Alertan sobre grupos mafiosos en remates de San Rafael
Conocida en todos lados, también tiene sus ramificaciones en San Rafael. Una causa judicial, en la que se espera un inminente fallo de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, encierra un caso emblemático en el que un campo de 12 mil hectáreas se compró en solo 370 mil pesos, según consignó el Diario de San Rafael.
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Hace tiempo que en los remates actúan con total impunidad las "ligas" que ya parecen una leyenda urbana o parte del paisaje. Pero lo cierto es que estos grupos tienen una acción devastadora, y su impunidad es tal que trabajan en la propia cara del Poder Judicial.
Muchos son los que han tenido que sufrir en silencio el perjuicio de estas bandas, y en algunos casos se llegó a situaciones gravísimas. Por ejemplo, post crisis del 2001, cuando los bancos remataban campos a diestra y siniestra, una grupo de vecinos de una ciudad de la provincia de Buenos Aires decidió esperarlos armados y rechazarlos, cuando iban a acudir a una subasta de chacras, dispuestos a defenderse por su cuenta.
Finalmente los mafiosos fueron intimidados y se fueron, en una escalada que podría haber sido un baño de sangre.
El funcionamiento es simple: se presentan en los remates y a partir de la intimidación y el miedo, cuando ellos están presentes, nadie oferta y se llevan los bienes a su valor de base, para inmediatamente sacarlos por otros canales quedándose con grandes diferencias.
La acción de la liga la sufrió -y aún la sufre- Ernesto Franchetti, vecino de San Rafael, quien se encuentra esperando el fallo de un recurso extraordinario ante la Suprema Corte de Mendoza. Habiendo comprado un campo de 12.000 hectáreas en el departamento, en el 2006, a quien fuera su poseedor desde 1969, y teniendo el título del bien, se encontró con una orden de remate de un juez de extraña jurisdicción.
Pero las irregularidades no terminan ahí. El juzgado ordenó un mandamiento de constatación a través de un martillero público en el 2012. El martillero presentó el informe, sin jamás haber venido a hacerlo. Consta que, el mismo día que declara haber hecho el acta, estaba a 600 kilómetros. Aunque, y es otro motivo que siembra sospechas, algunas de las informaciones que elevó con certeras, lo que demostraría que alguien que sí conoce le brindó detalles.
Finalmente, en diciembre de 2012 se llevó a cabo el remate, pero Franchetti nunca pudo ser parte, pese a que viajó a Buenos Aires para participar. En una subasta arreglada el campo lo compró la liga, y por supuesto a valor vil: por un campo de 12 mil hectáreas se pagaron 370 mil pesos, es decir, la mitad del valor de una casa. Inmediatamente después de adquirirlo lo sacaron a remate telefónico, siendo adquirido por un empresario local.
No es la única actuación en nuestro medio, han comprado campos, bodegas, quiebras y muchas cosas más. Frente al hecho consumado Franchetti interpuso una medida precautoria para detener la orden de desalojo, y de ese modo pudo continuar en posesión del bien y su explotación. Esa cautelar fue apelada por los adquirentes, y la causa, radicada en los tribunales locales, tuvo sentencia a favor de Franchetti en primera instancia, pero en la apelación le dieron la razón a quienes compraron el campo.
Después de esa situación, se interpuso un recurso extraordinario ante la Suprema Corte de Mendoza, que aún está en proceso decisorio, y hay indicios que el fallo saldría antes de la feria judicial, a lo sumo en las próximas dos semanas.
Los fríos expedientes no describen las situaciones que ha debido pasar. Por ejemplo, pasarse dos semanas en una casilla rodante, solo en el campo para evitar que sea usurpado y tomen posesión del bien, esperando y tratando de resistir.
Muchas propiedades y emprendimientos sanrafaelinos han cambiado de manos o dejado de existir a partir de estas maniobras y la intervención de mafias, pero son pocos los que se atreven a ponerse al frente de la situación y denunciar, sabiendo que enfrentan a verdaderos pesos pesados. Y como se dijera, todo el mundo conoce ese accionar, el problema es que nadie hace nada para evitarlo, y las ligas gozan de buena salud.

