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Oscar Agost Carreño sobre la gestión Milei: "La gente no ve luz al final del túnel"

En diálogo con MDZ, el candidato a diputado nacional por Córdoba asegura: “Nadie está mejor con Javier Milei”, y alerta el agotamiento del modelo económico.

El candidato del PRO en Córdoba habló con MDZ y cruzó a Javier Milei de cara a los comicios.  

El candidato del PRO en Córdoba habló con MDZ y cruzó a Javier Milei de cara a los comicios.  

Agustín Tubio/MDZ

Oscar Agost Carreño, diputado nacional de Encuentro Federal y candidato por el PRO en Córdoba, analizó el salvataje económico a Javier Milei, los escándalos de corrupción y la falta de respuestas del gobierno.

El legislador cordobés advierte que “nadie está mejor con Milei” y denuncia que la política del oficialismo privilegia intereses económicos sobre la vida de la gente común. Entre cuestionamientos al Gobierno, reclamos por el fortalecimiento de los consensos parlamentarios y una agenda que mira a la Argentina productiva, el diputado nacional no se guardó nada en esta entrevista con MDZ.

La entrevista completa a Oscar Agost Carreño

Entrevista completa a Oscar Agost Carreño

Salvataje económico y crisis política

— Para arrancar, quería consultarte por la coyuntura que se impone, que es el salvataje económico que hace el Gobierno de Estados Unidos a Javier Milei. ¿Qué opinas al respecto?

Bueno, creo que el Gobierno ha sido inteligente después de perder la provincia de Buenos Aires, cuando empezó a tener cimbronazos en los mercados, de encontrar una salida rápida, digamos, encontró un mecanismo rápido. Creo que el mal mecanismo fue jorobar a todos los productores agropecuarios con el tema de las retenciones. Esa decisión que siete grandes cerealeras no paguen retenciones y que todos los productores que generaron esos dólares después de falta de previsibilidad, temas climáticos, bueno, encontró como rápido dónde pasar la gorra. Eso claramente no alcanzaba. Y bueno, salió corriendo a conseguir que Estados Unidos bancara electoralmente a su amigo Milei. Eso es lo extraño. Es un salvataje entre personas con afinidad política, no entre naciones soberanas.

Eso un poquito delicado. Y sobre todo cuando tenés un alto funcionario que dice que a cambio van a pedir cosas como minerales o bien cortar las relaciones con China. Bueno, no queda claro. Hay que ver la letra chica, ser cuidadosos. Ahora hay que ver también la viabilidad de cada seis meses, estar pidiendo algún tipo de salvataje o qué pide Estados Unidos a cambio, porque, ponele, con Estados Unidos nosotros competimos, por ejemplo, en los productos agropecuarios, en venderlos al mundo, mientras que con China somos complementarios.

Por lo tanto, esa falta de equilibrios quizás es lo que me preocupa para adelante. Pero bueno, yo creo que el gobierno tenía que encontrar un mecanismo rápido para bajar la fiebre. Y el desafío que sigue a eso es que ese salvataje le llegue a los argentinos. Digo yo, estoy en campaña y en la calle no ves que absolutamente nadie esté mejor y te diga: “Estoy mejor”.

Y desde que llegó Javier Milei nadie, salvo a lo mejor algo de la City acá en Buenos Aires, algo puntual, algún empresario o alguno que compró el regimiento Patricios, bueno, algún ganador del sistema. Lo cierto es que la gente de a pie no ve que este salvataje ni los anteriores le cambie la vida.

Política y economía: prioridades y exclusión

— Uno podría aventurar que la necesidad de un salvataje económico implica un agotamiento, un fracaso del modelo económico. Sin embargo, el domingo, el ministro de Economía Caputo dijo que el esquema de bandas se iba a mantener y que no se iba a devaluar, por ejemplo, ni antes del 26 ni después. ¿Creés que el modelo económico tiene que ser retocado por el Gobierno?

Creo que primero tienen que resolver la política y junto con la política, la economía. Digo, pensar la economía por fuera de la política quizás es un defecto de un político que no sabe mucho de economía, pero me parece que acá la verdadera crisis que tiene es primero política y después económica.

