Javier Milei deberá sobrepasar la desconfianza de Karina para conseguir lo que Trump quiere
Cristina, haciéndole otro favor a Javier Milei, reaparecerá toda esta semana. El Gobierno se encuentra en la disyuntiva de dejar de ser lo que es o seguir tal cual llegó. Sin apoyos políticos los cambios imprescindibles que pidió Donald Trump serán muy difíciles de ejecutar.

¿El Gobierno argentino fue intervenido por el de Donald Trump? Relativo. En las cercanías de Javier Milei ven "inexorable" el cambio radical de un Gabinete que no tiene ni ministros ni secretarios de relevancia salvo el de Economía, Capital Humano y de Seguridad.
Lo demás está bajo la tutela de Santiago Caputo o Karina Milei, con un jefe de Gabinete que volvió a reclamar que no se metan en sus temas. A Guillermo Francos solo le faltaría administrar el presupuesto de la Nación, como lo establece su rol.
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¿Le hará caso Javier Milei a las sugerencias de los enviados norteamericanos, que le exigen un acompañamiento político con más musculatura que la que muestra hasta ahora? Karina Milei, "El Jefe", aún descree que esa sea la salida. Sigue creyendo que "todos los quieren cagar" o, directamente, le desean el mal. Hay veces que el cielo o los astros pesan más.
Lo de Santiago Caputo es otro esquema. Más ideológico, pero con una barrera nítida. Mauricio Macri. Parece que lo sufrió demasiado en sus tiempos de segunda guitarra de otros consultores. Cree que el expresidente es todo por negocio.
Lo que puede parecer una "intervención" es una verdad de Perogrullo. Más allá de las ventajas que tendrán bonistas y lobistas norteamericanos en el mega préstamo brindado a la Argentina, es lógico que se establezcan reglas claras para asegurarse su recuperación. Hay cuestiones oscuras que hacen pensar que Trump y los suyos son más voraces que generosos. Habrá que verlo. Por lo pronto, lo único que quieren que quede firmado es cómo se los va a devolver.
Y en este punto tienen toda la razón. Argentina, y el gobierno de Javier Milei, deberá hacer algo que nunca quiso pero que era elemental. Cuantas más transformaciones debes hacer, más acuerdos y consensos tendrás que obtener.
Esto, que es de manual, nunca lo intentó Javier Milei ni fue motivo de debate en su "Triángulo de Hierro". Pero ese error es natural en los gobiernos no peronistas, siempre con dificultades y con minorías en el Congreso de la Nación. No lo hicieron Fernando De la Rúa ni Mauricio Macri. Uno, cuando fue a buscar plata por el mega canje. El otro, cuando acudió, en última y desesperada instancia, al Fondo Monetario Internacional. Macri ni preguntó con sus aliados radicales, Carrió y gobernadores, si podían acompañarlo a "robar el banco". Entonces, cuando consiguió la plata, se quedó solo.
Cuando se quiere hacer algo extraordinario, desde armar una comisión directiva hasta robar un banco, siempre se necesitarán de tres o cuatros aliados claves. Estos gobiernos parecen que nunca tuvieron amigos ni siquiera para armar un equipo de fútbol, de ahí las dificultades que tienen para buscar consensos.
Los gobernadores que armaron Provincias Unidas ayudaron con sus diputados a que no quede firme la nueva ley que limita los vetos presidenciales. Y lo hicieron para esperar las elecciones. ¿Lo habrá entendido Karina Milei? Guillermo Francos seguro sí. Pero el hombre parece estar fatigado. Así es muy difícil.
Sin lugar a duda, Cristina Fernández de Kirchner quiere hacerle perder votos a Axel Kicillof. En el único lugar que su figura incide es en la provincia de Buenos Aires y para ella fue muy frustrante que el gobernador haya tenido razón en la idea de desdoblar las elecciones provinciales.
Entonces, como venganza, aparecerá dos veces. Lo hará este lunes a la noche en C5N y el 17 de octubre protagonizará una marcha hasta su prisión domiciliaria de San José 1111. Algo más para favorecer a La Libertad Avanza no puede hacer. Y, como el resultado no será como el de septiembre, por obvias y razones, ya explicadas ampliamente, luego dirá: "Vieron, teníamos que votar todo junto".