Con muchos temores, Mauricio Macri se dispone a confrontar con Javier Milei
La subsistencia del macrismo está en debate. La relación con Milei puede provocar un nuevo sisma interno mientras que no terminan de enlazar lo que piensan y lo que pasa en la sociedad.
El dilema del péndulo está más vigente que nunca. Lo expresó con claridad en una entrevista con el diario La Nación el gobernador entrerriano Rogelio Frigerio, quien pretende relativizar la cuestión de los modos de Javier Milei con tal de bajar la pobreza que supera el 50%. Es algo parecido a que el fin justifica los medios, pero con otros conceptos.
Este cronista viene remarcando que hay una idea que prima entre la mayoría de los dirigentes del PRO y de La Libertad Avanza. Que mientras las encuestas sigan respaldando el actual proceso político y a Javier Milei en particular, todo lo demás debe ser escondido bajo la alfombra porque “la gente no nos escucha cuando hablamos de temas institucionales”.
La propia Patricia Bullrich lo hace con devoción, dejando en el armario sus propuestas republicanas que exhibía contra el kirchnerismo en el pasado cuando quería avasallar instituciones, proponía al Congreso como una escribanía y se armaban grupos mazorqueros que atacaban públicamente a los medios de comunicación y a una decena de periodistas en particular. Nada de eso ahora preocupa.
“Lo importante es aprovechar este momento para destruir al kirchnerismo. Luego vendrá otra etapa donde los normales van a ser reclamados por la sociedad”, dicen quienes terminan apoyando los modos presidenciales que son iguales a los del cristinismo kirchnerista que siempre jugó a ir por todo.
¿No es ir por todo cuando Martín Menem presenta a Karina Milei no solo como El Jefe sino como su candidata? ¿Candidata a qué? ¿A senadora porteña? ¿A diputada nacional por la Provincia de Buenos Aires? ¿A presidenta de la Nación como sucesión de su hermano, al mismo estilo de Néstor Kirchner con Cristina? La instalación es el anticipo de la jugada, de manera similar que lo hacía la expresidenta de la Nación cuando proponía proyectos que a priori no podían tener chances de concretarse.
“En esto también se emparentan el pasado con el presente. Javier Milei demuestra cada día que no va a doblar. Y que deja en su hermana y en su mayor asesor la estrategia política, en la que los dos hacen de comisarios malos”, se ríe de su propia reflexión un miembro de la mesa chica del expresidente Mauricio Macri.
Jorge Macri, el primo y alcalde porteño, le dijo hoy a Ignacio Ortelli en Radio Rivadavia que existe esta dualidad opositora en rechazar los métodos y acompañar lo demás. “Tenemos diferencias pero son menores con respecto de donde venimos. Queremos seguir adelante con este modelo y con el rumbo. El PRO no ganó la elección, la perdimos, salimos terceros y rápidamente nos sumamos a apoyar a quien llegó al balotaje que fue Milei”.
En privado, tanto los primos Macri como Frigerio y los aliados Maximiliano Pullaro e Ignacio Torres son menos diplomáticos. Lo hacen por subsistencia y por la incomodidad que les provoca las promesas que al igual que el cuento del beduino con el camello les realizan desde la Casa Rosada. Por eso los diálogos con Juan Schiaretti, Miguel Pichetto y Horacio Rodríguez Larreta no se han agotado.
“¿Para qué van a construir un partido nacional y nos plantan un dirigente en cada provincia donde gobernamos nosotros sino para condicionarnos? Nosotros apoyamos todo, salvo los fondos reservados de la SIDE, y ellos nada en nuestros territorios. Es desigual esta relación. Nos tratan igual o peor que al kirchnerismo, y a algunos gobernadores que hasta ayer vivaban por Cristina y hoy prestan legisladores los miman en todo”, considera uno de los decisores en la mesa que hoy maneja al macrismo.
Por eso hoy hay diferencias de tal magnitud que prometen disminuir el poder del expresidente en su propia fuerza. No solo por el daño que le provoca la permanente exposición que propone Patricia Bullrich al acusarlo de especular con el cambio. Sino en el seno de los bloques legislativos también pesa no solo el miedo a que fracasen las transformaciones encaradas por el Gobierno nacional, sino cierta promesa jamás concretada que los que más “banquen” serán convocados a participar de las "Fuerzas del cielo", ya sea en cargos en el Ejecutivo nacional o lugares de lujo en la futura lista de candidatos.
Este panorama aleja hasta el infinito y más allá el sueño de una PASO entre referentes del PRO y radicales contra los libertarios de pura cepa. Esta quimera la proponen Diego Santilli y Maximiliano Abad en la provincia para enfrentar a la dupla de José Luis Espert y Diego Valenzuela, ambos respaldados, sin estar, por Milei y Bullrich. Todo será, como critican del kirchnerismo, a “dedazo puro”. Y nadie chistará si está adentro.
“Lo único que nos queda, y lo más sensato, es mantenernos coherentes con lo que propusimos siempre. Calidad institucional, apoyo a las reformas y la transparencia en las áreas de gobierno. Con eso más las fortalezas territoriales estamos para competir, no para ganar. Pero si no ganamos nosotros, tampoco gana el Gobierno”, confirmó la misma fuente que está presente en el oído y corazón macrista.