¡Todo se come! Así funciona una huerta orgánica

El dato sorprendió a más de uno. Argentina es segunda en materia de producción orgánica a nivel mundial. Solamente la supera Australia. En total el país tiene 3,1 millones destinadas a esta actividad. Se trata de un mercado que a nivel global comprende 90 mil millones de dólares en facturación.

"Que estemos segundos me llamó la atención, pero tiene sentido", admite Javier Neirotti, un emprendedor de Corralitos, Guaymallén, que junto a su hermano fundó GON (Grupo Origen Natural) y ahora se dedica a elaborar superalimentos con productos cosechados de su propia huerta orgánica.

Según Neirotti, la actividad aún no está explotada al máximo y el principal factor que hace que esto suceda es el desconocimiento que existe al respecto por parte de los productores y potenciales productores.

"La gente tiene que descubrir que es muy fácil tener una huerta en su casa y también es muy fácil generar un emprendimiento pequeño", asegura el productor agrícola mientras describe los ejemplares que se encuentran en su finca.

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A decir de Neirotti, una huerta orgánica basa su funcionamiento en el caos controlado. De hecho, el primer impacto que genera la vista del lugar de producción de GON es el de un jardín invadido por "yuyos" o hierbas no deseadas. La realidad es otra.

"Van a ver que no hay mucha estética en una huerta orgánica", dice el productor y luego, para ejemplificar, toma dos hierbas del suelo y explica: "Estas varas que parecen yuyos son mostaza y rúcula (...). Todo es comestible, todo lo que hay en la huerta es comestible".

"La gente se está volcando hacia un consumo de alimentos más consciente y es por eso que este mercado todavía está insatisfecho", indica Neirotti y subraya que por eso "cualquier pequeño emprendimiento va a tener lugar".

Mirá el video y proyectá tu futuro trabajo como productor orgánico.