Se enamoraron de su propio plan, que tiene un problema: excluye a demasiada gente y excluye a las pymes del interior de Córdoba o Mendoza y excluye a jubilados, a personas con discapacidad, a personas que necesitan la salud pública. O sea, hay como una gran exclusión y me parece que es lo primero que hay que resolver. Tiene que haber un presupuesto, ese supuesto tiene que tener esas prioridades adentro, junto con federalismo, digo, no podemos desguazar la Dirección Nacional de Vialidad y fingir demencia como que eso en el interior no tiene el valor que realmente sabemos los que somos del interior que tiene, o que desaparezca el INTA, que es clave para las semillas que permiten exportar muchos más quintales de soja cada año. Bueno, ese tipo de discusiones me parece que es donde falla y son de tipo político.

A ver, cómo va a salir la Argentina adelante. Bueno, de la economía me parece que en gran medida todos le están diciendo al gobierno que tiene que tener más reservas, comprar reservas y dejar de gastarlas en sostener el precio del dólar cuando ellos decían que el mercado regulaba todo, claramente se están dando cuenta que no es así. Me parece que el enorme problema ese es en lo económico.

Ahora, en lo político, me parece que no van a llegar inversiones ni vamos a ser tomados seriamente por aquellos que tienen que decidir si poner plata en Argentina en la medida que el presidente veta todas las leyes y que el Congreso apruebe más leyes de las que resiste un presupuesto con déficit cero. Si no logramos —y el Gobierno es el principal responsable de eso— un mínimo de consenso político para que después la economía pueda transitar por algo de paz y le cambie un poco la vida a la gente también para que no se quede gente afuera del modelo. Bueno, es un enorme desafío el que tiene el Gobierno.

Consensos en el parlamento

— Mencionaste la palabra consenso. ¿Cómo creés que gestionó el Gobierno nacional el consenso con el Congreso?

Bueno, tuvimos la Ley de Bases, que fue un primer momento. Yo descreo porque estuve muy, muy adentro. Quizás eso de que era por miedo a las redes sociales, que los diputados iban y lo acompañaban, a mí porque las urnas habían sido una paliza.

Todos los gobiernos ganan con una fuerza, más allá de que ganes por un voto o por muchísimo la fuerza del principio, los primeros 100 días siempre son un gran espaldarazo político. Ahora, en la Ley de Bases hubo mucho consenso. Ahí lo conocí a Santiago Caputo, lo conocí a Catalán, conocí a Rolando, el vicejefe de Gabinete, conoces a Guberman, digo, había mucha discusión larga.

Era verano y estábamos hasta la noche discutiendo porque la ley llegó y la que votamos… ellos, por ejemplo, ponían retenciones a economías regionales como el vino de Mendoza o el maní de General Cabrera de Córdoba. Subían las retenciones a los granos y las carnes y además ponían retenciones a productos con valor agregado, algo que ni el kirchnerismo se había animado.

Bueno, retirar eso fue producto del consenso, fue producto del consenso. Difícil, duro, porque el gobierno estaba enamorado de su propia ley y salió una ley con consenso. Después, con la ley antimafia pasó algo, lo mismo. Lo que llegó no es lo mismo que salió, fue morigerado sobre todo por los espacios de centro y después el Gobierno bajó la persiana y dejó de generar consensos.

Ahora, cuando presentó el presupuesto en una cadena nacional, volvió a hablar de consensos y aceptó que no alcanza con la macro el presidente y que hay que empezar a ocuparse de la micro. Lo dijo él, pero a la semana tiró eso por la borda y seguimos con un amplio bloqueo. Por lo tanto, me parece que en la medida que el gobierno, por un lado, no aparte a los corruptos de la cercanía del presidente y por otro no dé un mensaje realmente de diálogo que se lo piden sus socios de Estados Unidos, se lo piden, el FMI se lo pide, pero también se lo pide la gente, en definitiva, que quiere que no veten las leyes que tienen que ver con, no sé, con que chicos tengan prestaciones mínimas de discapacidad o de una emergencia pediátrica que realmente existe y es real.

