Cristina y Máximo Kirchner acorralan a Axel Kicillof y lo presionan pensando en 2025
La ex vicepresidenta será la ordenadora final de la estrategia electoral que adoptará el peronismo de la provincia de Buenos Aires. Tensiones y pases de factura con el gobernador.
Cristina Fernández de Kirchner será la ordenadora final de la estrategia electoral que adoptará el peronismo de la provincia de Buenos Aires luego de un mes de cortocircuitos con el gobernador y antiguo ahijado político, Axel Kicillof, cuando ambos se encuentren en la reunión partidaria convocada por Máximo Kirchner para discutir un breve, pero taxativo orden del día que determinará cómo terminará legislativamente el año para el oficialismo provincial.
Al encuentro que se realizará en Moreno también fue invitado el presidente del Frente Renovador y aliado, Sergio Massa, quien también tiene algunas cosas para recriminarle a Kicillof, como por ejemplo la mantención en el seno de su gabinete del ministro de Transporte, Jorge D´Onofrio, involucrado por acción o inacción en el escándalo de las fotomultas y el presunto enriquecimiento ilícito de su mujer y expresidenta del HCD de Pilar, Claudia Pombo.
Cristina quedó dolida porque Kicillof no la apoyó en su decisión de presidir el PJ nacional y en cambio prefirió mantenerse independiente ante la puja presentada por Ricardo Quintela. Massa, por su parte, cree que el gobernador lo dejó a D´Onofrio al frente del ministerio porque todos lo vinculaban con él y el costo político iba a cargar sobre la espalda del líder del Frente Renovador, quien hace dos meses ya le pasó el nombre de quien quiere que sea su reemplazante.
El periplo del gobernador por el noroeste del conurbano continuará a las 17 en una actividad en General San Martín, distrito que conduce políticamente el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y que administra su sucesor Fernando Moreira. Precisamente fue el intendente, luego de dialogarlo con Katopodis, quien aceptó la invitación cursada por Leo Grosso, su rival en la última interna PASO, para que estuviera junto con Máximo Kirchner en una actividad del Movimiento Evita.
Esa decisión política del katopodismo no cayó bien dentro del oficialismo provincial. Los teléfonos ardían y las reacciones oscilaban entre el asombro y el agravio. La falta de entereza fue lo que más le endilgaban a los referentes sanmartinenses que son los más activos impulsores de Kicillof presidente sin tener la tutela ni de Cristina y mucho menos de su hijo Máximo. En esa localidad recuerdan que hasta Carlos Menem en su apogeo tuvo que cambiar de locación porque el entonces jefe comunal era aliado de Antonio Cafiero. "¡Y con esa experiencia querés que hiciéramos lo mismo!", se ríe para confesar por qué fueron a un acto en el que no deberían haber estado.
Por estas situaciones y otras parecidas, el gobernador habría tomado una decisión el viernes mismo. No romperá con la expresidenta ni diseñará una estrategia independiente a la que fije su hijo en la provincia de Buenos Aires. Kicillof observa algo que hace unos días hizo mención MDZ cuando expuso las dudas que existía dentro de los intendentes que quieren que sea su representante pero rápidamente le ponen freno a su pretensión de emanciparse de quien fuera su tutora política. Lo que pasó en San Martín le sirvió como el botón de muestra.
“Por indicación del compañero presidente Máximo Kirchner invitamos a usted a la reunión del Consejo Provincial el día 9 de diciembre de 2024, a las 12.00 horas, en la reserva municipal Los Robles, del partido de Moreno, para tratar el siguiente orden del día. Lectura y consideración del acta de la reunión anterior. Informe del bloque legislativo. Análisis de la situación política”, comunicó el PJ bonaerense.
Del encuentro no van a participar varios referentes cercanos a Kicillof. La ausencia más notoria será la del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Los “renovadores” massistas irán casi masivamente a la convocatoria, al igual que la mayoría de los jefes comunales de la Provincia. La excusa es que se convoca desde el partido del cual todos son parte.
El debate sobre el posible desdoblamiento electoral es uno de los aspectos más fuertes que propondrán los kirchneristas de paladar duro. No quieren que las elecciones sean en una fecha distinta a la que se realizarán las nacionales. A pesar de que deberán ejecutarse de manera desdoblada, por lo menos utilizando dos cuartos oscuros diferentes porque así lo impone la reforma electoral que trajo la implementación de la Boleta Única, los Kirchner, madre e hijo, más el apoyo de Massa, pretenden que el peronismo unido de la provincia traccione ese mismo día para todos los niveles de las boletas, ya sean nacional, provincial o municipal.
En caso de elegir otro día de votación, anticipándose dos meses o 45 días a las elecciones de diputados nacionales, los referentes provinciales podrán armar diferentes esquemas en los que, inclusive, podrían verse compitiendo entre sí a dos o tres diferentes propuestas peronistas, lo cual podría mejorarle la inclusión de legisladores provinciales en la Legislatura bonaerense pero dejaría en claro no solo la división interna sino que disminuiría la fuerza en favor de la boleta que encabezaría Cristina o quien ella propusiera para diputados nacionales.
Otro de los aspectos que Massa y Máximo hablaron para debatir es el relacionado con la modificación del sistema electoral provincial, hoy dividido en ocho secciones electorales y la vuelta a las reelecciones de los intendentes. Con lo último compensarían lo primero. ¿Por qué? Porque con el actual diseño territorial los jefes comunales poseen fortaleza a la hora de definir los candidatos bonaerenses.
Si se cambiara a una elección de distrito único o dos, preservando la jurisdicción La Plata, serían los referentes partidarios, Massa y Kirchner, los dueños de "la lapicera".