Pese al nuevo mensaje de EE.UU., crecen las dudas en torno a la ayuda prometida antes de la cumbre entre Milei y Trump
Scott Bessent emitió otro comunicado en medio de la tensión cambiaria que vive la Argentina. Espera que Caputo viaje a Estados Unidos para continuar negociando.

Javier Milei y Donald Trump en la última bilateral
ArchivoPese a los anuncios de la semana pasada, la tormenta de los mercados no amainó en la Argentina, mientras crecen las dudas alrededor de los términos y condiciones del salvataje de los Estados Unidos. En ese marco, el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, volvió a ratificar este jueves su apoyo al Gobierno de Javier Milei, pero insistió en que la letra fina del acuerdo no se cerrará hasta la bilateral del libertario con Donald Trump en la Casa Blanca el próximo 14 de octubre.
Nuevo posteo de Scott Bessent para calmar las aguas
"Ayer, tuve una llamada muy positiva con el ministro Luis Caputo de Argentina. Después de un intenso trabajo desde la reunión del presidente Trump con el presidente Milei en Nueva York, en los próximos días espero que el equipo del ministro Caputo venga a DC para avanzar significativamente en nuestras discusiones en persona sobre las opciones para brindar apoyo financiero", manifestó Bessent en sus redes.
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Además, el financiero de Carolina del Sur reveló conversaciones con sus pares de los países del G7, a quienes les enfatizó "la importancia del éxito de las políticas del presidente Milei para el pueblo de Argentina, para la región y para el G7". Para concluir, parafraseando la histórica frase del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, Bessent remató: "El Tesoro de Estados Unidos está totalmente preparado para hacer lo que sea necesario y continuaremos observando de cerca los acontecimientos".
La respuesta de Luis Caputo llegó al instante, con un breve mensaje donde subrayó que sus equipos están "trabajando duro para terminar de concretar lo anunciado la semana pasada por el Secretario del Tesoro".
Una tormenta que aún no tiene fin
La actualización de Scott Bessent llegó poco más de una semana después del anuncio de un inédito paquete de ayuda financiera para la Argentina que apuntó a frenar la mayor crisis financiera y cambiaria que el Gobierno de Javier Milei había enfrentado hasta el momento. Tan solo días atrás, el riesgo país se había disparado hasta los 1.500 puntos básicos, el tipo de cambio colisionaba contra el techo de la banda y el Banco Central se desangraba en US$1.100 millones para sostener el valor del dólar.
El respaldo de la potencia del norte apaciguó al dólar, que llegó a tocar niveles previos a la derrota libertaria en la provincia de Buenos Aires, derribó el riesgo país a 900 puntos e impulsó los bonos y acciones argentinas. Pero el clima de bonanza no duró y un puñado de días después el dólar volvió a escalar, con una subida de $50 este miércoles que no fue aún mayor por una intervención atribuida al Tesoro, el riesgo país otra vez por arriba de los 1.200 puntos (+115 en un día) y los activos argentinos en Wall Street a la baja.
Las turbulencias en los mercados fueron atribuidas por Javier Milei al ruido político provocado por el "infierno del año electoral", aunque analistas como el exministro de Economía Domingo Cavallo no responsabilizaron al "riesgo kuka" de la incertidumbre, sino al "manejo monetario y cambiario" del Gobierno.
Más allá de las decisiones del equipo económico que despertaron dudas sobre la posición del Banco Central, como la suspensión abrupta de la venta de divisa oficial en las billeteras virtuales, la verdadera inquietud gira alrededor de la falta de avances concretos en las negociaciones con los Estados Unidos por el salvataje.
Tira y afloje con la Casa Blanca
Hasta el momento, más allá del apoyo contundente, la administración de Donald Trump no envió un solo dólar a la Argentina y los analistas financieros comenzaron a poner el foco en las numerosas condiciones que podrían tener esas conversaciones para llegar a buen puerto.
