Milei dejó tan grogui al peronismo que lo hace deambular entre la paz incómoda o el llamado de un mesías
El futuro de Milei se juega en el mileísmo: desbordes, ajuste y calma inflacionaria con despidos. Enfrente, un peronismo paralizado por la situación de Cristina Fernández de Kirchner y el miedo a perder lo poco que tiene.
¿Una herramienta electoral? ¿Un ensayo político? Todos los interrogantes rodean a Gebel, quien mientras tanto, deja correr su candidatura presidencial.
Al peronismo le cuesta reformatearse. Es muy factible que no haya elecciones internas el próximo 15 de marzo en la Provincia de Buenos Aires porque a nadie le conviene y el miedo a perder es más grande que la expectativa del triunfo.
Por eso algunos empiezan a “soñar” con nuevos horizontes aunque hoy siguen participando del elenco que contempla a Axel Kicillof como la más importante figura de este tiempo por fuera del kirchnerismo cristinista.
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Quienes más confiados parecen iniciar este proceso de discusión parecen ser La Cámpora y Máximo Kirchner, en particular. ¿Por lo lejos que está de volver al poder? ¿Por qué no siente el más mínimo temor de ser solo el representante de un votante duro del 10%? Por lo que cualquiera pueda suponer, el hijo de los dos presidentes no para en su idea de “volver a armar” aunque para eso no deje de zamarrear el árbol que sostiene a Kicillof, con quien la relación es irreconciliable.
Mayra Mendoza es su referente más territorial y ella, junto con Facundo Tignanelli, van recorriendo municipios que no son afines como Tres de Febrero. El jueves pasado estuvieron en Tres de Febrero con el dirigente local Juan Debandi, uno de los propios, reclamando por las impagables tarifas que les llegan a los clubes de barrio que tienen pileta de natación climatizada.
La situación es más que compleja para Kicillof. Si bien tiene la ventaja de poder decidir cuando quiera sobre su propio porvenir, (y esto es lo que le exigen sus seguidores del MDF), en la legislatura las relaciones entre su sector y el resto de los aliados, incluido Sergio Massa, es más que tirante. A la decisión de vetar la manera en que los diputados deben recibir su presupuesto por parte del tesoro del Ejecutivo ahora se profundizó la pelea con la vicegobernadora Verónica Magario, quien cerró hasta febrero el Senado. Lo hizo porque no quiere entregarle un nuevo secretario a La Cámpora, que sería Gustavo Sooz, ex senador y de confianza de Gustavo Menéndez, quien también el kirchnerismo pretende que tenga manejo presupuestario.
En tanto, en uno de los habituales brindis de fin de año, un intendente enrolado en el Movimiento Derecho al Futuro, reconocía que “por adentro no se puede más” pero admitía que era muy difícil tomar la decisión de la ruptura. Es que si lo hacen, el kirchnerismo cristinista no subirá a ningún otro colectivo político que no sea el propio y, con la fractura en la mayoría de los territorios, los intendentes de Fuerza Patria corren serio riesgo de ser desplazados por un candidato con mínimo poder de convocatoria. “Nos comen los libertarios”, rezongan.
Además, las actuales circunstancias obligarían a revisar las ganas de pelear que tienen los que adhieren al nonato kicillofismo. Es que La Junta Electoral partidaria, que dominan los aliados de Kirchner, no quieren incorporar más de un 5% de nuevas fichas al padrón habilitado para votar en la interna.
Quien sigue insistiendo con “poner un nuevo candidato” es Luis Barrionuevo. A punto de cumplir los 84, fue ratificado, luego de una ardua compulsa judicial que le impedía convocar a elecciones, al frente de la Unión de Trabajadores Gastronómicos y Hoteleros de todo el país. En su discurso le agradeció en varias oportunidades a las cámaras empresariales del sector, que “al principio tenían miedo de lo que era un sindicato y ahora estamos trabajando para que la actividad siga creciendo”.
En todo su relato detalló que es fundamental la buena relación con los dueños del negocio y adelantó que lucharán para que la ley laboral que se empezó a discutir en el Senado de la Nación incluya la opinión de los trabajadores. “Hay que seguir unido todo el movimiento obrero, pero no enrolarse con ninguna figura porque eso nos hizo retroceder mucho”, reconoció, aunque inmediatamente admitió que está trabajando para encontrar un candidato que reemplace a Javier Milei.
A mediados de enero juntará a todos los miembros de la conducción cegetista en el hotel gremial de Mar del Plata para definir una postura. Cree que el gobierno no aprobará el tema sin ponerlo a consideración. Luego, cuando habló del futuro, MDZ le preguntó si había hablado con Dante Gebel, el pastor con el cual muchos han empezado a entusiasmarse.
“Nooo… No lo conozco. En eso está Juan Pablo Brey me parece”, dijo como desentendido. Efectivamente, este martes, a las 18.30, se realizó el lanzamiento de Consolidación Argentina, una corriente que agrupa a mucho peronismo desencantado pero que aún maneja porciones de poder territorial en varios municipios.
“Dicen que los evangélicos y cristianos lo van a acompañar porque viene de ese palo pero no se si es tan así… Los pastores son recelosos entre sí y no quiere que otro tenga más éxito que él”, confesó uno que se mueve en su municipio con toda esta colectividad de creyentes.


