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El Gordo Dan mostró la crisis de conducción de Javier Milei en las vísperas de una elección clave

"Es la economía, estúpido" fue la frase más conocida de Bill Clinton mientras era sometido a un juicio político. Carlos Menem la tendría que haber registrado como propia. A eso se le suma la feroz interna dentro del gobierno, en las vísperas de la elección de este domingo, que ensuciará, inclusive, el camino a la elección del 26 de Octubre. Se perdió la rebeldía y se ganó en internas.

Javier Milei y su jefe, Karina Milei, un dúo que sale de gira mostrando sus peores versiones. 

Javier Milei y su jefe, Karina Milei, un dúo que sale de gira mostrando sus peores versiones. 

NA

Javier Milei llegó a la Presidencia de la Nación por una multiplicidad de factores pero, principalmente, por el hartazgo de una sociedad que cuando vio a los mismos bomberos viniendo en su rescate decidió saltar desde un rascacielos sin esperar nada más que el milagro de una salvación.

La expectativa del poder hizo que pudieran convivir con algún recelo pero sin pisarse los cordones (ahora se apuñalan) Las Fuerzas del Cielo, compuesto por gente que vive dentro de un cuarto, sin roce ni relaciones, con los más terrenales, algo opacos y desechados referentes a los que fue a buscar Sebastián Pareja, batalladores de toda especie, con cientos de derrotas encima, vinculados con los que nunca pudieron acceder a conducir el peronismo o con algunas “viudas” del PRO.

En los albores del mileísmo se apiñaban alrededor del presidente de la Nación, además, liberales que jamás tuvieron la chance de participar tan de cerca de un proyecto con alguna chance de tener una inserción provincial o nacional como Carlos Kikuchi, Ramiro Marra y Diana Mondino, los primeros expulsados del Edén.

La batalla cultural era impactante, y nadie escuchaba los gritos de advertencia realizados desde algunos medios (pocos) de que el futuro iba a tener un final infeliz si se cargaban listas y organismos con lo que ya originalmente era marginal.

José Luis Espert, por ejemplo, el más parecido ideológicamente con Milei, tuvo que pasar un muy buen tiempo en el purgatorio a raíz de un súbito corte en la relación provocada por la hermana presidencial, que aún mantiene un inentendible distanciamiento con el primer candidato presidencial.

Y quienes llegaron en su ayuda, desde Diego Valenzuela, Patricia Bullrich o Diego Santilli, entre otros, nunca pudieron sentirse en un equipo. Por alguna razón aparecían cuestiones que frenaban la sinergia que podían generar lo histórico con lo nuevo.

Luciano Olivera, tercer candidato a senador provincial por la Primera Sección electoral, es un antiguo jefe de la barra brava de San Miguel. Fabrizio Martínez, lo mismo, pero en el club Deportivo Laferrere. Y, el más conocido por todos, Ramón “Nene” Vera, es un dirigente curtido en el peronismo de Moreno con relaciones directas con varios intendentes de la región y con una reconocida confianza con la “barra del oeste” de los Borrachos del Tablón, la barra brava de River Plate. Todos tenían una vida antes de la llegada al mileísmo.

Parte de los del Oeste con el apoyo de la Buteller sanlorencista, aportada por Sebastián Pareja, fueron los que hicieron de “seguridad privada” en el acto de Milei en Moreno el miércoles pasado, como cierre de campaña bonaerense. Como diría El Gordo Dan, no se puede ganar ahí con buenos modales.

Guillermo Francos vs. El Gordo Dan
Guillermo Francos y el Gordo Dan fueron los protagonistas de un inesperado cruce que despertó la duda sobre una posible nueva interna en el seno del Gobierno.

Guillermo Francos y el Gordo Dan fueron los protagonistas de un inesperado cruce que despertó la duda sobre una posible nueva interna en el seno del Gobierno.

Desde hace semanas se venía viendo, bajo serias versiones de renuncias y pasos al costado, cómo los amigos de Karina, fundamentalmente Eduardo Lule Menem y su primo Martín, eran atacados, y estos respondían, por los streamings y trolls allegados a Santiago Caputo, en una guerra que hoy terminó por estallar con una crítica directa por su pasado kirchnerista a Guillermo Francos, por todos reconocido como el “único con el que se puede hablar del gobierno”.

Fue el Gordo Dan, Daniel Parisini, quien lo “fusiló” al jefe de gabinete en dos mensajes a través de X porque éste lo había criticado por haber sido criticado por demás a Luis Juez, un antiguo aliado del gobierno que, como tantos otros, hoy ya no lo es más.

Esta pelea entre los representes de las redes con los territoriales, más los agravios y las peleas a cielo abierto hicieron que esa “rebeldía” mostrada para desterrar a “la casta” hasta noviembre de 2023, se desintegrase, y ahora tienen que rogar por una gran elección de la izquierda, esa que odia Parisini, para no perder en la Provincia de Buenos Aires, nacionalizada innecesariamente por el gobierno nacional.

Si solo hubieran hablado de los padecimientos de los vecinos bonaerenses les hubiera ido mejor. Aunque para esto tenían que dotar de dirigentes presentables sus listas.

“Creo que lo que más los perjudicó fue la victoria de CABA. Eso los hizo ir por todo, y desecharon acuerdos que ya tenían cerrados porque creían que no los necesitaban”, confió hoy un consultor a MDZ. Efectivamente, aquella noche, hubo imágenes que podrían haber servido como muestra de esa descomposición. La imagen de Santiago Caputo y todos sus twiteros amigos saliendo, como una banda de música, del búnker victorioso de Javier Milei, ya dominado por Karina y los primos Menem. Fue en esa noche de mayo, además, donde varios territoriales querían terminar ahí mismo la relación invitando a Las Fuerzas del Cielo a su propio terreno, el mano a mano.

Lo que se vio después es que los “Caputo boys” no tuvieron un concejal en ninguna localidad de la Provincia de Buenos Aires ni un lugar en la lista de diputados nacionales de 2025. La respuesta es un ataque final contra el flanco que representan Lule y Martín Menem, el paso previo a llegar a El Jefe.