Si Cristina es condenada, Javier Milei deberá buscar un nuevo enemigo para su campaña bonaerense
Axel Kicillof será la contracara que el Gobierno nacional elegirá para competir. La posible salida de CFK como candidata y representante opositora le hace un agujero al oficialismo y le permite al peronismo buscar otras alianzas.

Cristina dijo ante la militancia que "estar presa es un certificado de dignidad".
Juan Mateo Aberastain / MDZ"La Corte hace política. Y es el Poder que más fortaleza tiene de los tres para que sus decisiones sean irrefutables. Este gobierno le mojó la oreja muchas veces en su corta trayectoria y la ex presidenta siempre lo hizo así que ahora, que la condenen, es una respuesta para ambos", sentenció con su caracterizada crudeza una experimentada legisladora que sigue siendo fuente de consulta tanto de los tribunales como del Congreso Nacional.
"El único que disiente en el fallo a estas horas, por lo que sé, es Carlos Rosenkrantz", informó la misma fuente, quien explicó que "las últimas apariciones públicas de Cristina fueron porque se enteró que el expediente había empezado a moverse. Por eso el lunes pasado tiró lo de su candidatura en C5N y luego realizó dos actos más". Los otros jueces tienen otras razones para sentenciarla. Horacio Rossatti nunca dudó mientras que a Ricardo Lorenzetti no le gustó nada el manoseo al que fue expuesto por la candidatura de Ariel Lijo como cortesano.
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El término "moverse", en esta oportunidad, significa que la causa había empezado a recorrer los despachos de los tres magistrados, Rossatti, Lorenzetti y el Rosenkrantz. "Entonces ahí inició su proceso de construcción de relato, no de defensa", resumió. Si bien para la consultada como para la expresidenta de la Nación la condena es un hecho, aún no se sabe cuándo se conocerá la resolución de la Corte que será un nuevo sismo político.
El Gobierno de Javier Milei es, junto con Cristina Fernández de Kirchner, quien está trabajando más arduamente para impedir que ella termine condenada definitivamente. Es otra nueva coincidencia entre ambos, que se necesitan mutuamente. No sólo para terminar con el macrismo, al que invisibilizaron con su contienda, sino para tenerse como referencia del bien y el mal.
Si el máximo tribunal de la Justicia nacional ratifica lo actuado en las instancias inferiores no habrá valido nada el esfuerzo realizado por Javier Milei, en este caso en combinación con Carlos Rovira, para archivar Ficha Limpia ni la de los diputados peronistas kirchneristas que le entregaron el manejo de la comisión investigadora del caso $LIBRA al oficialismo.
La "política" tiene diversas versiones sobre la posibilidad de tener otro presidente preso. El anterior fue Carlos Menem. No se cuentan los vice, como Amado Boudou. La teoría que esgrimió siempre Miguel Ángel Pichetto, de la no judicialización de los actos de gobierno, no tiene muchos adeptos en esta ocasión, máxime cuando se habla de procedimientos nítidos de lavado de dinero, que escapan de la simple decisión oficial de licitar o contratar.
Cristina Fernández de Kirchner se había transformado en el muro que obstaculizaba la ampliación de los acuerdos que podían realizar quienes participan del peronismo y del massismo, aunque Sergio Massa había adoptado el rol de "síndico del kirchnerismo", queriendo administrar su lento quebranto. Esa muralla había empezado a tener filtraciones por los agravios y los insultos que emanan de la Presidencia de la Nación ya que la semana pasada, en Diputados, se vio que a más de un radical y del PRO no le tembló el pulso para votar proyectos con Máximo Kirchner.
Sin la expresidenta en la cancha, Axel Kicillof, quien el lunes fue al acto en conmemoración de los Fusilamientos de José León Suárez, es el más beneficiado ya que muchos intendentes del interior, que no tienen diálogo con la Casa Rosada ni son acompañados de un bono navideño, ahora podrían escuchar las propuestas políticas del gobernador bonaerense. Si ella es candidata a legisladora bonaerense, aunque sea en una sección electoral, todo el resto se tiñe con su color ideológico.
Aunque no lo manifiesten, la mayoría de los intendentes, inclusive los que hicieron de acompañantes de Kicillof a la reunión en la sede del PJ nacional, la prefieren fuera de la cancha. Sin ella como referencia electoral, La Cámpora pierde mucho poder en la negociación. La expresidenta se había transformado en la líder de la agrupación de su hijo, cuyos intereses defendía con su sola presencia.
"Ojo, que cuando un barco se hunde por la proa, luego se desmorona todo el resto", explicaba uno de los que defienden la necesidad de su presencia electoral. "Bueno, puede ser cierto, pero también en ese caso la popa sube a su extremo máximo", reflexionó inmediatamente otro que ya se había hartado de su figura.
Para Kicillof también es todo un desafío. Es que hasta ahora siguió validando "los días más felices" en un verdadero Movimiento Derecho al Pasado, y no hacia el Futuro, como él mismo propone. Habrá que ver si, en caso de que la expresidenta termine condenada e inhabilitada para presentarse en la próxima elección, él y sus operadores están a la altura de romper con el muro que imponía Cristina Fernández de Kirchner.
Más allá de los números positivos que exponen la mayoría de los consultores, para varios de ellos, el Gobierno "ha radicalizado tanto su discurso que generó un núcleo duro intenso, pero todo lo que está afuera de eso está dispuesta a votar en contra, como sucedió en la Ciudad de Buenos Aires. Puede alcanzar para una legislativa, pero para una presidencial, con ballotage, es un riesgo muy alto al que se puede someter".