neuropsicología

Alzheimer e hipertensión: ¿asociación ilícita?

¿Podemos considerar a la alta presión sanguínea como factor de riesgo para desarrollar demencia? Enterate, te contamos. 

miércoles, 6 de noviembre de 2019 · 10:21 hs

¿Sabían que muchas personas que padecen presión arterial alta pueden no tener signos ni síntomas?

Por el contrario, otras pueden presentar cefaleas a repetición, sangrado nasal o dificultad para respirar. Síntomas que, por lo general, no se presentan hasta que la suba de presión puede ser potencialmente fatal.

Cuando hablamos de presión arterial nos referimos a la fuerza que ejerce sobre la pared de las arterias la sangre que bombea el corazón. La hipertensión arterial se refiere a un aumento significativo de esa fuerza, lo que puede provocar que las paredes arteriales se rompan y se derrame sangre. La hipertensión arterial (HTA) puede causar un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, enfermedad renal o muerte.

A medida que envejecemos, los vasos sanguíneos se van volviendo más rígidos, esto significa que vamos siendo más propensos a que suba nuestra presión arterial.

Por otro lado, la demencia es la pérdida progresiva e irreversible de nuestras funciones cognitivas. Su principal factor de riesgo: la edad. A mayor edad, más posibilidad de desarrollar demencia. Hoy, dada su frecuencia de aparición (80% de los casos), la causa de demencia más usual es la Enfermedad de Alzheimer.

Se sabe que la HTA es la principal causa de enfermedad cerebrovascular y de demencia vascular, que tiene un patrón de alteración cognitiva diferente al del Alzheimer. Pero, en los últimos años se han venido realizando numerosos estudios que tratan de establecer, además, un nexo entre hipertensión y Alzheimer.

El HAAS (Honolulu-Asia Aging Study) es una investigación epidemiológica que estudió durante 25 años a una población de hombres japoneses y americanos. Los resultados mostraron que la HTA sin tratamiento después de la mediana edad aumentaba el riesgo de padecer demencia vascular y enfermedad de Alzheimer.

En el FINMONICA, emprendimiento multinacional que buscó definir los determinantes de la enfermedad cardiovascular, se siguió a 1.449 sujetos durante 21 años. Obtuvieron datos interesantes, como que los valores elevados de colesterol y la hipertensión son factores de riesgo para el deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer, además de la demencia vascular.

Todos los datos obtenidos, tanto en estudios longitudinales como transversales sugieren que el factor de riesgo principal estaría en el mal control de la hipertensión y el colesterol durante la mediana edad, es decir, a partir de los 50 años.

Si bien se pueden desarrollar múltiples explicaciones, a través de autopsias se ha visto que las lesiones propias que ocasiona en el cerebro la enfermedad de Alzheimer coexisten con lesiones vasculares.

Los especialistas explican que los mecanismos vasculares, la hipoxia crónica que generan y el estrés oxidativo, pueden aumentar la posibilidad de que se precipite la sintomatología propia del Alzheimer.

Por otro lado, la hipertensión mal tratada durante la mediana edad ocasiona alteraciones selectivas de la microcirculación, constituyendo un factor de riesgo para la atrofia del hipocampo, estructura de nuestro cerebro encargada de consolidar la información, por lo tanto, del aprendizaje.

Está demostrado que el tratamiento a largo plazo de la hipertensión ayuda a enlentecer el comienzo de la enfermedad de Alzheimer, mostrando beneficios para algunos dominios cognitivos, sobre todo, los vinculados con la atención, la memoria y la toma de decisiones.

Se los resumo: la presión alta puede dañar los vasos sanguíneos en el cerebro, alterando regiones importantes para nuestra cognición. Esto podría contribuir a la progresión de la enfermedad de Alzheimer.

Ilícita o no, la asociación entre hipertensión y Alzheimer podría atenuarse, simplemente tomando las medidas que hay que tomar, es decir, cuidándose.

Lic. Cecilia C. Ortiz / Neuropsicóloga / licceciortizm@gmail.com