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Insultos, una presa que no lo asume y dudas en la economía que aún no complican a Javier Milei

La política desapareció de escena. Ya nadie guarda las formas clásicas. Javier Milei presiona sin freno. Corrientes y Mendoza, dos laboratorios. El dólar sigue amenazante.

Todo favorece a Javier Milei, pero el presidente debe enfrentar problemas.

"Todo favorece a Javier Milei, pero el presidente debe enfrentar problemas".

NA

Hay que reconocerle a Mauricio Macri el mérito de ser uno de los pocos políticos de este momento que hablar sin insultar. El nivel de comunicación de la clase política de estos tiempos lo llevó a consagrarse casi como una rareza de estos días. El expresidente, de todas formas, parece estar alejado o haber relegado en otros algún rol protagónico, como en Cristian Ritondo con la dura negociación bonarense.

Fuera de ese ejemplo, todo es obsceno y ausente de elegancia republicana. Javier Milei utilizó cuatro insultos distintos esta semana para referirse a Axel Kicillof. Cristina Fernández de Kirchner por su lado rompió también moldes y se sumó ampliamente a las costumbres de estos tiempos.

La expresidenta hace rato que viene abrevando en el lenguaje arrabalero para intentar emparejarse con lo que ella considera un idioma directo de la calle que, interpreta, le sirve para subir fácil al ring para pelearle a Milei. Esta vez, lo intentó al tratar de “boludo” al presidente en un posteo donde analiza la economía actual y los problemas por la falta de dólares. Una nota para los libertarios: Es un tema preocupante para los argentinos de bien que Cristina pueda tener algo de razón en, al menos, una línea de algún posteo de los que acostumbra a emitir desde su prisión disfrazada en departamento.

Javier Milei ya reaccionó hace tiempo a esos desafíos del bajo lenguaje de Cristina y esta semana dio un giro y subió a Axel Kicillof al ring. “Eunuco”, “ burro”, “pelotudo”, “pichón de Stalin” e “impresentable”, todos adjetivos usados por Milei contra el gobernador y en un solo discurso. Nadie podría haber pedido más para tomar centralidad.

La batalla central

La batalla por la provincia de Buenos Aires tiene mareados a todos. De todo el cronograma de infierno electoral que llega a las nacionales del 26 de octubre, la pesadilla bonaerense es la que tiene desencajados y sin rumbo a todos sin excepción.

Hay una frase que se repite en todos los bunkers: “Yendo divididos todos, se les animan a todos”. Esa regla se está cumpliendo tanto en las negociaciones de la interna peronista como en las de la negociación de la Libertad Avanza, el PRO y los radicales bonaerenses.

Cristina Fernández de Kirchner había tomado la conducción de la negociación para la elección bonaerense. Medio PJ de la provincia estaba en contra de su lapicera, un cuarto tenía dudas y solo el resto mantenía la obediencia a cualquier costo, incluido el ridículo, que vemos en estos días. Son los mismos dirigentes e intendentes que ahora intentan acciones para mostrar que Cristina no está presa y que su condena es parte de una conspiración. El peronismo profundo y los gobernadores saben que esos intentos son un delirio capitaneado por La Cámpora y que- balcones más, balcones menos- el futuro demostrará que una condena es una condena.

En las negociaciones del kirchnerismo previas al fallo de la Corte Suprema, el peronismo aceptó una candidatura de Cristina en la Tercera Sección y ahí llegó el amor por ese apellido; a Máximo Kirchner no lo quiere nadie en una lista. El problema es que, aunque Cristina aparezca en actos con su voz grabada, inclusive mucho mas frecuentemente que antes, es hora de asumir que la expresidenta no estará en la vida política efectiva y que, con Máximo, no se arregla nada en el peronismo.

El daño real de Cristina Fernández de Kirchner

Al mismo tiempo, el daño moral que permea a la sociedad por la estrategia de romantizar y negar la condena de Cristina Fernández de Kirchner, basada en sólidos argumentos y pruebas de los fiscales durante las tres instancias por las que pasó la causa Vialidad, es enorme. La negación de la condena, el intento por llevar al límite cada medida de la Justicia, la marcada estrategia de mostrar a Cristina fuera del principio más elemental de igualdad ante la ley, ya comienza a cansar inclusive a la población que podía ver con alguna simpatía momentos dibujados de una supuesta bonanza en las presidencias Kirchner.

Hubo un episodio esta semana que mostró el impacto en términos bien prácticos: Mayra Mendoza apareció en su cuenta de IG tatuándose una tobillera con la palabra Dignidad, otro aporte a la confusión penal de la doctora Kirchner. Ese posteo pronto despareció sin explicaciones, pero en medio de fuertes dudas sobre el impacto que tenía.

En Buenos Aires todo es duda y por eso la frase cobra más sentido que nunca: si no hay acuerdo con Kicillof, algo que muchos creen que puede suceder, el peronismo se encamina a una chance de derrota histórica en la provincia de Buenos Aires y lo peor es que puede ser a manos de un partido que hace dos años no existía y que, en general, esta manejado por novatos de la política.

El problema no es la virtud del enemigo, sino la estupidez propia. Esa máxima también podría aplicarse a las negociaciones de LLA y el PRO en Buenos Aires.

