El gélido encuentro de Javier Milei con Lula da Silva antes de su visita a CFK
Javier Milei y Lula da Silva protagonizaron un nuevo encuentro frío en el marco de una relación marcada por las diferencias ideológicas y la visita del brasileño a Cristina Fernández de Kirchner.

Javier Milei y Lula da Silva tuvieron otro distante encuentro en la cumbre de presidentes del Mercosur en la Ciudad de Buenos Aires.
Juan Mateo Aberastain/MDZUn clima helado asaltó el Palacio San Martín este jueves, y no precisamente por la ola polar que atraviesa el país. En el marco de la cumbre de líderes del Mercosur, el presidente Javier Milei y su par brasileño, Lula da Silva, volvieron a protagonizar una fría postal que caracteriza una relación marcada por la distancia ideológica, a la que se le suma el condimento de la visita del líder del PT a Cristina Fernández de Kirchner en su prisión domiciliaria.
Tensión en la llegada de Lula da Silva
La llegada de Lula a la sede de la Cancillería en Arenales 761 estuvo cargada de tensión desde el inicio, cuando el brasileño frenó su ingreso al salón donde lo esperaba el libertario por un problema durante el ingreso de su comitiva. La transmisión oficial mostró al presidente de Brasil molesto, mientras esperaba la resolución de una escena que no quedó a tiro de las cámaras.
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El altercado provocó la interrupción de la transmisión oficial por más de dos minutos. Según pudo reconstruir MDZ, el conflicto surgió debido a que el protocolo de Cancillería no le permitió el ingreso al Palacio al fotógrafo de Lula, Ricardo Stuckert, con el objetivo de que solo el equipo oficial de Presidencia pudiera tomar las imágenes del saludo con el brasileño.
Cuando se reanudó la emisión, se vio a Lula da Silva ingresar al salón junto al canciller Gerardo Werthein, con quien intercambió una sonrisa, y por fin llegó al encuentro con Milei.
El frío encuentro con Javier Milei
A diferencia del medido saludo con el mandatario boliviano Luis Arce, las sonrisas y palmadas que intercambió con el uruguayo Yamandú Orsi o el efusivo abrazo con el paraguayo Santiago Peña, el encuentro con Lula se limitó a un apretón de manos acompañado de un semblante inexpresivo.
Luego de posar para una foto conjunta, se sumaron a la postal la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, Gerardo Werthein y su par brasileño Mauro Vieira. Allí, Milei se permitió bromear con Lula, quien luego de la foto levantó sus dos pulgares y volvió a estrechar la mano del argentino para dar por finalizada la instancia protocolar.
Luego del primer encuentro, el argentino y el brasileño posaron frente a la prensa junto a sus pares de Uruguay, Bolivia, Paraguay, además del presidente de Panamá, José Raúl Mulino, la vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, y el canciller chileno Alberto van Klaveren.
La conflictiva relación de Milei y Lula
El nuevo frente a frente de Milei con Lula fue tal vez el momento más esperado de la cumbre del Mercosur que encabeza el argentino como presidente pro tempore del Mercosur, debido a la tormentosa relación entre ambos desde incluso antes de la llegada del libertario a la presidencia.
Además de las irreconciliables diferencias ideológicas en materia de su programa económico, el rol del Estado, la posición frente al cambio climático o a las políticas de género y diversidad, Milei nunca perdonó que el exobrero metalúrgico apoyara a su rival, el exministro de Economía Sergio Massa durante la campaña de 2023.
Pese a la relación estratégica con Brasil, uno de los principales socios comerciales de la Argentina, Milei ha tildado a Lula da Silva de "corrupto" y "comunista" en varias oportunidades, lo cual le valió la exigencia de un pedido de disculpas por parte del líder del PT, que aseguró que el libertario "ha dicho muchas tonterías".
En ese marco, los dos jefes de Estado nunca han compartido una reunión bilateral pese a haber coincidido en varios foros internacionales como el G7, el G20 y las Naciones Unidas. Sin embargo, como han manifestado ambos mandatarios, la relación entre Brasil y Argentina es más grande que sus presidentes.
Por eso, las conversaciones diplomáticas durante el Mercosur corrieron por parte de funcionarios como el canciller Gerardo Werthein o el ministro de Economía, Luis Caputo, que este miércoles mantuvo un encuentro "muy positivo" con su par brasileño Fernando Haddad para seguir avanzando en políticas de fomento comercial.
La visita a CFK
Sin embargo, un hecho que sumó tensión y especulación alrededor del vínculo de los mandatarios fue la confirmación de que Lula visitará luego de la cumbre del Mercosur a Cristina Fernández de Kirchner en su departamento de San José 1111, donde cumple con su condena de 6 años de prisión domiciliaria.
Diferente fue la posición del uruguayo Orsi, que evitó trasladarse al barrio de Constitución con el argumento de que "no es bueno meterse en asuntos de otros países y menos cuando se trata de asuntos judiciales".
En Casa Rosada, si bien reconocieron que no sería un suceso que les caía simpático, le restaron peso a la visita y recordaron que durante sus viajes a Brasil, el economista argentino prefirió visitar al expresidente Jair Bolsonaro, acérrimo rival de Lula, en lugar de reunirse con representantes del Gobierno del país vecino.
Se trata de un proceder habitual en la política internacional del libertario, que repitió durante sus visitas a España -donde siempre se reúne con el líder de Vox, Santiago Abascal, antes que con su par local Pedro Sánchez- o Estados Unidos, donde durante la campaña presidencial de 2024 se encontró con Donald Trump para brindarle su apoyo en su carrera contra la gestión de Joe Biden.
Así, el Gobierno argentino se propuso llevar adelante una cumbre que siguiera con todos los protocolos y evitara cualquier posible desplante que desviara la atención del punto cúlmine de la presidencia pro tempore de Javier Milei en el Mercosur, donde impulsó una agenda de flexibilización de las regulaciones del organismo en pos de avanzar con los tratados de libre comercio que busca concretar su gestión, por ejemplo, con Estados Unidos.
La cumbre finalizará con la foto de la entrega de Milei del martillo protocolar a Lula, que simboliza el traspaso del liderazgo del bloque regional al país vecino, que si bien coincide en algunos puntos en favor del comercio internacional, podría marcar sus diferencias con el libertario.