Doble rol: diputado en ejercicio y candidato

— Vos sos diputado nacional en ejercicio y candidato, ¿cómo llevas ese doble carril?

La verdad que primero celebrando que el Congreso esté funcionando, tan acostumbrado a simplificar que en los años electorales el Congreso cierra y funciona solamente los años que no son electorales.

Y la verdad que no, eso no hace que sea viable un país. Por lo tanto, primero celebro que el Congreso esta semana, a 12 días de las elecciones, estemos teniendo el nivel de actividad que estamos teniendo. Así que eso en gran medida. En segundo lugar, es muy difícil. Es muy complejo porque yo soy secretario parlamentario de un bloque que es garante de que haya sesiones y que pasen las cosas dentro del Congreso y eso requiere muchas horas de trabajo.

Yo sé que a la gente le llega del Congreso una pelea entre dos diputados que se filman, o se tiran agua o se llaman gato, o dos diputados libertarios que se agarran las trompadas. Pero eso no es lo que pasa en el Congreso. El 99% del tiempo es un laburo muy sacrificado y también hay que hacer campaña, porque además la campaña tiene algo maravilloso para la política, que es el momento donde realmente tomas la temperatura de la calle, te llevas el termómetro, digo yo.

Salí de la sesión a las 4:00, agarré un avión, me fui a un auto, perdón, me fui a recorrer el sureste de Córdoba y ahí te llevas lo que está pasando en el campo, lo que está pasando en las localidades de la zona productiva y realmente eso es muy valioso para volver al Congreso y tener ese contacto con la realidad que en la campaña se da como ningún otro momento.

— ¿Y cómo está la temperatura de la calle?

Creo que absolutamente nadie puede decir que está mejor con Javier. Y eso creo que es un problema, digamos, para todos. Javier Milei le pide un enorme esfuerzo que la gente estaba dispuesta a hacerlo, sobre todo para alejarse lo más lejos del kirchnerismo posible. Y la gente ve que no hay luz al final del túnel. No se la logran mostrar. No veo que nadie objetivamente diga “estoy mejor” y veo que el hecho de la corrupción penetró muy fuertemente.

Veo que la gente está planteándose que al final son igual, son lo mismo, son lo mismo que el kirchnerismo, que esto surge con la hermana del presidente, que él la puso en el lugar de jefa, que además le pague la campaña el narcotráfico al primer candidato en la provincia de Buenos Aires eso penetra mucho más de lo que imaginamos, porque LIBRA la gente entendió que está muy mal y entendió que había corrupción. A lo mejor el mecanismo de las criptomonedas es muy difícil de explicar. Nos está costando la investigación por lo complejo que es ese mundo. Ahora, la gente entendió que eso estaba mal. Cuando le sumas los audios de Spagnuolo que todo el mundo los escuchó y le agregas el escándalo, después la gente empieza a decir: “Che, esto está mal”.

Y la verdad que yo creo que la corrupción, digo, no importa si es con cada K, Karina, con C de Cristina, hay que erradicarla en todos los escenarios y me parece que la gente tiene las mismas sensaciones. Me está pidiendo un enorme sacrificio. Me echaron de la fábrica. Hoy estoy haciendo un Uber, no llego a fin de mes porque el combustible me está subiendo seis veces en dos meses, digamos.

Mi padre jubilado tiene menos remedios y no llega a fin de mes y se tuvo que ir a casa porque no puede alquilar más. Eso en el mundo urbano. Y vas al campo y los tipos te dicen: “Usted este gobierno… porque el kirchnerismo con la 125 le hice la cruz para siempre y vienen y me quitan la previsibilidad”.

En la Rural me bajan las retenciones por unos días, me aprietan para que venda cuando vendo, con ese precio, y a los pocos meses le dan un premio de la serie Lira. Que no tuvieron que laburar a las 4:00. Toda una campaña agropecuaria. Bueno, cuando ves que en el campo, en la ciudad, empieza a ser un problema la corrupción en los dos lados y las complicaciones económicas y la falta de futuro, bueno, empezás a ver que es un problema que posiblemente le cueste al gobierno perder en las elecciones en 20 provincias.

