La Biblioteca San Martín reabre con cambios y nuevas expectativas

Luego de permanecer casi nueve meses cerrada al público, la Biblioteca General San Martín reabrió sus puertas hace pocos días con importantes cambios que suponen una adecuación a esta nueva realidad, aprovechando las nuevas herramientas tecnológicas y el restablecimiento del contacto con los ciudadanos, y pensando además en lo que será la agenda para su Bicentenario que se celebrará en el 2022.

Si bien la atención presencial se restringió apenas comenzaron las medidas restrictivas en marzo por la pandemia, la Biblioteca San Martín continuó funcionando en forma remota. A partir de agosto, más precisamente en las vísperas sanmartinianas, la institución recuperó parte de su presencia a través de la plataforma web Mendoza en Casa, donde auspició el Seminario ‘San Martín y las bibliotecas’ y el ciclo de cuentos sanmartinianos; posteriormente llevó adelante el II Congreso de Bibliotecarios de la provincia y con un segmento especial dedicado a la propia institución en la Feria del Libro.

Finalmente, la ansiada reapertura se concretó el pasado 10 de diciembre en sintonía con las flexibilizaciones dispuestas por el Gobierno provincial para las actividades culturales, aunque el día anterior se llevó a cabo en la explanada de la sede ubicada en la Alameda un encuentro artístico que incluyó un homenaje a Susana Tampieri y una suelta de libros. Además, en ese momento, la ministra de Cultura y Turismo, Mariana Juri, anunció que Viviana Márquez, una dedicada bibliotecaria con doce años de trabajo en la institución, es la nueva coordinadora de la principal biblioteca de la provincia.

Protocolos y más

Como requisito indispensable para retomar la presencialidad, la Biblioteca San Martín debió aplicar un estricto protocolo que implica, entre otras cuestiones, limitar el acceso de visitantes a lo mínimo indispensable y bajo medidas de seguridad sanitaria, incluyendo un horario de atención más acotado, de 9 a 14.

Márquez explicó a MDZ que en líneas generales, “la prioridad de la biblioteca a la hora de su reapertura es restablecer los préstamos y devoluciones de libros, por lo que todavía los usuarios no pueden ingresar” al establecimiento. Una vez devueltos, los ejemplares entran en un proceso de cuarentena, por lo que son almacenados en lockers durante siete días (también son dados de baja en el sistema) y pasado ese periodo, regresan a circulación.

En tanto, únicamente están autorizados a ingresar a la Biblioteca los investigadores que necesiten consultar diarios y revistas, ya que estos materiales no están disponibles para préstamo a domicilio. “Hemos dispuesto tres turnos de dos horas con intervalos para limpieza y desinfección, y que los investigadores deben realizar una reserva previa”, detalló Márquez.

A su vez, también se limitó la consulta a cuatro diarios por investigador, ya que el personal debe trasladar los ejemplares de gran volumen desde la hemeroteca mayor, ubicada en el subsuelo y donde no se permite el ingreso del público, hasta la hemeroteca menor (en el primer piso) o la sala general (planta baja) mediante escaleras, lo que insume mucho tiempo y esfuerzo. “De todas formas, el investigador puede venir todos los días y revisar el mismo archivo, aunque se le exige en todos los casos que traiga barbijo y guantes de tela”, añadió la coordinadora.

Para el resto, el Ministerio de Cultura y Turismo habilitó una nueva página web exclusiva de la Biblioteca donde los usuarios tienen la posibilidad de realizar diversas gestiones, como consulta del catálogo, préstamos de libros, asesoramiento, reserva de salas para investigadores e incluso asociarse a través de un formulario donde el interesado debe completar sus datos y cargar una foto y un impuesto. En un futuro próximo, además, se publicarán noticias sobre los servicios tradicionales y las actividades de extensión cultural.

En ese marco, una de las novedades es el catálogo digitalizado que contiene más de 60.000 títulos disponibles del fondo general, la biblioteca de autores locales y la colección infantil y juvenil. Se trata de un proyecto de larga data que pudo materializarse tras un intenso trabajo que requirió al menos dos años de desarrollo, dentro de una política de aprovechamiento de nuevas herramientas tecnológicas disponibles para la gestión bibliotecaria.

Al igual que sucedió en otros servicios culturales, Whatsapp se convirtió en el medio de comunicación ‘estrella’ de la Biblioteca San Martín, a través del cual los usuarios también pueden realizar consultas y reservar libros para luego irlos a buscar.

¿Cuándo se permitirá el ingreso del público general? “En el protocolo está estipulado que los usuarios no investigadores puedan volver a entrar en algún momento, pero aun no tenemos fecha precisa”, respondió la coordinadora. Para ello, se fijaron tres etapas de apertura de la Biblioteca: la primera etapa fue de limpieza y reacondicionamiento del edificio; la segunda etapa consiste en una apertura parcial y limitada a la devolución y préstamo de libros; mientras que la tercera etapa permitirá la entrada del socio mediante turnos previos y con limitaciones de circulación.

Lo que sí se confirmó puntualmente es el reinicio de los talleres de extensión cultural, una de las actividades más requeridas por los mendocinos. Los primeros seis talleres que comenzarán el 18 de enero serán de arte y diseño de videojuegos, realización audiovisual, creación de fanzines, literatura feminista, ajedrez y creación narrativa, con modalidad tanto presencial como virtual, siendo en este último caso por la plataforma Mendoza en Casa.

En miras del Bicentenario

A pesar de esta nueva realidad que impone cambios paradigmáticos e insume grandes cuotas de recursos y esfuerzos para seguir adelante, la Biblioteca San Martín no descuida lo que será un gran acontecimiento en el mediano plazo: las celebraciones por el Bicentenario que cumplirá en el año 2022.

“Además de la reapertura de los talleres y la prestación de los servicios, nuestra mayor meta para el año próximo es encaminarnos al 2022 con el Bicentenario de la Biblioteca. Por eso, en los próximos doce meses nos abocaremos a la preparación de una agenda completa con muchas actividades para celebrar”, subrayó Viviana Márquez. 

En ese sentido, se hará hincapié en dos ejes fundamentales: por un lado, la recolección de recuerdos y memorias sobre los vínculos de la San Martín con la comunidad mendocina, y por otro, la difusión sobre lo que es una biblioteca y qué pasa en su interior, estando especialmente orientada hacia los jóvenes.

“Buscamos que la gente se saque la imagen de la biblioteca como un lugar de resguardo y consulta de libros, y que finalmente la comprenda como un espacio donde se fomenta la lectura y el encuentro y la interacción de las personas dentro de un espacio público. Es decir, que la Biblioteca San Martín sea vista como un espacio de la comunidad y para la comunidad”, sintetizó.