El corralito que Javier Milei puso alrededor de las provincias afecta a Mendoza
El Gobierno nacional ajusta sobre las provincias. Las quejas de Cornejo por la dependencia, los empresarios que no invierten y la esperanza en que la macroeconomía mejore.
“Que nos den los recursos y nosotros nos hacemos cargo”. La frase es sencilla, pero de ejecución muy compleja. El autor es Alfredo Cornejo, que redunda en esa máxima para definir también el tipo de vínculo que se construye con la Nación.
Javier Milei achica el Estado y sus roles y, con denuncias de nichos de corrupción como punta de lanza, ajusta sobre las provincias y los planes de gestión. Cornejo acepta el nuevo rol estatal, aun cuando le genera más responsabilidad provincial con menos recursos sobre los ejes de la gestión pública. Pero presiona y se queja por los recursos: la Nación no ha cedido en la concentración recaudatoria.
Esa es una de las varias aristas que tiene el nuevo esquema de poder, el que “fundó” Milei y que obliga a repensar todos los planes provinciales. Más aún cuando más de la mitad de los recursos de la Provincia dependen de las transferencias nacionales. Incluso casi toda la recaudación estatal depende directa o indirectamente de la Nación. “Si hay recesión, no hay actividad y cae la recaudación provincial de ingresos brutos, que es lo que sostiene el Estado. La recesión también es consecuencia de las decisiones del gobierno nacional”, grafica de manera sencilla un economista.
Dependientes
Cornejo se escuda en gran medida detrás de la enorme dependencia nacional de las Provincias. En efecto, las provincias no tienen margen de acción sobre la política económica y las medidas que pueden llevar hacia uno u otro lado a la macroeconomía. También es un espacio de confort argumentativo, pues sobre ese argumento pueden ir camuflados errores propios.
Es lo que le pasa a Mendoza con algunas industrias, como la minería, el petróleo, el turismo y la logística. En las épocas de “vacas gordas” no se invirtió y los sitios que podrían ser polos de desarrollo, hoy son pueblos que luchan para salir del abandono. Pata Mora, Las Cuevas, Uspallata, Palmira. En cada rubro, un ejemplo. En 2024 confluyeron el arrastre de la crisis “hiper-emitiva”, la política restrictiva y de ajuste de Milei que derivó en una caída de la actividad enorme.
El argumento también queda desactualizado al ver que “lo propio” de Mendoza se achica. La economía de Mendoza es más pequeña y está por debajo del promedio histórico de participación y aporte al PBI nacional, pues, como ya se informó, cayó del histórico 4% que aportaba Mendoza. En cuanto a la dependencia, la Provincia no está en el lote de las más dependientes, pero tampoco de las más liberadas.
Las provincias dependen de la Nación porque allí se concentran los recursos para ser distribuidos. A los fondos automáticos, en las últimas dos décadas se le habían sumado decisiones hiperlocales también concentradas en Casa Rosada: desde un dique a una acequia, la decisión de construirla y el financiamiento venía desde Balcarce 50, incluida también la empresa recomendada. Javier Mieli impuso un corralito, un cerrojo que condiciona aún más, pues eliminó la sinergia heredada, pero sin reemplazo. El condicionamiento natural que existe por el manejo de la economía y los recursos, se acentúa por el abandono de la gestión.
El dilema
En ese contexto, Cornejo tiene un dilema complejo en su segundo mandato y el tercero de la gestión radical. Ese desafío es cómo hacer que Mendoza deje de ser solo una provincia “linda para vivir”, para que vuelva a ser una provincia buena para producir. La idea de ciudad habitación es compleja, pues Mendoza tiene un conurbano enorme y un empobrecimiento creciente que demanda actividad.
El mecano de “nueva provincia” que diagramó Cornejo tiene en la energía y la explotación de los recursos naturales un eje. También en el turismo y la logística. El Gobierno preparó el terreno legal y administrativo, con su impronta propia y una altísima capilaridad de actores del círculo íntimo del gobernador y su equipo en cada espacio (EMESA, Impulsa Mendoza, etc). Puertas afuera de Mendoza ese dato no pasa desapercibido, como tampoco la permanencia garantizada de las ideas de Cornejo, aún con él fuera del poder en el mediano plazo.
En ese armado hay una queja constante que se emana del Cuarto Piso de Casa de Gobierno: la falta de actores relevantes de la economía que inviertan en Mendoza. Esa bronca incluye a dirigentes empresarios que son parte del esquema de poder de Cambia Mendoza y que tienen intereses de los dos lados del mostrador. La dificultad para que haya inversiones externas intensivas en Mendoza lo sufrieron los mineros del Sur y también productores agropecuarios de gran escala que se quedaron sin agua y energía para asentar sus proyectos. Pero tampoco hubo respuesta, entienden, de los empresarios locales. El dato incómodo para el Gobierno es que en las tres gestiones que lleva al frente Cambia Mendoza ha gestado alianzas y concesiones con los mismos actores sobre los que en privado descarga broncas.
El ejemplo más notorio es el de Potasio Río Colorado, proyecto que recorrió el mundo sin hallar interesados. Y recayó en José Luis Manzano, aún con mueca de desconfianza en el Gobierno actual. La promesa de tener una “partida de producción” de sales de potasio en el corto plazo se transformó en compromiso entre el propio exdirigente peronista y el Gobierno Claro, será algo netamente testimonial. Vale había dejado a medio hacer una planta piloto que Minera Aguilar debe terminar para probar los mecanismos de producción. Pero es inviable pensar en una producción a escala hasta que esté la línea eléctrica (que el Estado hará para llevar energía desde la Comahue Cuyo a PRC y a Pata Mora), gas para producir (el mecanismo de extracción funciona con la inyección de agua caliente), un plan logístico para sacar el potasio y, sobre todo, compradores del mineral. Manzano, que estuvo en Mendoza junto a su compadre Alejando Bulgheroni, extiende sus propiedades mineras en la región, aunque por ahora con un valor relativo (fue el único oferente para áreas en San Juan de bajo interés) y tiene buenos resultados con el litio en el exterior. Pero cualquiera sea el resultado real, se mantiene activo cazando negocios en una provincia en la que otros se mueven en cámara lenta.