Candidatura PRO y coherencia electoral

El PRO como espacio clave de cara a 2027

— ¿A qué responde tu candidatura con el sello del PRO por fuera del acuerdo con La Libertad Avanza?

Primero, creo que hay un tema de coherencia. Las banderas del PRO siempre fueron otras, distintas a las de Javier Milei. Entiendo que sea fácil confundir y decir: electorado hasta acá, hasta allá, y la gente no creo que esté acá ni allá.

Creo que la gente nos votó en su momento a nosotros para alejarse del kirchnerismo, que había hecho muy mal las cosas. En su momento volvió el kirchnerismo para castigarnos a nosotros porque pensaban que era algo distinto, Alberto. Y después, cuando nosotros nos peleamos, encontró un Milei algo mucho más fresco y claro para alejarse del kirchnerismo, y además con una apatía y un enojo con Juntos por el Cambio, por lo que había pasado y porque volvimos a poner al kirchnerismo en escena.

Ahora las banderas del PRO no son las mismas. Javier Milei, la eficiencia en la gestión, que es lo que siempre defendió el PRO, nació con esa bandera en una pelea contra el kirchnerismo desde una gestión sin grasa, pero con eficiencia. Bueno, esa era la lógica con la que nacimos, es decir, la idea de un topo que destruye el Estado de adentro es muy lejana al PRO.

Nosotros en el interior hacíamos campaña hablando de la Ciudad de Buenos Aires administrada por Macri, y administrada por Macri el anterior por no por el actual, que no es la misma calidad de gestión y por Horacio Rodríguez Larreta fue la nave insignia de la gestión. Después la reparación histórica para desarmar el desastre que dejó con el kirchnerismo. el tema de las jubilaciones lo hicimos nosotros porque era una prioridad el tema de las jubilaciones, el tema de las universidades dentro del presupuesto como algo prioritario. Bueno, estaba dentro de nuestros planes constantes. Lo mismo con la salud, con la educación. El Garrahan no le faltaba nada. Cuando estamos nosotros después podemos discutir cuánto es mucho o poco, digamos en recursos, en un momento donde realmente se estaba haciendo también un ajuste, pero siento que esas eran nuestras banderas; los que se corrieron son otros.

Por lo tanto, cuando nos tocó recuperar el partido para los afiliados de Córdoba, teníamos dos opciones: presentar una lista o no presentar una lista.

Bueno, los partidos si no presentan listas, son un club de amigos, ONG. Bueno, decidimos presentar una lista y que no pase lo que pasó en otras provincias de que vuelva al cuarto oscuro. Y no está el PRO con esas banderas. Después puede ser que no sea igual de taquillera que en otra época. Y cuando me tocó armar una lista y tomar esa decisión, la verdad es que empecé a hablar a los intendentes y concejales de menos de 40 años que tenía a lo largo y ancho de la provincia. En Córdoba teníamos 337 intendentes, cerca de 200 concejales, tribuno de cuenta, tenemos legisladores. Entonces se armó una lista naturalmente muy amena, en el sentido de que ya más intendentes, concejales de menos de 40 años, le hablas de estas banderas y dijeron sí, vamos, vamos para adelante.

Oscar Agost Carreño sobre Mauricio Macri

— Mencionabas a Mauricio Macri, ¿Cómo está tu vínculo, tu relación con él después de la disputa judicial en la que lograste imponerte y ser presidente?

