Ciencia y arte

Hallan organismos microscópicos y ADN en dibujos de Leonardo Da Vinci

Mediante una técnica llamada Nanopore, una investigación científica reveló la presencia de vida microscópica y ADN en siete dibujos emblemáticos del artista renacentista, lo que permitirá determinar la autenticidad de sus obras, su trayecto histórico y preservación.

Redacción MDZ
Redacción MDZ viernes, 27 de noviembre de 2020 · 07:12 hs
Hallan organismos microscópicos y ADN en dibujos de Leonardo Da Vinci

Mediante una técnica llamada Nanopore, una investigación científica reveló la presencia de vida microscópica y ADN en siete dibujos emblemáticos de Leonardo Da Vinci (1452-1519), lo que da cuenta de la importancia de los denominados ‘bioarchivos’ para determinar la autenticidad de las obras del artista renacentista, su trayecto histórico y preservación a lo largo del tiempo.

El reciente estudio publicado bajo el artículo "El Microbioma de los Dibujos de Leonardo da Vinci: Un bio-archivo de su historia", en la revista Frontiers in Microbiology, muestra por primera vez los microbiomas completos de los dibujos de Da Vinci con la aplicación de Nanopores, una tecnología de secuenciación que se encuentra entre "las más avanzadas hasta el momento para investigar todos los grupos filogenéticos incluidos en cada uno de los microbiomas", según el artículo científico.

"Los dibujos de Leonardo fueron investigados con la tecnología de secuenciación de tercera generación (Nanopore) y también se llevaron a cabo análisis SEM para adquirir documentación fotográfica e inferir la naturaleza de los microobjetos removidos de la superficie de los dibujos", se informa en el estudio citado por la agencia de noticias Télam.

Los investigadores indican que "los microbiomas generados por el Nanopore -muy específicos- pueden utilizarse como un "bioarchivo" de la historia de los dibujos, como una especie de huella dactilar para comparaciones actuales y futuras" de los mismos. También observaron las similitudes que podrían ser influenciadas por la ubicación geográfica (Roma o Turín), donde están guardados los dibujos, como indicador de la importancia "de las condiciones ambientales y de almacenamiento en los microbiomas específicos".

Los microbiomas -comunidades de microorganismos que viven juntos en un hábitat particular- tienen el potencial de revelar historias inesperadas o de ayudar a detectar falsificaciones. En ese sentido, el artículo indica que "los científicos podrían desarrollar nuevos métodos no sólo para conservar el aspecto visual del arte, sino también para documentar el viaje invisible de nuestro patrimonio artístico y cultural".

"Los resultados muestran un sorprendente dominio de las bacterias sobre los hongos -a diferencia de estudios anteriores sobre el papel-. Este hecho se debe en parte a la estrategia de muestreo utilizada -toma de muestras principalmente del polvo depositado en la superficie de los dibujos- pero también a la fuente de contaminación a la que fueron sometidos últimamente", informan los investigadores.

De los resultados del uso de las nuevas técnicas de investigación son "urgentes algunas consideraciones sobre el impacto que las técnicas de limpieza y consolidación tienen sobre el contenido de la información de los materiales antiguos", indican. Y proponen la necesidad de nuevos métodos y protocolos para la documentación y la recuperación de estos ‘bioarchivos’ naturales "presentes en los objetos singulares del patrimonio artístico y cultural, sin que sea una mayor carga en la labor de los conservadores y restauradores".

La aplicación de la biotecnología no es algo nuevo en el estudio y preservación de los objetos del patrimonio cultural. Como antecedentes están los realizados por el equipo de Piñar (Viena, Austria) sobre dos códices eslavos que datan del siglo XI, que permitió identificar el origen animal de las pieles utilizadas para su fabricación.

El estudio presentado por los investigadores Guadalupe Piñar, Maria Carla Sclocchi, Flavia Pinzari, Piero Colaizzi, Alexandra Graf, Maria Letizia Sebastiani y Katja Sterflinger, de institutos de Austria e Italia, fue financiado por el "Istituto Centrale per la Patologia degli Archivi e del Libro", Ministero per i Beni e le Attività Culturali e per il Turismo, Rome, Italy.

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