El error de Milei, los olvidos de Cornejo y la consolidación del matrimonio por conveniencia
El presidente Javier Milei y el gobernador Alfredo Cornejo ratificaron su matrimonio, pero habrá renovación de votos el 26 de octubre. Los olvidos de Cornejo y el error de Milei.

Milei escuchó a Cornejo y tomó el guante para elogiarlo. Ambos obvieron diferencias.
Marcos Garcia /MDZPor problemas de asesoramiento, desconexión o por algún fanatismo particular por una región de Mendoza, el presidente Javier Milei tuvo una dificultad de “denominación de origen” en su discurso. Estaba en uno de los oasis productivos más importantes y orgullosos de Mendoza. En San Rafael, la “capital del Sur”. Sin embargo, comenzó y cerró su alocución elogiando al Valle de Uco. “casi de la nada, una industria de calidad mundial, como es el caso del Valle de Uco, que comenzó siendo un desierto y fue transformado, gracias al ingenio humano, en un bastión global de la industria vitivinícola”, dijo enfáticamente Milei y reafirmó luego tomando a la región vecina y “competidora” como ejemplo. Los anfitriones, la Cámara de Comercio e Industria de San Rafael, escuchaban en sus mesas, igual que todo el arco político mendocino.
Justamente allí hay una característica particular de lo que ocurrió en San Rafael: Milei habló ante una tribuna diversa; con un intendente peronista y su hermano candidato; con el Gobernador radical aliado y su candidato a diputado nacional, es decir el Ministro de Defensa. Si hay una característica que supo hacer de Mendoza una provincia “diferente” era la posibilidad de tener opiniones diversas, encuentros plurales e intercambios entre adversarios.
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Milei no escuchó ninguno de los mensajes locales que hubo en San Rafael, pero sí a Cornejo. Y le prestó especial atención a los guiños que el Gobernador le hizo para responderle desde el mismo atril. “Gracias Alfredo”, le respondió, en una inusual muestra de cariño. Los elogios cruzados hacían referencia a las pautas que comparten: equilibrio fiscal, reformas estructurales y “orden”.
Ni Cornejo, ni Milei hicieron referencia a las diferencias de criterio y, menos, a la deudas que la Nación mantiene con la Provincia. Es más; el mandatario mendocino enumeró obras, algunas de las cuales son de responsabilidad originaria de la Nación, pero no reclamó nada; si por los incumplimientos, ni tampoco anunció algún tipo de pedido de resarcimiento. Tampoco trasladó las broncas de sus ministros que sufren los recortes en educación, salud, asistencia social y, sobre todo, obras: en la pauta de gastos del año que viene la Nación desaparece como fuente de financiamiento y Mendoza depende de los fondos de resarcimiento para hacer obras.
No es inusual que Javier Milei obvie realidades particulares de las provincias que visita, pues hasta ahora casi no tuvo contacto “federal”. Por eso en su discurso hubo redundancias sobre el modelo general. El acto estuvo enmarcado en la campaña electoral. Milei “bajó línea”, pero respetando las formas: sin agravios, exabruptos y críticas a la “casta”, que lo escuchaba, con propios y ajenos, en las mesas.
El contexto político en el que el Presidente vino a Mendoza es complejo. Cambia Mendoza y La Libertad Avanza firmaron un acuerdo electoral en el que las “fuerzas del cielo” ganaron más espacio del que hoy podrían disputar. Y aunque la Provincia es territorio amigo y con buenos números, la caída de la imagen del Gobierno inquieta a sus aliados mendocinos.
Sin embargo, fiel a la estrategia inicial Alfredo Cornejo le dio apoyo incondicional y recibió el mismo trato de parte de Milei. Es un matrimonio político por conveniencia que tendrá el 26 de octubre una primera revisión de votos y al que se le avecinan desafíos aún más relevantes desde la gestión.