Bueno, claramente a Mauricio no le gusta perder en nada, pero tampoco en el terreno judicial. Claramente lo hace feliz, pero de otra forma creo que esto es política. Ha sido un buen presidente y lo rescato una y otra vez. Creo que ahora puede parecer errática la falta de identidad que se le está dando al partido y espero sinceramente que en la etapa que se venga después de las elecciones retomemos la identidad del PRO y el principal actor que tiene que hacer eso es Mauricio Macri, porque creo que el PRO va a ser un eslabón necesario y absolutamente importante en la etapa que se viene de acá a 2027, donde posiblemente se arme una especie de corredor sanitario que incluye a gente que generalmente no nos sentamos en una misma mesa a conversar. Y ahora, para terminar con un populismo de izquierda como el kirchnerismo y un populismo de derecha como Javier Milei en las urnas, bueno, haya que hacer un extremo distinto que incluye al PRO, seguramente, y que incluya a desencantados de otros espacios políticos del radicalismo, gente como Horacio Rodríguez Larreta, gente de Provincias Unidas.

Bueno, ese entramado, yo creo que necesita la experiencia de Mauricio Macri, del PRO y necesita seguramente también ese respeto institucional que ha sabido construir en nuestro partido y la eficiencia de gestión de gente como Horacio Rodríguez Larreta tiene mucho para aportar. Por lo tanto, creo que tenemos que no cortar lazos, seguir conversando y encontrar un mecanismo, porque nosotros ya hicimos que vuelva el kirchnerismo. Ahora tenemos que hacer lo necesario para que no haya más populismo en serio, ni de derechas ni de izquierda.

— Como es el escenario electoral de Córdoba que está súper fragmentado.

Pero bueno, como en todos lados hay una enorme cantidad de listas. Cuando aprobamos la boleta única, recordarás, ustedes lo cronicaron mucho, estaba pensado con la existencia de PASO, cuando no hubieron PASO porque se suspendieron pasas a tener en Córdoba 18 listas. Es un muestrario de pintura la boleta única y encima con marcas nuevas. Bueno, ahí hay de todo, pero en Córdoba no tenés una polarización con el kirchnerismo. Es verdad que es muy antikirchnerista, pero hoy el kirchnerismo no está competitivo. Vos en Córdoba tenés competitivo al exgobernador Schiaretti, tenés La Libertad Avanza con un candidato ignoto desconocido, que no tiene experiencia tampoco en lo político. Y digamos, todo transita con esas dos listas muy competitivas. Y después está el radicalismo que va solo, está el PRO que va solo, Natalia de la Sota que se corrió del peronismo tradicional y no va con el kirchnerismo. Por lo tanto es desafiante cómo va a quedar ese escenario para nueve bancas.

Elecciones en Córdoba y fragmentación política

— Para cerrar, Oscar, ¿Cuál es el eje de la discusión en Córdoba?

Bueno, el eje de la discusión, me parece, tiene que ver con la rebeldía de Córdoba, en el sentido de que no nos gusta que en Buenos Aires decidan por nosotros. Creo que todos los que hacemos campaña en Córdoba entendemos que le tenemos que explicar a los cordobeses que parte de defenderlos es eso. Yo creo que Schiaretti fue una gloria como Gobernador, ahora estos dos años que estuvo desaparecido. Yo estuve sentado en mi banca, no falté a ninguna sesión y presenté más proyectos que todos los libertarios juntos.

Creo que nosotros tenemos para ofrecer eso, conocimiento del funcionamiento del Congreso. Y el gringo no estuvo, y claramente sus diputados votaron, por ejemplo, de votar a favor de investigar a Karina Milei y Javier Milei por el tema de la criptoestafa, por lo tanto, hay un juego de connivencia que hay que erradicar.

Y del otro lado, La Libertad Avanza tiene en los tres primeros de la lista a dos socios de Gabriel Bornoroni, el jefe de bloque; y la segunda una señora que debe ser muy buena pero constela autos y casas. No sé si es la gente que yo quiero para el Congreso que se viene.

Defender a los cordobeses es defender al campo siempre, no a veces y con especulaciones. Es defender la industria automotriz que no para de echar gente producto de que no le cierran los números, a las pymes, y que la ruta 158 y la 19 sigan teniendo obra pública para que la gente no se mate y la producción pueda salir. Bueno, ese tipo de discusiones requiere que llegue gente preparada y esa gente preparada no puede ser gente que especula que por dos cuadras de cordón cuneta baje sus banderas.