En su comunicado original, Scott Bessent anticipó que el trabajo conjunto con la Casa Rosada para abordar el pago de las principales deudas del país comenzará "inmediatamente después de las elecciones", a la par que aseguró que mantuvo contacto con numerosas empresas estadounidenses que planean realizar importantes inversiones extranjeras directas en Argentina en múltiples sectores "en caso de un resultado electoral positivo".
Las dudas acerca de si la ayuda económica -que podría incluir una línea de swap de US$20 mil millones, compra de bonos argentinos en dólares en los mercados primarios o secundarios o un préstamo directo del Fondo de Estabilización Cambiaria norteamericano- está atada al resultado electoral de octubre genera incertidumbre en un contexto donde La Libertad Avanza no llega con una posición tan consolidada como ostentaba meses atrás y algunas voces del Gobierno reconocen un triunfo ajustado, o incluso una derrota por un margen estrecho.
En paralelo, la falta de avances en las negociaciones también fue atribuida a la falta de respuesta del Gobierno libertario a los pedidos de Washington. Si bien Milei negó que alguien le hubiera transmitido ninguna solicitud, Luis Caputo reveló que Scott Bessent le pidió trabajar en la gobernabilidad para garantizar el avance de las reformas económicas y trascendieron versiones sobre supuestos pedidos para comenzar a cortar lazos con China.
Independientemente de si hubo un pedido explícito en esta oportunidad, Bessent manifestó en el pasado su preocupación por la línea de swap que la Argentina mantiene con Beijing, mientras que la excomandante del Comando Sur Laura Richardson advirtió el año pasado el avance del gigante asiático en la región en sectores clave como obras de infraestructura y los minerales raros.
Hasta el momento, si bien el Gobierno libertario trabaja en recomponer lazos con Mauricio Macri y en acercarse a los gobernadores que supieron ser aliados en el pasado, no hubo anuncios de mayores cambios en el Gabinete o en la mecánica política del Ejecutivo. Tampoco hubo gestos en relación con China.
Otros problemas en casa
Además, el propio Donald Trump debe lidiar con sus propios problemas. La administración del republicano no logró acordar con la oposición un proyecto de presupuesto y el Gobierno entró en un nuevo shutdown - cierre administrativo-, lo cual compromete el pago de las partidas del Estado nacional, con la suspensión o despido temporal de 750 mil empleados federales correspondientes a los servicios no esenciales.
En esa disputa con la oposición, Trump sumó tensiones por la situación argentina, luego de que un grupo de senadores del Partido Demócrata le exigiera al presidente que desista de auxiliar al gobierno de "su amigo" Javier Milei.
"Nos dirigimos a usted con profunda preocupación por su plan de enviar un rescate de US$ 20.000 millones, financiado por los contribuyentes estadounidenses, a la Argentina apenas unos días después de que ese país tomara medidas que perjudican a los agricultores norteamericanos", cuestionaron los legisladores.
La queja tiene que ver con la suspensión temporal de las retenciones a la soja que anunció el Gobierno libertario en un intento de urgencia de obtener dólares para frenar la corrida. La baja impositiva hizo más competitiva la producción argentina, que fue inmediatamente adquirida por el mercado chino en perjuicio de los sojeros norteamericanos.
"No está claro por qué usted elige usar dinero de los contribuyentes para apuntalar la campaña de reelección de un presidente extranjero mientras toma medidas que perjudican a los agricultores estadounidenses", sentenciaron los demócratas.
Toda esa sumatoria de factores sembró un mar de dudas sobre el futuro del salvataje estadounidense, que será el principal tema de discusión cuando Javier Milei visite por primera vez la Casa Blanca el próximo 14 de octubre. De esas conversaciones con Donald Trump y Scott Bessent podría depender el futuro del programa económico -y la gestión- del libertario. Mientras tanto, los mercados aguardan.