Veto y elecciones: las razones de un cambio de voto y la inédita fragilidad del presidente
Los legisladores cornejistas votaron contra Milei, aún siendo aliados. La buena imagen de la UNCuyo y el cambio de energía en contra del presidente Javier Milei.

No es el mismo Javier Milei: tras el precipitado derrotero político, económico y electoral que recorrió oficialismo en los últimos meses, el Presidente perdió el “aura” que lo protegía y generaba adhesiones en dirigentes políticos, aunque fuera más por temor y especulación que por convencimiento. El rechazo al veto de la ley de financiamiento universitario se suma a esa lista y tiene como dato relevante el cambio de postura de los gobernadores más aliados de Milei. Alfredo Cornejo era el abanderado en ese grupo y ayer dos de los legisladores que responden directamente al mandatario mendocino votaron contra Milei respondiendo a un mandato partidario, aunque también más cercano a las convicciones propias de los legisladores que levantaron la mano. Hay un bonus. Mendoza ha sido, de la mano de Cornejo, un fiel y obediente aliado de Milei. Esos favores políticos no fueron correspondidos en la misma medida, según creen muchos radicales. Más aún cuando se expuso que la Provincia está en el fondo de la tabla en transferencias nacionales que dependen del Poder Ejecutivo.
Las razones de ese cambio de postura son varias. Una es relevante: las universidades públicas son las instituciones más prestigiosas y creíbles del país. Cuando se inició la embestida del Gobierno nacional ya estaban en ese lugar de privilegio. En Mendoza, por ejemplo, la Universidad Nacional de Cuyo Tiene un 80% de imagen positiva y un 13% de imagen regular. Solo el 1,7% de los mendocinos tiene una imagen negativa de esa casa de estudios. Le siguen en orden de mérito social las universidades privadas.
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No estuvo en la compulsa realizada por la consultora Reale – Dalla Torre, pero es altamente probable que la UTN goce del mismo prestigio. Muy atrás en la consideración pública están otras instituciones, organizaciones y estructuras de poder: el Ejército se sigue con un 34% de imagen positiva, el Gobierno local casi en el mismo rango (con más imagen positiva pero también más negativa), la policía, los medios de comunicación, el Poder Legislativo, el Poder Judicial y en la cola los sindicatos.
En el propio entorno del Presidente reconocen que haber encarado una cruzada contra las universidades, que tienen un arraigo enorme en la sociedad, fue un error. La diferencia es que el año pasado Milei aún tenía el traje de amianto en el que los yerros que cometía aún no penetraban. Hoy, no solo permean en su credibilidad, sino que motiva el atrevimiento de sus rivales y aliados. Ahora a Milei “se le animan”.
Para el oficialismo local la incomodidad es total, pues tienen un matrimonio por conveniencia con Javier Milei que incluye una cláusula de “no divorcio” al menos hasta el 26 de octubre. Si antes creían que las diferencias e inconveniencias podías disimularse, hoy esa idea se complejiza mucho más. Lo sabe la propia Pamela Verasay, que es víctima de la herramienta de destrucción que mejor usan los libertarios: los ataques (cobardes) desde las redes sociales. Que haya una votación en dos urnas no alcanza. Todo es relativo, salvo la velocidad de la luz y por eso a La Libertad Avanza y Cambia Mendoza le quedan por delante larguísimos 45 días de convivencia.
“La confianza en el gobierno alcanza su valor más bajo desde el comienzo del mandato de Javier Milei, e interrumpe la relativa estabilidad que observó en los cuatro meses anteriores”, dice el informe de la Universidad Di Tella en el que se mide el nivel de confianza en el Gobierno. Milei está mejor que Alberto Fernández en el mismo período de tiempo y peor que Mauricio Macri, quizá el referente más cercano para evaluar. “En agosto, el ICG fue de 2,12 puntos, nivel que implica una caída del 13,6% respecto del mes anterior, y del 16,5% respecto del mismo mes del año pasado. El ICG de agosto se ubica en un valor intermedio en la comparación con las dos presidencias anteriores: es 16,3% menor que el de agosto de 2017, durante la gestión de Mauricio Macri (ICG=2,53), y 14,3% mayor que el de agosto de 2021, durante el gobierno de Alberto Fernández (ICG=1,85)”, dice el informe de la Di Tella.
Para la UNCuyo también es una situación incómoda. Hasta ahora había tenido una postura “correcta”, ajustada a los lineamientos del CIN y pero manteniendo un delicado equilibrio para no molestar. Hubo más ajustes internos que reclamos públicos de parte de la cúpula. La comunidad universitaria de Mendoza es enorme: más de 45 mil personas entre estudiantes, docentes y no docentes; pero un universo de graduados enorme que son la mayoría de los médicos que curan, los ingenieros que calculan las obras, los artistas que llenan de belleza, los agrónomos que crean vinos y hasta los políticos que nos gobiernan son producto de la universidad pública.
La comunidad mendocina le dio un enorme crédito a la universidad pública. Quedó latente una metáfora curiosa: mientras la comunidad respaldó en la calle, una de las inversiones más relevantes de esa casa de estudios fue la construcción de un muro para cuidarse de la inseguridad propia. Obviamente la permeabilidad de la universidad con la comunidad excede largamente ese detalle.