La misma Justicia ordena a la Justicia
Ante el alboroto y las críticas por el método de llevar adelante el juicio por la causa Cuadernos, Casación debió intervenir. Era necesario y de Justicia.

El inició del juicio oral y público por el caso Cuadernos provocó estrépito, asombro, estupor y muchas críticas por el método, cadencia y sistema de trabajo establecidos por el Tribunal Oral en lo criminal Federal(TOF) número 7.
Ha sido señalado como el caso más grande de corrupción en la historia del país y los magistrados Enrique Méndez Signori, Germán Castelli y Fernando Carnero dispusieron llevar el juicio por vía zoom, una vez por semana y durante 4 horas. Alegaron ser jueces subrogantes, lo que les obliga a atender los casos de dos juzgados y falta de estructura y personal necesarios.
Te Podría Interesar
Con este sistema y la cantidad de imputados y testigos el juicio podría prolongarse por hasta 5 años e incluso más tiempo, aventuraban algunos conocedores de los tribunales. Una enormidad de tiempo y un hecho discordante enorme que hacía latente la frase “ Justicia lenta no es Justicia”.
La primera sesión tuvo ribetes increíbles porque se apreciaban procesados que se escondían detrás de sus abogados, Julio De Vido engullía comida delante de las cámaras y Cristina era señalada para que se hiciera visible en cámara, porque no aparecía.
Todo este despropósito se convirtió en un remedo de juicio y en una afrenta para la sociedad entera.
Con esta medida adoptada originariamente por los jueces del Tribunal 7 se hacía efectiva la frase con sorna de un veterano abogado que pasó por tribunales como Secretario, para luego continuar hasta su jubilación, como abogado litigante y frecuentador de los pasillos tribunalicios.
Definía el experimentado profesional a una gran cantidad de jueces argentinos con los siguientes conceptos:
1) El coraje no se distingue como uno de sus valores. 2) No muy afectos al trabajo. 3) Atentos al poder de turno y 4) Demasiados arribados a su cargo, no por sus capacidades, sino por razones políticas (militantes).
Lapidario y quizás excesivo, pero para meditar.
Lo dispuesto por los jueces del TOF causó un escándalo de proporciones y críticas de numerosos medios y periodistas de renombre. Se comenzó a exigir presencialidad de los encartados y más cantidad de días y de horas de audiencias.
Al interior de la corporación judicial el ruido y la exposición pública del desaguisado se hicieron notar. Lo extraño del caso es que miembros de la Suprema Corte y jueces de Casación habían advertido a los jueces colegas a cargo del juicio de la necesidad de mayor actividad y velocidad del proceso, previo a su inicio. Oídos sordos.
La Cámara Federal de Casación Penal decidió intervenir y poner orden en lo que venía ocurriendo y devolver razonabilidad al juicio y tranquilidad a la población en general.
Los jueces Daniel Petrone, Gustavo Hornos, Angela Ledesma, Carlos Mahiquesy Mariano Borinsky reunidos en el Acuerdo de Superintendencia del Tribunal convocaron a los integrantes del TOC7 y los instruyeron para dotar al proceso de más eficacia, eficiencia y velocidad.
Se los instruyó a realizar tres audiencias semanales, en modo presencial en la sala AMIA de Comodoro Py, durante 8 horas y se eliminó la feria judicial de verano.
Ante el bochorno la misma Justicia ordenó a sus pares.
Desde largo tiempo atrás en la valoración de los ciudadanos, la Justicia ocupa los últimos lugares. Vecinos a los dirigentes gremiales y a la política.
La Justicia, el dique contenedor de los conflictos que acarrea la vida colectiva, debe ser confiable y apreciada por la ciudadanía. Trasmitir tranquilidad y sensación clara y cierta que sus decisiones son objetivas y protegen los derechos perdidos o vulnerados.
En buena hora la intervención de los jueces de Casación Penal. Pusieron orden en el trámite del juicio de corrupción más relevante de la historia nacional y en el que ponen sus ojos todos los argentinos.
Los 87 imputados van a transcurrir el juicio como corresponde y los ciudadanos pueden ser testigos de su transcurso. Como corresponde. Un tiro para el lado de la Justicia, como apunta el refrán popular.


