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El debate de la "Patria": entre discursos, monumentos y refundaciones

El uso de la idea de Patria como una falsa bandera para decir quién debía gobernar y adoctrinar a "la plebe".
Patria o Macri, una de las premisas del peronismo en 2015 Foto: NA
"Patria o Macri", una de las premisas del peronismo en 2015 Foto: NA

Cada 25 de mayo se celebra un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, fecha que también se conoce como "El Día de la Patria". Entre churros, locro, empanadas y vino, familias y amigos se reúnen para festejar esta suerte Navidad nacional, pero siempre bajo la mirada celosa de "los dueños de la Patria".

La Argentina, a pesar de tener una historia común desde tiempos en que formaba parte del Imperio Español, tiene la particularidad de ser un crisol étnico, pero no es allí donde radica esa idea de potestad sobre la Patria, sino en un extraño fenómeno de un nacionalismo excluyente de los propios, que te hace "cofrade" o "enemigo de la Patria"  por el solo hecho de tu voto o las ideas, a tal punto que pretendieron hacer un monumento a su patriotismo como el verdadero.

En 1974, luego del fallecimiento de Juan Domingo Perón, el Gobierno de María Estela Martínez de Perón llevó adelante el proyecto propuesto por José López Rega: "El Altar de la Patria". Allí descansarían los restos de José de San Martín, Juan Manuel de Rosas, de Hipólito Yrigoyen y de Juan Domingo Perón. El proyecto sería emplazado donde hoy se encuentra la TV Pública, pero las dificultades del terreno complicaron su construcción y luego de dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional canceló las obras.

Más allá del naufragio de esa obra, la idea de fondo es una de la que más daño ha generado y se continúa reproduciendo en el país: "Patria o...". Desde mediados del siglo XX se ha marcado que ciertas personas o movimientos encarnan la Patria y todos los demás son despreciables. No nos referimos entonces al símbolo del "Padre de la Patria" construido por Bartolomé Mitre para unir a los argentinos, sino a aquel que se puso como sinónimo de la Patria: Juan Domingo Perón.

A tal punto se llevó esta idea que se pensó una "Nueva Argentina", concepto que plantea el nacimiento de algo nuevo a partir del golpe de 1943, el cual desembocaría en la llegada de Perón a la presidencia. 60 años después, el 25 de mayo de 2003, Néstor Kirchner asumió la presidencia y también inició un proceso de refundación.

A tal punto llegó este proceso, cabe señalar que entre los presidentes peronistas el kirchnerismo es los más similar al período 1946-1955, que hoy Cristina Fernández de Kirchner celebrará "25 de mayo, 22 años de Néstor presidente. Cristina en el encuentro de la cultura popular. Festejamos el nacimiento de nuestra patria", así lo dice la publicación en X de la propia expresidenta.

La Patria, entonces, ha sido refundada hace 22 años y eso tiene aún repercusiones. Mientras el Gobierno puso en el orden del día acomodar las cuentas públicas, la respuesta fue que eso ponía "en peligro" a la Patria, discurso que también enfrentó Mauricio Macri durante su presidencia. Esta dialéctica marca que todos aquellos que no formen parte del justicialismo están fuera de la Patria o pretenden perjudicarla, lo cual va de la mano con la idea de que "el peronismo es el único que puede gobernar".

Javier Milei, de base liberal (sector ideológico profundamente despreciado por Perón), comparte igualmente algunos puntos peligrosos con el discurso del otrora presidente: "Los argentinos de bien". ¿Qué tan distinto es esto al discurso del viejo y el reformado justicialismo? Muy poco. Es también el Gobierno el que tiene esos aires refundacionalistas de "La Nueva Argentina", punto repetido en muchos de sus documentos, luego de entender que era con las armas del peronismo que se debía combatir al peronismo.

A pesar del acierto para el combate (las victorias liberales se replican en cada elección) cabe señalar que este renovado discurso expone a la Argentina a un nuevo tiempo de diferencias con renovación de la imagen del líder hasta por encima de los símbolos patrios. Básicamente nos hemos sumido ante una discusión vacía de contenidos que parece dirimir que, aquel que posea una escarapela más grande o más linda, es el verdaderamente patriota mientras que el resto son solo tontos serviles a los agentes del extranjero.

Así es como, desde 1943 los argentinos disputamos la potestad de la Patria, si corresponde a un grupo o si es de todos, si les debemos algo a los demás o no. Una lucha tonta que indignaría a los ocho hombres que 115 años atrás se reunieron para dar inicio al mayor proceso emancipador de la historia.