La Casa Rosada activa la rosca con los gobernadores para aprobar la reforma laboral en el Senado
Aunque ya tiene dictamen, el oficialismo necesita apoyo de los gobernadores para sancionar la reforma laboral en el Senado y así conventirla en ley.
El enviado de la Casa Rosada, Diego Santilli, avanzará con las negociaciones por la reformal laboral.
Noticias ArgentinasEl Gobierno comenzó a mover sus fichas de cara al próximo período de sesiones extraordinarias. En ese marco, Diego Santilli proyecta una nueva ronda de reuniones con gobernadores durante enero, como antesala de la convocatoria formal que Javier Milei realizará en febrero.
El objetivo central del ministro del Interior es reunir los respaldos necesarios para que los jefes provinciales acompañen el proyecto de reforma laboral impulsado por la Casa Rosada. La iniciativa figura entre las prioridades legislativas del Ejecutivo y se perfila como uno de los debates más sensibles del verano parlamentario.
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Por ahora, no está definido quién será el primer gobernador en sentarse a la mesa con Santilli. De hecho, varios mandatarios consultados reconocen que no tienen reuniones agendadas en el corto plazo, aunque admiten que el diálogo con el Gobierno nacional se intensificará a medida que se acerque la apertura del período extraordinario.
La Casa Rosada necesita el apoyo de los Gobernadores
El respaldo de las provincias será decisivo para el trámite en el Senado de la Nación Argentina. Si bien la iniciativa ya cuenta con dictamen y La Libertad Avanza logró ampliar su capacidad de negociación en la Cámara alta, el oficialismo todavía depende del acompañamiento de fuerzas aliadas para garantizar una mayoría en el recinto.
Reforma laboral: el capítulo que inquieta a las provincias
Dentro del proyecto hay un punto que concentra la atención, y las dudas, de los gobernadores. Se trata de los artículos vinculados al Impuesto a las Ganancias y a la reducción de la carga tributaria, que podrían impactar de manera directa en la masa coparticipable que reciben las provincias.
En este contexto, incluso los distritos con mejor relación política con la Casa Rosada analizan con lupa ese apartado del texto. La preocupación fiscal atraviesa transversalmente a los gobernadores, que buscan preservar sus recursos en un escenario de ajuste y caída de ingresos.
En el oficialismo reconocen esa postura y no la descartan como un obstáculo real. Por ese motivo, Santilli deberá encarar negociaciones bilaterales con cada mandatario para destrabar apoyos. En Balcarce 50 admiten que el proyecto podría sufrir ajustes puntuales, aunque remarcan que la intención es evitar modificaciones que desnaturalicen el corazón de la reforma.

