o condicionar el surgimiento de estrés laboral, como los rasgos de personalidad, las condiciones familiares y culturales, el género, la edad, la experiencia previa. El estrés depende de la interacción dinámica entre la persona y su contexto. Nadie es víctima pasiva, la forma en la que leemos o interpretamos acontecimientos nos lleva a poder enfrentarlos o no.

¿Cuáles son las consecuencias del burnout? 

La sobrecarga laboral acarrea consecuencias físicas, cognitivas y emocionales.

- Consecuencias Físicas: En el 2013 un grupo de médicos estudió a pacientes con diagnóstico de burnout. Publicaron un trabajo que resalta los siguientes síntomas: insomnio, indicadores cardiovasculares anormales, hipertensión, diabetes, problemas de tiroides, enfermedades dermatológicas (como eccema, prurito) y cefaleas.

- Consecuencias Cognitivas: Dificultad para concentrarse, problemas de memoria (a modo de olvidos selectivos de información reciente), disminución de la capacidad para realizar varias tareas a la vez, enlentecimiento en la velocidad de procesamiento de la información.

- Consecuencias Emocionales: Labilidad emocional, irritabilidad, ataques de pánico, ansiedad, sintomatología depresiva.

¿Cómo actuar ante el estrés laboral o burnout?

El primer punto, y de suma importancia, es reconocerlo. Difícilmente podremos cambiar una situación si no la vemos.

Segundo, si se necesita ayuda, pedirla. Muchas dificultades se transforman en problema porque no se solicita apoyo a tiempo.

Tercero, aprender a ser asertivos, es decir, comunicar lo que se siente, permitirse decir NO cuando haga falta.

Es importante asumir que el colocarse en lugar de víctima no conduce al cambio, el comprender que uno es responsable del lugar que ocupa en una interacción posibilita comenzar a transitar por vías alternativas.

Lic. Cecilia C. Ortiz / Neuropsicóloga / licceciortizm@gmail.com 

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