Salud
Bajó más de 200 kilos y contó los secretos para su increíble cambio
Carlos Orosco llegó a pesar casi 300 kilos, y su vida estuvo en riesgo. Qué hizo para vivir, actualmente, una vida saludable.
Con tan solo 38 años, Carlos Orosco se enfrentaba a graves problemas de salud. Pesaba 295 kilos y tenía una infección en la sangre que le estaba causando una hinchazón severa y úlceras en las piernas. Los médicos le advirtieron que si no hacía nada para cambiar, podría no llegar a los 40 años.
Después de años de aumento de peso, el residente de Saginaw, Michigan, decidió que era hora de cambiar. Con una altura de un poco más de 1.80, Orosco siempre había sido una persona de tamaño grande. Después de dejar la casa de sus padres a finales de los 20, su peso comenzó a "inflarse". Sin nadie para controlarlo, se dedicó a comer y beber alcohol para sentirse mejor.
No creía que su peso fuera un problema porque aún podía participar en deportes y realizar actividades diarias. Orosco continuó con sus hábitos alimenticios poco saludables, consumiendo "alimentos fritos, comida rápida, pan, gaseosas y alcohol".
A los 38 años, comenzó a experimentar un dolor intenso e hinchazón a causa de una infección grave en la sangre. Orosco decidió que era hora de consultar a un médico.
"Los síntomas solo empeoraron con mi peso y me reuní con un cirujano para hablar sobre una gastrectomía en manga", explicó Orosco. Durante una gastrectomía en manga laparoscópica, se extrae aproximadamente el 75% del estómago. Al reducir el tamaño del estómago de una persona, limita la cantidad de alimentos que puede consumir.
Mientras estaba allí para una consulta, el médico de Orosco le dijo que si no cambiaba su estilo de vida, era poco probable que llegara a los 40 años. Ese comentario fue el impulso que necesitaba para programar la cirugía y centrarse en su salud.
Su cirugía estaba programada para seis meses después de la consulta, pero su cirujano amenazó con cancelarla si Orosco no bajaba 45 kilos dentro de ese plazo.
Comenzó a trabajar con un nutricionista y se enfocó en reemplazar los alimentos perjudiciales con opciones más saludables como frutas, verduras y proteínas magras.
Además de los cambios en su dieta, Orosco se volvió más activo. Comenzó con caminatas de cinco kilómetros alrededor de su vecindario todos los días, pero no fue fácil.
"Los primeros meses fueron muy duros. Estaba luchando constantemente contra los impulsos y lloré hasta dormirme muchas noches", dijo.
Luego llegó la operación, tras la que bajó a 160 kilos. Luego, su pérdida de peso pareció frenarse, hasta que comenzó a correr.
Hoy, a los 42 años, Orosco pesa menos de 90 kilogramos, y puede correr maratones.
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