Sigue la polémica porque la política va a la Justicia y luego le pide "por favor" que pare
Cuando detuvieron a "Choclate" Rigau, el mismo Sergio Berni podría haber detenido la investigación. Cumplió con su labor porque sabía que causaría un daño a un rival directo de Axel Kicillof.
Ahora, los investigadores de la causa abierta por el manejo de los fondos de la legislatura bonaerense, conocida como la causa "Chocolate", están en una encrucijada. Saben que si siguen el hilo de los únicos detenidos, provocarán un tembladeral en el sistema institucional bonaerense y prefieren ir mostrando otros episodios similares que terminarán siendo ordenados por simples empleados de carrera.
La inconclusa investigación sobre la causa “Chocolate”, que mostró a la opinión pública el burdo manejo del presupuesto de la Cámara de Diputados bonaerense con un mecanismo fraudulento en el que se utilizan las tarjetas de débito de personas nombradas en ese organismo para recaudar plata destinada a los diputados, derivaría en una nueva, siempre a cargo de Betina Lacki, quien ahora irá sobre el bloque del PRO del Senado provincial.
“Es el juego de las compensaciones”, le dice a MDZ un muy informado empleado judicial que conoce lo que sucede como pocos. Vive hace más de cinco décadas en La Plata y, cuando atraparon in fraganti a Julio Rigau con bolsas de residuos negras guardando dinero obtenido del cajero automático de la sucursal Plaza San Martín, en La Plata, del Banco Provincia, creía que todo ese sistema iba a colapsar.
Sin embargo, nada pasó. La investigación solo llegó hasta el exdirector de personal de la Cámara, Claudio Albini, y a su hijo, Facundo, a quien se le impidió asumir como concejal en la lista que ganó de Julio Alak. Ni un solo diputado fue citado a declarar, ni tampoco los superiores administrativos de Albini.
Ahora, los sabuesos, que se quedaron sin olfato para seguir por la ruta de los verdaderos dueños de la recaudación de “Chocolate”, están difundiendo que encontraron “otro recaudador” en las grabaciones aportadas por la cámaras de la misma sucursal de la que fue apresado Rigau. A priori, desde la fiscalía lo relacionan con el bloque radical, pero es no es así.
En este caso, el empleado “infiel” detectado pero no apresado, porque no lo encuentran en los lugares que solía frecuentar, es Hugo Santiago Mugüerza, con quien “Chocolate” se saludaba cada vez que se cruzaban en los cajeros. Este tenía a su disposición, según la investigación de la UFI 3 de La Plata, casi cuarenta tarjetas de débito en su poder, un poco menos de las que le entregaron a Rigau el fatídico, para él, 9 de septiembre de 2023.
“Esto es muy simple. A Rigau le pagaban $200.000 de sobresueldo para hacer ese trabajo sucio. Se lo daban los Albini. Él, además, cobraba un sueldo como empleado de maestranza de la Cámara. Pero a “Chocolate” no le quedaba nada de lo que recaudaba con las tarjetas, inclusive le pedían que rindiese cuando había faltantes de mil pesos producto de los descuentos que habitualmente hacen los bancos”, inició su relato el empleado judicial con MDZ.
Cuando el escándalo de Chocolate apareció, toda la trama política de La Plata fingió demencia o problemas graves de memoria. Ni los radicales ni los del PRO quisieron hablar del tema, como tampoco los “anti casta” libertarios, nuevos integrantes de este microsistema. En general, en la ciudad capital de la Provincia hay muchas fundaciones que trabajan para que los contratos que son dados por los legisladores vuelvan a los propios legisladores.
El nuevo supuesto recaudador respondería a un histórico operador radical, Marcelo D´Elía, muy vinculado con la Junta Coordinadora Radical que conducía Federico Storani y luego al extinto “grupo Olavarría”. Oriundo de Bragado, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, D´Elía se fue del radicalismo hace más de una década, cuando acompañó al PRO desde el centenario partido, el exsenador provincial Roberto Costa. Costa terminó el mandato hace dos años, pero su mano derecha administrativa continuó operando con los legisladores de ese bloque.
“La aparición de Rigau fue producto de la interna peronista, ¿está claro? Fue en un momento donde la potencia electoral del oficialismo estaba en tela de juicio. Ahora la Justicia, a la que acudió uno de estos sectores para pegarle a otro de su misma interna, debe manejar el tema para que el propio sistema no vuele por el aire”, siempre reflexiona una de las partes que estudió todo el proceso.
La hipocresía del sistema evita otro debate que hoy provoca que la mayoría de los funcionarios provinciales suelan aceptar sus cargos luego de conseguir viáticos para su desenvolvimiento, producto del “desarraigo” e inclusive pugnan por tener un vehículo oficial para no poner su automóvil a disposición.
Esto hoy lo está padeciendo el propio Axel Kicillof, a quien le cuesta confirmar a muchos funcionarios que ya tienen el nombramiento pendiente de ser confirmado por estos temas. El sueldo, que es bueno, y ronda el millón de pesos, termina siendo un intercambio de gastos si el director o secretario de cualquier ministerio tiene que terminar pagando el combustible, el teléfono celular y poner un bien propio para el uso público.