El nuevo canciller deberá ordenar el TEG libertario y alinear política exterior y economía
Pablo Quirno buscará equilibrar la relación con Estados Unidos y China mientras negocia acuerdos comerciales y líneas de crédito externas.
Pablo Quirno, nuevo Canciller anunciado por Milei. Foto: Noticias Argentinas
La designación de Pablo Quirno al frente del ministerio de Relaciones Exteriores tras la renuncia de Gerardo Werthein marca el inicio de una nueva etapa en la política exterior argentina. Su gestión se enfrentará al desafío de asegurar la continuidad de todas las fuentes de financiamiento posibles, en un contexto económico delicado y con un fuerte foco en la relación con Estados Unidos.
El cambio de nombres en el Palacio San Martín llega tras la confusión que generó el fallido anuncio del paquete de asistencia estadounidense durante la visita del presidente Javier Milei a Washington. Las declaraciones de Donald Trump, lejos de traer claridad, acentuaron la incertidumbre en los mercados. Como consecuencia, las críticas se centraron en el canciller Gerardo Werthein, quien dejará su cargo el próximo lunes, luego de las elecciones.
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El error diplomático expuso la fragilidad del vínculo con la Casa Blanca y la necesidad de un interlocutor con mayor experiencia financiera. En ese marco, la llegada de Quirno (exejecutivo del JP Morgan y especialista en la gestión de fondos) busca garantizar que la relación con Estados Unidos se mantenga fluida y sin malentendidos, especialmente en lo que respecta al respaldo del Tesoro norteamericano.
La necesidad de obtener financiamiento externo
Tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, dependen en gran medida de esa asistencia externa para estabilizar el tipo de cambio y sostener el programa económico. Sin el swap anunciado días atrás ni la intervención del Tesoro norteamericano en el mercado cambiario, el valor del dólar podría haberse disparado, complicando aún más el escenario electoral y financiero.
En esta nueva etapa, la política exterior argentina tendrá un objetivo claro: preservar la cooperación con Washington y mantener buenas relaciones con los organismos internacionales de crédito.
El desafío de la balanza China
En paralelo, Quirno deberá impulsar un acuerdo comercial con Estados Unidos que permita a más de 150 productos argentinos ingresar a ese mercado con aranceles reducidos o nulos. El desafío será combinar ese acercamiento con la necesidad de sostener los vínculos con China, el segundo socio comercial del país y principal destino de las exportaciones de carne y soja.
El gigante asiático ha incrementado su influencia en América Latina a través de inversiones directas en infraestructura, especialmente en provincias como Jujuy. Frente a esta competencia entre potencias, el nuevo canciller tendrá que encontrar un equilibrio pragmático que permita a la Argentina mantener relaciones constructivas tanto con Washington como con Pekín, dos actores clave en el tablero global del siglo XXI.