Sellos de goma para todos

El kirchnerismo convocó la semana pasada a otra cumbre bajó la consigna “Cristina es inocente. Cristina libre” usando el sello del PJ, ya casi gastado sin remedio, para reunir a una colección de partidos que, salvo el Frente Renovador, son una serie de sellos de goma que los Kirchner siempre usaron para dividir o para pegar sin poner la cara. Esos “partidos”, con nombres como Guillermo Moreno y Juan Grabois a la cabeza, hoy son rechazados por el 80 % de los votantes medidos por casi todas las consultoras, pero le sirven a Cristina para sumar, una práctica familiar por excelencia.

A esa reunión, Kicillof no fue invitado, pero hubo luego teléfono entre ambos bandos. Algunos se entusiasman, pero la realidad es que aún no existe nada concreto en ese camino a la “unidad” que el peronismo ha proclamado tantas veces en su historia como herramienta para arrear voluntades. Es un juego más en la estrategia eterna de manejo de poder del PJ y nada más.

La crisis de la política, "la casta" en términos libertarios, es tan profunda e inconcebible, que ya impacta en todos los partidos y con un espíritu claramente suicida. Los ejemplos abrumaron en la última semana tanto en el peronismo como en el PRO.

Mauricio Macri apareció en Corrientes junto al gobernador Gustavo Valdés. La excusa fue la inauguración del puerto de Ituzaingó. El expresidente quiso ordenar al PRO en esa provincia, pero Valdés está con otros problemas por estos días. El gobernador no puede ir a la reelección y quiere imponer a su hermano, Juan Pablo. Tiene el apoyo del PRO, por lo menos así se lo prometieron, pero mientras tanto intenta un acuerdo con LLA.

La oferta correntina es complicada. El exgobernador Ricardo Colombi intenta volver con sello propio; el PJ va con Martín “Tincho” Ascúa con bendición de Cristina, previa al encarcelamiento; y Lisandro Almirón no mueve, pero va por La Libertad Avanza.

Javier Milei y el rigor con las provincias

Los libertarios pusieron en espera el acuerdo con Valdés, a pesar de todos los esfuerzos que hizo el gobernador por llevarse bien con la Casa Rosada. El temor principal es que mientras esperan, Milei termine poniendo un candidato propio arriba de todas las listas y se saque de encima un acuerdo macro.

El ejemplo no solo corre para Corrientes. En Mendoza aún no se cierra el acuerdo entre Cambia Mendoza y los libertarios. Las semanas pasan y una pregunta corre por los pasillos del poder: ¿y si no hay acuerdo quién será el candidato de LLA? Todo ese juego no remite solamente a la elección de legisladores de este año; la realidad es que en Mendoza se habla más del 2027 que del 2025. La fuerza de Milei, y sobre todo de su hermana Karina, ya no pasa solo por remar para abrir listas en cada provincia, sino por ser implacables con quienes quieren acordar con ellos. Es un rigor que muchos profesionales de la política no estaban acostumbrados a soportar.

La política clásica sigue haciendo papelones que solo alimentan a Milei, pero eso no implica que el gobierno no tenga problemas. La votación de la reelección indefinida para legisladores bonaerenses, el regodeo de Verónica Magario al desempatar esa votación, o la defensa de la norma de Carlos “Winston Churchil” Kikuchi, aportaron a la obscenidad, aunque no tanto con la epopeya carcelaria de Cristina o como la prisión domiciliaria para José Alperovich, a cumplirse en el mismo departamento donde se cometió el delito por el que se lo condenó. Demasiado para una sola semana.

Como se dijo, todo favorece a Milei, pero el presidente debe enfrentar problemas. El dólar se volvió a hacer presente por su ausencia. El saldo negativo de la cuenta corriente en US$5191 millones encendió algunas luces en el tablero. Luis Caputo salió esta semana a aclarar que “es algo absolutamente razonable y hasta sano para una economía que está creciendo al 6%”.

Flotación para todos

Economía sigue defendiendo la flotación cambiaria y así lo repitieron después que se fue del país la misión del FMI que vino a revisar el cumplimiento de metas. Las reservas y el rojo de US$4000 millones están en el centro de la escena, aunque nada indica que la revisión será aprobada y el próximo desembolso de US$2000 millones tenga alguna demora. Una prueba de la apuesta a defender ese esquema de flotación sin moverse de la regla fijada es la actividad del Banco Central en el mercado de dólar futuro, interpretado por muchos como un intento por mantener enfriadas las expectativas cambiarias, por ahora hasta octubre. Esa misma estrategia es la que, por el contrario, preocupa a los hombres del mercado.

Las vacaciones de invierno serán otra prueba de la presión sobre el billete. Una parte de ese déficit proviene de la fuerte caída del turismo receptivo y el crecimiento del emisivo. Es decir, de la cantidad de argentinos que viajan y viajarán al exterior por la diferencia de costos. Es un termómetro que los argentinos conocemos bien. El regreso por decreto de las retenciones a las exportaciones de soja desde esta semana marcará tambien la temperatura a la hora de la liquidación del agro.

Los gobernadores aportan otro ejemplo de lo que esta sucediendo por debajo de la línea de flotación. Un grupo de gobernadores dialoguistas, entre los que estan los del PRO y la UCR, presionan por un proyecto para modificar a la fuerza la distribución de los ATN y del impuesto a los combustibles. Son los mismos gobernadores que apoyan al gobierno en las votaciones en el Congreso. Las provincias piden financiamiento porque al mismo tiempo ven una caída en la coparticipación que reciben por impuestos nacionales como el IVA. En el chat de los gobernadores de todos los partidos esos números son cuestión de debate diario. Otro punto para seguir de cerca y con las luces prendidas