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Javier Milei toma aire en el Congreso y estira la agonía de los DNU, una herramienta que tiene fecha de vencimiento

La Cámara de Diputados aprobó con modificaciones la reforma a la ley 26.122, que regula el control parlamentario de los decretos de necesidad y urgencia.

Martín Menem le llevó oxígeno al Gobierno de Javier Milei.

Martín Menem le llevó oxígeno al Gobierno de Javier Milei.

Noticias Argentinas

El Gobierno respira en el Congreso. El oficialismo logró estirar la agonía del régimen actual de los decretos y podrá disponer de un generoso régimen de DNUs por lo menos hasta después de las elecciones. La Cámara de Diputados aprobó una modificación de la ley 26.122, con 140 votos afirmativos, 80 negativos y 17 abstenciones. Pero no pudo aprobar uno de los artículos. Ahora el texto vuelve al Senado, que, como cámara de origen, puede insistir con la media sanción que aprobó o rechazar la modificación que le dieron los diputados este miércoles.

En la votación en particular, Diputados, en su rol de cámara revisora, no pudo aprobar el tercer artículo del proyecto. Este punto sostiene que con el rechazo de una sola de las cámaras alcanza para dejar sin efecto los decretos de necesidad y urgencia que firma el Poder Ejecutivo. Este artículo recibió 127 votos afirmativos, 90 negativos y 17 abstenciones. No alcanzó la mayoría absoluta de 129 votos a favor que necesita este proyecto para ser aprobado. Con esta modificación, ahora el Senado debe definir si acepta o no el cambio que impuso Diputados al rechazar ese artículo.

Así, el Gobierno nacional gana tiempo y Javier Milei podrá seguir utilizando esta herramienta, de la que tanto gozó en estos 22 meses de gestión, por lo menos hasta después de las elecciones. Al principio de la jornada, todo se encaminaba para que se sancione el proyecto tal como ingresó del Senado, pero, durante la jornada, la gestión política de Martín Menem logró revertir el voto de un puñado de diputados que no acompañaron el tercer artículo.

Diputados (2)
La oposición impuso una mayoría para rechazar la modificación de los DNU.

La oposición impuso una mayoría para rechazar la modificación de los DNU.

Los diputados que le dieron aire a Javier Milei

Jorge Ávila (Encuentro Federal), Héctor Baldassi (Pro), Victoria Borrego (Coalición Cívica), Sofía Brambilla (Pro), Marcela Campagnoli (Coalición Cívica), Carlos D’Alessandro (Coherencia), Eduardo Falcone (MID), Álvaro González (Pro), Gerardo Gustavo González (Coherencia), Juan Manuel López (Coalición Cívica), Ana Clara Romero (Pro), Oscar Zago (MID), Karina Banfi (UCR) y Fabio Quetglas (UCR) votaron a favor del proyecto en general, pero luego rechazaron el artículo 3.

Melina Giorgi (Democracia Para Siempre) había optado por la abstención en general, pero cambió a un voto negativo en la particular. Silvia Lospennato (Pro) no participó de la votación general y luego se sumó al rechazo del artículo. Tanya Bertoldi (Unión por la Patria) y Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos) acompañaron en general, pero no estuvieron presentes en la definición del artículo.

En sentido inverso, Mario Barletta (Unidos) apoyó el artículo 3 pese a haberse abstenido en la votación general. Gabriel Chumpitaz (Futuro y Libertad) también modificó su postura: pasó de la ausencia en general a votar en contra en la particular. Facundo Manes (Democracia Para Siempre), que comenzó la sesión con una denuncia a Martín Menem por supuestas amenazas, votó a favor en general y se ausentó en la segunda instancia.

Facundo Manes - Diputados

Estos fueron los nombres propios que cambiaron su tendencia en la votación y le dieron un respiro al Gobierno nacional con un tema clave para la gestión, como es el manejo de los DNUs. Este cambio de tendencia se explica por el apoyo de los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut) y Rolando Figueroa (Neuquén). Estos tres mandaron a sus diputados a cambiar la tendencia en la votación en particular y le dieron un poco de oxígeno al Gobierno.

Esto representa también un nuevo acercamiento de los gobernadores con la Casa Rosada de cara a las próximas elecciones nacionales. Semanas atrás, estos mismos mandatarios provinciales les ordenaron a sus diputados que rechazaran los vetos de Javier Milei a las leyes de financiamiento universitario, emergencia pediátrica y en discapacidad.

Cuántos decretos firmaron los presidentes argentinos

Javier Milei es el cuarto presidente que más decretos firmó por día: con 0,13 decretos por jornada (46 en 330 días, hasta el 30 de septiembre). Entre ellos, el más relevante fue el DNU 70/2023, de más de 600 páginas, con el que dispuso la derogación o modificación de numerosas leyes para “desregular la economía”.

Bajo el mismo parámetro, el presidente con más decretos de necesidad y urgencia firmados fue Adolfo Rodríguez Saá. En solo ocho días de gestión dictó seis DNU, casi uno por jornada. Le sigue Eduardo Duhalde, que, entre 2002 y 2003, durante su presidencia interina, emitió 154 decretos en un año y cuatro meses, lo que equivale a 0,3 por día. En tercer lugar aparece Néstor Kirchner, con un promedio diario de 0,14 DNU: fueron 236 en total durante sus 1.660 días de gobierno. Esta información surge de una publicación de Chequeado, el medio especializado en datos públicos.

Ahora se espera que el Senado desestime este cambio que le dio Diputados y se sancione una ley que limite a cualquier gobierno en el uso de los DNU. Esto ocurriría luego de las elecciones. De aprobarse finalmente el proyecto opositor, bastaría con el rechazo de una sola cámara para anular el decreto (este fue el punto que no recibió el aval de Diputados); asimismo, todo DNU tendrá 90 días desde su publicación en el Boletín Oficial para lograr su convalidación en el Congreso; de lo contrario, perderá su efecto jurídico. La propuesta establece que, en caso de que un DNU o una delegación legislativa sean rechazados, el Poder Ejecutivo no podrá emitir otro sobre el mismo tema en ese período parlamentario.

En el recinto, los detractores de la modificación monopolizaron la palabra. El kirchnerismo eligió esquivar la incomodidad y no explicar su voto. La ley que están modificando fue sancionada en 2006, con el impulso de Néstor y Cristina Kirchner. Muchos de los que hace más años caminan estos pasillos tuvieron que defender en aquel entonces la sanción de esta ley y hoy tuvieron que votar en contra. Esa misma contradicción le cabe al PRO, que en su momento criticó esta ley del kirchnerismo y hoy, en su mayoría, la terminó defendiendo.