Lo que no se vio del acto libertario: se cayó Milei, custodia desbordada, piñas y militancia rentada

El Gobierno dio un paso más en su plan de nacionalizar la elección porteña y buscó emular la "mística libertaria" en un acto que cerró el presidente Javier Milei, a pesar de que el candidato a legislador es su vocero Manuel Adorni.
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Motosierras de juguete, palas para la construcción y banderines con el simbólico león fueron parte del color que envolvió Parque Mitre, en el barrio de Recoleta. Si bien se trató de un acto austero en lo que respecta al escenario y algunas estructuras anexas, los libertarios montaron un amplio operativo de seguridad con un vallado metálico que cubrió todo el perímetro de la plaza y decenas de agentes de Casa Militar y otras fuerzas que actuaron de civil en medio de la muchedumbre.
Hasta minutos antes del comienzo de las primeras exposiciones de dirigentes, solo había cerca de 200 personas. Sin embargo, apenas comenzó a hablar la legisladora Pilar Ramírez llegaron dos facciones del oficialismo, al mejor estilo barra brava de un club de fútbol. Desde la calle Dr. Luis Agote ingresó una columna de militantes con remeras y bengalas violetas, en una clara representación de la corriente que comanda Karina Milei. Desde el sector opuesto, por la calle Agüero, apareció otra columna identificada con el color bordó. Se trata de la rama que lidera el asesor Santiago Caputo, quien tenía importantes alfiles en la plaza como el diputado Agustín Romo, el secretario de Culto, Nahuel Sotelo y el influencer "Gordo Dan", entre otros ejemplos de los miembros que componen "Las Fuerzas del Cielo".
En la previa del acto se vivieron momentos de violencia. Un pequeño grupo de personas comenzaron a pelearse en uno de los ingresos al acto, en un contexto que sorprendió a todos. Uno de los asistentes a la actividad empezó a gritar que le paguen y que "cumplan con lo que prometieron".
Decenas de hombres y mujeres hablaron con MDZ para comentar qué estaba pasando. "Yo estoy repodrida de estas mierdas. Nosotros no somos juguetes nadie. No somos muchos, somos 60, de Merlo. Nos arreglaron por 20 lucas y ahora nos retiraron el documento. Dijeron que no íbamos a laburar, nos pusieron la camisita y listo, chau", decía una de las participantes del acto.
Estas personas denunciaron que un grupo de punteros de La Libertad Avanza los convocó por WhatsApp y otras redes sociales para hacer "un trabajo de prevención". Se trata de las tareas de organización de eventos partidarios, algo habitual en la mayoría de los actos de otros partidos políticos. Sin embargo, aclararon que cuando llegaron al acto no tenían que trabajar de eso y que tenían que "hacer número" y ponerse la remera violeta. A quienes se negaban, le pagaban solo 5 mil pesos, indicaron. Si querían cobrar los 25 mil debían acatar las ordenes. Para evitar que se vayan, señalaron que les retenían el DNI. La mayoría eran de Merlo y Moreno, en lo profundo del Conurbano bonaerense.
Mientras hablaba el presidente, más de 300 personas estaban sentadas en el pasto o en la vereda, sin prestar ninguna atención al discurso del líder libertario. Tomaban mate o se dedicaban a cuidar a sus hijos menores de edad. La mayoría de esas familias no quiso hablar ante la consulta de este medio.
Milei se cayó y se vivieron momentos de extrema tensión
El mandatario buscó replicar aquel ingreso "épico" en Parque Lezama, en La Boca, donde se mostró entrando al acto en medio de miles de personas que lo aclamaban. Tras el discurso de Adorni, el presidente llegó junto a su comitiva por la calle Agüero y se formó un anillo de seguridad para que pueda garantizarse que pueda saludar a sus seguidores mientras se acercaba al escenario. No obstante, desde el primer minuto se violó la protección que brindaban los uniformados y los oficiales que simulaban ser fanáticos de LLA.
En primer turno, militantes aprovechaban las formas rocosas que se sitúan la plaza para saltar, literalmente, a los custodios y pedirle una selfie a Milei. A medida que avanzaba el presidente, se multiplicaban las personas que se agolpaban para tener un mínimo contacto con el jefe de Estado. A los 10 metros de haberse bajado del auto, Milei estaba rodeado por centenares de seguidores que superaban por varias veces al número de agentes que buscaban recuperar el control, algo que nunca pudieron.
En ese marco, los empujones fueron permanentes contra los custodios e incluso para el presidente, quien cambió su sonrisa por un rostro más preocupado, aunque sin dejar de saludar y querer evidenciar su felicidad por el apoyo popular.
Con el objetivo de que pueda asegurase su llegada al escenario y evitar que se quede estático, el protocolo presidencial intentó apresurar el paso, lo que provocó que decenas de personas se cayeran mientras aceleraban. Eran avalanchas humanas que se iban desmoronando a los ojos de Milei. En una de esos derrumbes, el presidente también se cayó. El mandatario recibía empujones por doquier y en un momento fue empujado y arrastrado hacía adelante. Así lo demuestra la transmisión oficial que buscó cambiar rápidamente de plano.
Se trató de un momento de absoluta zozobra para la seguridad de Milei, quien estaba a merced del accionar de cualquier desconocido. Afortunadamente para él, lo levantaron rápido de esa caída y logró entrar a un sector VIP, que funcionaba de antesala a subir al escenario.