Alfredo Cornejo visita la "fábrica" de leyes y pelea contra la indiferencia, mientras duda sobre un tema clave

Alfredo Cornejo tiene mentalidad fría y, ante todo, especula con el resultado de lo que hace y prioriza eso ante las formas. Sabe, por ejemplo, que los actos institucionales han perdido popularidad y permeabilidad en la agenda pública, aún a pesar de la relevancia. Por eso las asambleas legislativas fueron perdiendo peso político en sus gestiones, al punto de llegar a ser una mera formalidad. Hoy será la sexta vez que Cornejo hable ante la Asamblea para abrir las sesiones ordinarias y la expectativa política es pobre; tanto como el resultado de los debates en la propia Legislatura: leyes que salen casi como un sistema fabril y que tienen al oficialismo con un protagonismo exclusivo.
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De entrada el gobernador dijo que no habrá novedades sobre la incertidumbre electoral que vive Mendoza. La Provincia es una de las pocas en las que no hay calendario confirmado, es decir donde aún los ciudadanos no saben cuándo se vota. El argumento es llano e inverosímil: "A la gente no le importa". Es expresión arrastra una subestimación importante sobre la relevancia de un acto basal para la institucionalidad; como si fuera optativo y, al mismo tiempo, como si cada acto de Gobierno debiera someterse al escrutinio de los humores públicos. En realidad la duda del oficialismo tiene que ver con la estrategia política de Cambia Mendoza. Si logran una alianza electoral con Javier Milei, como pretenden, o irá con una lista propia y que adhiera "espiritualmente" a la Libertad Avanza. De eso y solo de eso dependen los comicios locales.
Las opciones son votar todo en octubre, con doble urna (la opción deseada) o ratificar la fecha local para la votación para legisladores provinciales y que haya elecciones recién el año que viene. Luego los intendentes pueden definir una tercera fecha diferente. En la disputa nacional Cornejo no tiene casi nada que perder, pues no tiene injerencia en el Congreso. En la local sí: pone en juego una altísima cantidad de bancas en la Cámara de Diputados y el Senado.
En el plano "macro", se espera que Cornejo vuelva a ratificar su apoyo a Javier Milei. Ya lo hizo de manera explícita en la Fiesta de la Vendimia, cuando se quedó con las ganas de expresarlo cara a cara, pero lo ejecutó en ausencia. Pero también, como mencionó algunas veces, marcar algunas diferencias. Esa idea de decir que hace falta una presencia "justa y necesaria" del Estado, pero no un alejamiento total.
El estado de abandono de las gestiones nacionales, sobre todo en la infraestructura, genera grandes dificultades. Allí Cornejo tiene la mesa servida para reclamar. En la práctica no hubo una postura radical sobre el tema, sino más bien quejas con buenos modales y reemplazo de inversión. La Provincia comenzó a ejecutar y planificar obras que son de competencia federal o del ámbito privado, con fondos provinciales.
Es la economía
El año pasado Cornejo anunció que se había acordado con la Nación el uso de los 1023 millones de dólares para cualquier tipo de obra. Hoy podría hacer un balance de lo que pasó en ese tiempo, donde gran parte de los recursos aún están invertidos en bonos del tesoro de Estados Unidos y, a la vez, comenzaron a licitarse obras de infraestructura básica.
El otro gran eje que se espera es el productivo. Mendoza, como todo el país, arrastra una larga caída en la generación de riqueza que repercute en menos trabajo de calidad, menos ingresos y más pobreza. Cornejo le dio un fuerte impulso a la minería como una de las actividades para intentar revertir esa situación a largo plazo.
Por eso, se especula, habrá un balance sobre lo ejecutado con los planes de exploración en Malargüe y con San Jorge, la mina de cobre que se proyecta en Uspallata. El Gobernador ha redundado en todos sus años de gestión en la alta dependencia de las decisiones nacionales para que la economía de Mendoza se reactive. Allí le baja el precio al poder que él mismo tiene y los "pocos" (como dice) instrumentos provinciales. Nuevamente hay expectativa por si hay alguna visión para cambiar esa situación. Infraestructura turística, caminos y logística; promoción de inversiones, facilidades y hasta la posibilidad de incentivos fiscales; son solo algunos de los temas que estuvieron y pueden estar en el discurso oficial.
Entre los temas que toman potencia en las encuestas sobre la realidad, volvió a aparecer de manera prioritaria la seguridad. Es un área que a Cornejo le ha quitado el sueño desde que está en los primeros planos de la política. Por eso será, también, ineludible. Históricamente las referencias de sus discursos han estado centradas en la represión del delito, en el aumento del punitivismo y, en ese sentido, con la ejecución de cambios en la Justicia. En el último año el Gobierno comenzó a transferirle presión a los municipios para que tomen responsabilidad en el tema. Los intendentes oficialistas obedecieron, aún con cambios radicales de discurso. Los opositores, como Omar Félix, se rebelan ante esa propuesta.
Cornejo le hablará a los legisladores, mientras la mayoría de los mendocinos le prestan atención a otras cosas. Antes de ser Gobernador solía tener estrategias distractivas para llamar la atención, como cruzarse a un café para hablar con periodistas mientras el gobernador de turno hablaba. Hoy la "víctima" de esa indiferencia puede ser él.